Medellín envejece y las personas mayores claman por ayudas
A la alerta de la Personería por la alta demanda de hogares geriátricos en la ciudad se le suman las denuncias ante las demoras en el regreso de programas y auxilios. La Alcaldía de Medellín señala que este año resolverá lo que falta.
La calidad de vida de las personas mayores en Medellín parece empeorar: los Centros Vida Gerontológicos no abren desde el inicio de la pandemia, no hay cupos en hogares geriátricos y, según denuncias, los subsidios de alimentación junto a otro paquete de acuerdos acordados no han sido cumplidos.
A esto se suma un informe de la Personería de Medellín, sobre la Política Pública de Envejecimiento y Vejez, en el que se alerta que hay adultos mayores en situación de calle o con demencia senil, mientras que, hasta marzo, 234 personas se encontraban esperando su traslado a un hogar geriátrico.
Como si lo anterior no fuera suficiente, el problema lo agrava el abandono. “La demanda de las personas mayores supera la capacidad instalada en la ciudad y la cifra de personas en la lista de espera sigue creciendo por el abandono”, dijo Mayelis de La Rosa Madrid, líder del Observatorio de Salud de la Personería de Medellín.
A pesar de que la mayoría de estas personas cumplen con los criterios para ser enviadas a un asilo, no hay dónde ubicarlas. Según datos del Observatorio de Salud, de las personas mayores que están en lista de espera, 19 esperan en centros hospitalarios y cuatro fallecieron en el proceso.
La espera en clínicas genera otros problemas. “Si ya no tienen ninguna condición clínica para continuar, se afecta el giro de las camas, que deberían ser usadas por otros pacientes. También está el riesgo que la persona mayor contraiga una enfermedad infecciosa”, señala De La Rosa Madrid.
Al respecto, Daniel Pulgarín, subsecretario de Grupos Poblacionales de la Secretaría de Inclusión Social, quien anunció ayer su retiro del cargo, explica que este tema se complejiza en tanto Medellín “está envejeciendo rápidamente. Hasta lo que va de 2022, según el DANE, el 17 % de los ciudadanos son personas mayores de 60 años”. Además, según la Secretaría, la liberación de cupos en los hogares geriátricos se da en un 90 % por defunción.
Las personas mayores más afectadas hacen parte de la Comuna 10 (La Candelaria), en el centro de Medellín, donde está la mayor cantidad de hogares geriátricos en la ciudad: alrededor de 22, de acuerdo con una investigación de 2020 de la Universidad de Ingeniería Administrativa de Envigado.
Precisamente en esta comuna es en donde más han manifestado el incumplimiento del programa a cargo de la Secretaría de Inclusión Social. Así lo explica la secretaria de la Mesa de Trabajo de las Personas Mayores de la Comuna 10, Virgelia Medina, de 58 años: “Con la pandemia no se volvieron a cumplir los acuerdos. Nos dijeron que se reanudaban en el primer semestre de 2022, pero no ha pasado”, señala.
(Lea: ““Me ceñiré al plan de gobierno de la Medellín del futuro”: nueva alcaldesa”)
¿Qué se está incumpliendo?
Lo que más preocupa a la comunidad es el aplazamiento de la reapertura de los Centros Vida Gerontológicos, un espacio en donde se ofrecía comida y servicios básicos a las personas en vulnerabilidad social y aislamiento familiar. “Inclusión Social dijo que los Centros Vida iban a abrir prontamente, pero no ha ocurrido. Hay personas que no tienen de qué vivir, no tienen familia o tienen condiciones como el alzhéimer”, cuenta Medina.
Frente a los Centros Vida, Pulgarín asegura que estos reabrirán entre junio y julio de este año. “Arrancaremos con los 21 Centros Vida disponibles, uno por cada comuna o corregimiento. Ya se encuentra en curso la licitación”, menciona.
Otra de las demandas está relacionada con la entrega de un apoyo económico y un paquete alimentario, que se estableció en el Decreto 2154 de 2010. “El bono de alimentación es necesario, pues con la pandemia las personas aguantaron hambre y quienes no tienen una pensión se quedaron sin sus familiares o sin trabajo”, reclama la cabildante de la Comuna 10 Marleny Dávila, de 76 años.
El programa prioriza a las personas mayores de 65 años en condición de pobreza, indigencia o desplazamiento, que no reciben pensión o que están en el grupo C del Sisbén. Asimismo, se incluye a los inscritos a los Clubes de Vida, en las que, según Daniel Pulgarín, son 47 mil personas mayores inscritas en los aproximadamente 636 clubes en la ciudad.
En suma está el “Día de sol”, que ofrecía una salida a un centro recreativo, y el programa “Canas al aire”, que les permitía acceder a actividad física dirigida por profesionales y del que esperan la entrega de los uniformes.
(Lea también: “¿Por qué suspendieron al director del Museo Casa de la Memoria de Medellín?”)
La Secretaría asegura que este año también se retomarán estos compromisos que durante la pandemia era imposible cumplir. “En plena emergencia social había unas medidas extremas y no teníamos la posibilidad de entregar el “Día de sol” o los uniformes. Eso sí lo podemos hacer este año”, manifiesta Pulgarín.
Además de los incumplimientos, la Personería invita a las familias a que no abandonen a los mayores. “En la medida en que el abandono aumente, va a ser muy difícil contar con la infraestructura o la capacidad instalada para la atención”, señala De La Rosa Madrid.
Por su parte, el subsecretario asevera que “necesitamos generar una conciencia de envejecimiento en Medellín y despertar la solidaridad intergeneracional para evitar el maltrato y el abandono”. Una reflexión que comparte la cabildante, quien señala que “se necesita una ciudad más amigable con las personas mayores”.
La calidad de vida de las personas mayores en Medellín parece empeorar: los Centros Vida Gerontológicos no abren desde el inicio de la pandemia, no hay cupos en hogares geriátricos y, según denuncias, los subsidios de alimentación junto a otro paquete de acuerdos acordados no han sido cumplidos.
A esto se suma un informe de la Personería de Medellín, sobre la Política Pública de Envejecimiento y Vejez, en el que se alerta que hay adultos mayores en situación de calle o con demencia senil, mientras que, hasta marzo, 234 personas se encontraban esperando su traslado a un hogar geriátrico.
Como si lo anterior no fuera suficiente, el problema lo agrava el abandono. “La demanda de las personas mayores supera la capacidad instalada en la ciudad y la cifra de personas en la lista de espera sigue creciendo por el abandono”, dijo Mayelis de La Rosa Madrid, líder del Observatorio de Salud de la Personería de Medellín.
A pesar de que la mayoría de estas personas cumplen con los criterios para ser enviadas a un asilo, no hay dónde ubicarlas. Según datos del Observatorio de Salud, de las personas mayores que están en lista de espera, 19 esperan en centros hospitalarios y cuatro fallecieron en el proceso.
La espera en clínicas genera otros problemas. “Si ya no tienen ninguna condición clínica para continuar, se afecta el giro de las camas, que deberían ser usadas por otros pacientes. También está el riesgo que la persona mayor contraiga una enfermedad infecciosa”, señala De La Rosa Madrid.
Al respecto, Daniel Pulgarín, subsecretario de Grupos Poblacionales de la Secretaría de Inclusión Social, quien anunció ayer su retiro del cargo, explica que este tema se complejiza en tanto Medellín “está envejeciendo rápidamente. Hasta lo que va de 2022, según el DANE, el 17 % de los ciudadanos son personas mayores de 60 años”. Además, según la Secretaría, la liberación de cupos en los hogares geriátricos se da en un 90 % por defunción.
Las personas mayores más afectadas hacen parte de la Comuna 10 (La Candelaria), en el centro de Medellín, donde está la mayor cantidad de hogares geriátricos en la ciudad: alrededor de 22, de acuerdo con una investigación de 2020 de la Universidad de Ingeniería Administrativa de Envigado.
Precisamente en esta comuna es en donde más han manifestado el incumplimiento del programa a cargo de la Secretaría de Inclusión Social. Así lo explica la secretaria de la Mesa de Trabajo de las Personas Mayores de la Comuna 10, Virgelia Medina, de 58 años: “Con la pandemia no se volvieron a cumplir los acuerdos. Nos dijeron que se reanudaban en el primer semestre de 2022, pero no ha pasado”, señala.
(Lea: ““Me ceñiré al plan de gobierno de la Medellín del futuro”: nueva alcaldesa”)
¿Qué se está incumpliendo?
Lo que más preocupa a la comunidad es el aplazamiento de la reapertura de los Centros Vida Gerontológicos, un espacio en donde se ofrecía comida y servicios básicos a las personas en vulnerabilidad social y aislamiento familiar. “Inclusión Social dijo que los Centros Vida iban a abrir prontamente, pero no ha ocurrido. Hay personas que no tienen de qué vivir, no tienen familia o tienen condiciones como el alzhéimer”, cuenta Medina.
Frente a los Centros Vida, Pulgarín asegura que estos reabrirán entre junio y julio de este año. “Arrancaremos con los 21 Centros Vida disponibles, uno por cada comuna o corregimiento. Ya se encuentra en curso la licitación”, menciona.
Otra de las demandas está relacionada con la entrega de un apoyo económico y un paquete alimentario, que se estableció en el Decreto 2154 de 2010. “El bono de alimentación es necesario, pues con la pandemia las personas aguantaron hambre y quienes no tienen una pensión se quedaron sin sus familiares o sin trabajo”, reclama la cabildante de la Comuna 10 Marleny Dávila, de 76 años.
El programa prioriza a las personas mayores de 65 años en condición de pobreza, indigencia o desplazamiento, que no reciben pensión o que están en el grupo C del Sisbén. Asimismo, se incluye a los inscritos a los Clubes de Vida, en las que, según Daniel Pulgarín, son 47 mil personas mayores inscritas en los aproximadamente 636 clubes en la ciudad.
En suma está el “Día de sol”, que ofrecía una salida a un centro recreativo, y el programa “Canas al aire”, que les permitía acceder a actividad física dirigida por profesionales y del que esperan la entrega de los uniformes.
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La Secretaría asegura que este año también se retomarán estos compromisos que durante la pandemia era imposible cumplir. “En plena emergencia social había unas medidas extremas y no teníamos la posibilidad de entregar el “Día de sol” o los uniformes. Eso sí lo podemos hacer este año”, manifiesta Pulgarín.
Además de los incumplimientos, la Personería invita a las familias a que no abandonen a los mayores. “En la medida en que el abandono aumente, va a ser muy difícil contar con la infraestructura o la capacidad instalada para la atención”, señala De La Rosa Madrid.
Por su parte, el subsecretario asevera que “necesitamos generar una conciencia de envejecimiento en Medellín y despertar la solidaridad intergeneracional para evitar el maltrato y el abandono”. Una reflexión que comparte la cabildante, quien señala que “se necesita una ciudad más amigable con las personas mayores”.