Medellín no está tan bien como la pintan
Un reciente informe de Medellín Cómo Vamos demuestra que aunque han bajado los homicidios y han aumentado los hurtos. Además, llaman la atención sobre la sostenibilidad del Metro y temas sociales como la continuidad de programas de la tercera edad y la cobertura de la educación en los grados décimo y once.
“Medellín es una ciudad que se recupera en lo económico sin avances en la agenda social” es la gran conclusión del más reciente informe de Medellín Cómo Vamos, en la que se evidencia cómo desde diferentes sectores se han aumentado los programas y mejorado indicadores, pero las coberturas siguen siendo limitadas.
Con respecto a temas sociales, el documento resalta que aunque la ciudad es la que tiene la tasa más baja de pobreza monetaria, también está entre las que no ha podido reducir los índices de pobreza. Algo similar ocurre en educación con la aplicación de la Matrícula Cero, ya que pese a que es un incentivo para entrar a la universidad, menos de la mitad de quienes salen del colegio ingresan inmediatamente a la educación superior.
Entre lo bueno se destaca que los habitantes de Medellín tienen más años de vida, escolaridad y menos hijos, que el promedio nacional, mientras que el tejido empresarial se ha ido recuperando tras la pandemia, lo que ha permitido mayor generación de empleo.
En temas sociales se hace un jalón de orejas: “El Distrito de Medellín tiene un presupuesto de 7 billones de pesos, que pagamos todos en los servicios públicos y hay cada vez más recaudo del impuesto predial; sin embargo, la eficiencia en hacer llegar los recursos a quienes más lo necesitan es baja en comparación con otras ciudades como Bogotá”, indica el informe.
Sobre esto, se resalta un aumento de la desnutrición crónica en la primera infancia, una mayor tasa de niños con bajo peso al nacer y una reducción en las coberturas de vacunación en menores de edad. De la misma manera, se indica que hay una baja cobertura y falta de continuidad en los programas de la tercera edad, así como el desempleo y la pobreza afecta más a las mujeres jóvenes y de manera desproporcionada a las familias con jefaturas femeninas.
Dentro de los indicadores, se destacan los esfuerzos por superar la inseguridad alimentaria, ya que a pesar de que la mayoría de las ciudades principales no han podido generar mecanismos efectivos, Medellín ya superó el porcentaje de 23 ciudades principales. En el caso de la educación se resalta que 7 de cada 10 estudiantes se encuentren en colegios oficiales, pero alerta que, al igual que en Bogotá, solo la mitad de quienes se encuentran en edad para estudiar en los grados décimo y once están matriculados en colegios, lo que aumenta la posibilidad de que se presenten casos de extra edad, deserción y repitencia.
“Aunque la pandemia aumento los niveles de repitencia a nivel nacional, Medellín registró casi el doble de repitentes en secundaria frente a Bogotá”, indica el informe, en el que también se evidencia que la capital antioqueña fue una de la que peores promedios registró en las más recientes Pruebas Saber 11.
En términos de seguridad, se destaca la reducción de los homicidios. Pese a esto, evidencia cambios en las estructuras de las bandas criminales, que tienen una alta capacidad de incidir en la vida de los barrios, lo que se evidencia en la extorsión, así como un aumento considerable en el registro de hurtos.
Por último, está la condición del sistema de transporte público. Mientras Medellín Cómo Vamos reitera que el Metro de Medellín está gastándose sus ahorros, lo que se traduce en menos dinero para hacer obras de mantenimiento y comprar nuevos coches, hace un llamado para prestarle atención a su financiamiento y a buscar nuevas fuentes para garantizar la sostenibilidad del sistema.
“Medellín es una ciudad que se recupera en lo económico sin avances en la agenda social” es la gran conclusión del más reciente informe de Medellín Cómo Vamos, en la que se evidencia cómo desde diferentes sectores se han aumentado los programas y mejorado indicadores, pero las coberturas siguen siendo limitadas.
Con respecto a temas sociales, el documento resalta que aunque la ciudad es la que tiene la tasa más baja de pobreza monetaria, también está entre las que no ha podido reducir los índices de pobreza. Algo similar ocurre en educación con la aplicación de la Matrícula Cero, ya que pese a que es un incentivo para entrar a la universidad, menos de la mitad de quienes salen del colegio ingresan inmediatamente a la educación superior.
Entre lo bueno se destaca que los habitantes de Medellín tienen más años de vida, escolaridad y menos hijos, que el promedio nacional, mientras que el tejido empresarial se ha ido recuperando tras la pandemia, lo que ha permitido mayor generación de empleo.
En temas sociales se hace un jalón de orejas: “El Distrito de Medellín tiene un presupuesto de 7 billones de pesos, que pagamos todos en los servicios públicos y hay cada vez más recaudo del impuesto predial; sin embargo, la eficiencia en hacer llegar los recursos a quienes más lo necesitan es baja en comparación con otras ciudades como Bogotá”, indica el informe.
Sobre esto, se resalta un aumento de la desnutrición crónica en la primera infancia, una mayor tasa de niños con bajo peso al nacer y una reducción en las coberturas de vacunación en menores de edad. De la misma manera, se indica que hay una baja cobertura y falta de continuidad en los programas de la tercera edad, así como el desempleo y la pobreza afecta más a las mujeres jóvenes y de manera desproporcionada a las familias con jefaturas femeninas.
Dentro de los indicadores, se destacan los esfuerzos por superar la inseguridad alimentaria, ya que a pesar de que la mayoría de las ciudades principales no han podido generar mecanismos efectivos, Medellín ya superó el porcentaje de 23 ciudades principales. En el caso de la educación se resalta que 7 de cada 10 estudiantes se encuentren en colegios oficiales, pero alerta que, al igual que en Bogotá, solo la mitad de quienes se encuentran en edad para estudiar en los grados décimo y once están matriculados en colegios, lo que aumenta la posibilidad de que se presenten casos de extra edad, deserción y repitencia.
“Aunque la pandemia aumento los niveles de repitencia a nivel nacional, Medellín registró casi el doble de repitentes en secundaria frente a Bogotá”, indica el informe, en el que también se evidencia que la capital antioqueña fue una de la que peores promedios registró en las más recientes Pruebas Saber 11.
En términos de seguridad, se destaca la reducción de los homicidios. Pese a esto, evidencia cambios en las estructuras de las bandas criminales, que tienen una alta capacidad de incidir en la vida de los barrios, lo que se evidencia en la extorsión, así como un aumento considerable en el registro de hurtos.
Por último, está la condición del sistema de transporte público. Mientras Medellín Cómo Vamos reitera que el Metro de Medellín está gastándose sus ahorros, lo que se traduce en menos dinero para hacer obras de mantenimiento y comprar nuevos coches, hace un llamado para prestarle atención a su financiamiento y a buscar nuevas fuentes para garantizar la sostenibilidad del sistema.