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Xiomara Agudelo, de 25 años, falleció en un hospital de Rionegro, Antioquia, el domingo, 17 de noviembre, luego de haber presentado complicaciones tras someterse a una lipoescultura en un centro estético en San Rafael. El procedimiento se lo realizó el martes, 12 de noviembre, en un establecimiento que, según las autoridades, no tenía permisos para realizar intervenciones quirúrgicas invasivas.
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La mujer acudió al centro, ubicado en la zona urbana de San Rafael, para realizarse el procedimiento que involucraba perforaciones en el cuerpo. Según familiares, comenzó a sentir molestias inmediatamente después de la intervención, aunque inicialmente los síntomas parecían ser los efectos normales de la cirugía. En el posoperatorio experimentó náuseas, fiebre y palidez constante, por lo que sus familiares contactaron al centro estético, donde les dijeron que los malestares eran normales.
El sábado, la llevaron al Hospital Presbítero Alonso María Giraldo, en San Rafael, donde los médicos detectaron que en la intervención estética habían perforado el intestino, por lo que intentaron estabilizarla mediante un lavado quirúrgico. Luego, fue remitida al Hospital San Vicente Fundación, en Rionegro, para una intervención más compleja. A pesar de las cirugías realizadas, Xiomara falleció debido a una peritonitis causada por la perforación intestinal.
Desde la Seccional de Salud de Antioquia indicaron que el centro estético solo tenía autorización para realizar procedimientos no invasivos, como masajes. Además, investigan a la profesional que realizó la lipoescultura, quien, según versiones, viajaba desde Medellín para realizar este tipo de intervenciones en el lugar. Al menos 20 mujeres se habrían sometido a procedimientos similares en el centro estético de San Rafael.
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Recientemente, Ana Evelin Ardila Pérez, de 38 años, fue víctima en esta serie de procedimientos estéticos en Medellín. El 28 de octubre, se sometió a una lipotransferencia en un consultorio clandestino ubicado en el edificio San Ignacio, en el centro de la ciudad.
Durante el procedimiento, sufrió complicaciones, por lo que los responsables abandonaron el lugar bajo el pretexto de buscar ayuda médica, pero en realidad huyeron, dejando a Ardila convulsionando en el apartamento. A pesar de que sus familiares intentaron socorrerla, la mujer falleció debido a la gravedad de su estado. Días después, el 1 de noviembre, Anneth Yesely Medina Rivas, de 44 años, murió durante una abdominoplastia en un establecimiento en el sector de Patio Bonito, en El Poblado. Originaria de Quibdó, Medina también habría sido intervenida sin las condiciones adecuadas.
Las autoridades recomiendan a los pacientes verificar que los cirujanos estén registrados en el Registro de Talento Humano en Salud y que los establecimientos tengan la estrella de habilitación emitida por la Secretaría de Salud. Además, sugieren consultar a varios expertos antes de tomar una decisión, así como evaluar las condiciones de los lugares, ya que esto podría ser una alerta sobre la calidad y legalidad del servicio.