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EL COVID-19 terminó con la vida de Raúl Antonio Carvajal, más conocido como Don Raúl o Don Furgón y quien durante muchos años —y casi que a diario— se dedicó a reclamar justicia por la muerte de su hijo Raúl Antonio Carvajal Londoño, un cabo del Ejército que habría sido asesinado por negarse a cometer falsos positivos, aunque la versión oficial indica que habría muerto en combates con la guerrilla.
La información de la muerte de Don Raúl fue confirmada por su abogado Miguel Ángel del Río. “Qué triste, un hombre que había luchado tanto en la vida para terminar muerto en las garras del COVID. Muy triste. Su vida fue una lucha constante por hacer justicia, un ejemplo de dignidad”, comentó el jurista.
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La historia de Raúl Carvajal
El calvario que vivió Raúl comenzó el 8 de octubre de 2006, cuando su hijo, según información del Ejército, murió en un enfrentamiento contra la guerrilla. Sin embargo, la historia que contó Don Raúl hasta el día de su muerte era diferente y se basó en la conversación que tuvo con su hijo soldado 20 días antes de que le informaran de su deceso.
En días previos a la muerte del soldado, contaba Don Raúl, habló durante cuatro minutos con su hijo quien le dio la noticia de que tenía una nueva nieta. Pero antes de colgar la llamada, el soldado le reveló a su padre la situación que se vivía en el servicio: “Me dijo: ‘Esto está muy feo, me mandaron a matar a dos muchachos para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate y yo no los quise matar. Yo me voy a retirar, me quiero retirar’”.
Tras su muerte, Don Raúl emprendió la búsqueda por la verdad. Se embarcó desde Montería, en donde se ganaba la vida vendiendo verduras, en un camión Dodge modelo 73, cruzó más de una decena de pueblos y llegó a Bogotá. El domingo 20 de febrero de 2011, a las 8:30 de la mañana, irrumpió con el vehículo en la Plaza de Bolívar y puso en el suelo la bolsa de tela que contenía los restos de su hijo.
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“Llegué para que le hicieran una nueva necropsia y, por otro lado, para hacer escándalo y que el mundo supiera”, contó Carvajal a El Espectador, en el pódcast Voces desde el Territorio, de Colombia 2020. Esa particular protesta llamó los medios de comunicación y la imagen de Don Raúl, con su camión llenó de pancartas con la foto gigante de su hijo, quedó marcada en la memoria nacional.
Incluso, durante esa estadía en Bogotá, Carvajal se cruzó cara a cara con el expresidente Álvaro Uribe Vélez y le reclamó con vehemencia por el asesinato de su hijo. “Ojalá le mataran un hijo a usted para que usted supiera lo que duele la muerte de un hijo, cuando un hijo es bueno. Pero ustedes son unos asesinos, porque si ustedes no tuvieran que ver con el asesinato de mi hijo, hubieran dejado que se investigara, y yo personalmente le entregué una carta en la finca El Ubérrimo, ¿sí o no se la entregué? (…) Ustedes no han querido dejar que se esclarezca el asesinato de mi hijo”, le dijo Don Raúl a Uribe, denunciando irregularidades en el proceso, como cambios de fiscal. “¿Usted me deja hablar?”, le replicó el expresidente Uribe. “Sí, hable, diga otra mentira”, le contestó Carvajal.
Un reclamo parecido le hizo al entonces presidente Juan Manuel Santos, quien fue ministro de Defensa de Álvaro Uribe Vélez durante el nefasto episodio de los falsos positivos en el país. “Usted era el ministro de Defensa en el 2006. Asesinaron a mi hijo en el Norte de Santander, usted con Álvaro Uribe Vélez. Usted no es ningún presidente, usted es un asesino de los colombianos”, le reprochó Carvajal a Santos en otra oportunidad.
Raúl Carvajal murió por COVID-19 y se suma a la lista de 94.615 fallecidos por la enfermedad en el país, reportados hasta el viernes 11 de junio. Murió esperando la verdad sobre su hijo soldado y convencido de que se lo había matado el Ejército. Tanta era su convicción que juró pedir perdón de rodillas a quien fuera necesario si algún día le demostraban que el cabo Raúl Antonio Carvajal Londoño había sido asesinado por la guerrilla y no por sus compañeros.