Reapertura de la frontera: una noticia añorada por años
Los comerciantes de ambos lados de la línea limítrofe están esperanzados y optimistas con el libre paso entre los dos países, previsto para este lunes 26 de septiembre con presencia de los presidentes de las dos naciones.
Pedro Vargas / Especial para El Espectador
Un ambiente de mucha expectativa, esperanza y optimismo se vive en la frontera colombo-venezolana a raíz de la anunciada reapertura de la misma este lunes 26 de septiembre, a la cual se tiene previsto que asistan el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.
(Le sugerimos leer: Reapertura de la frontera: visiones de lado y lado)
La frontera fue cerrada por Maduro en agosto de 2015, y debido a las continuas tensiones con los presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque el libre paso se ha visto afectado perjudicando el comercio binacional y la circulación de vehículos y de personas, en una zona que por su historia, cultura y economía no conocía de límites: familiares y amigos de lado y lado hacían del área de Cúcuta, Villa del Rosario, San Antonio y Ureña un solo territorio.
La reapertura se vive con más expectativa y positivismo del lado venezolano, ya que los comerciantes se han visto más afectados por los problemas económicos del vecino país con hiperinflación, escasez de bienes y estancamiento económico de años.
“El renacer de la frontera”, “La nueva era de la frontera”, “Una época de florecimiento” y “Una segunda oportunidad” son algunos de los mensajes que se leen en algunos chats de comerciantes e industriales venezolanos, ávidos por comenzar a vender a los posibles turistas colombianos que pasen a su territorio.
Indover Sayago, vicepresidente de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, comenta que hay gran entusiasmo y esperanzas, por lo que están abriendo y adecuando locales, en una población que cerró el 80 % de sus comercios en 2015, cuando Nicolás Maduro ordenó la expulsión de los colombianos que vivían en un barrio a orillas del río Táchira, el cual divide a ambos países, y cerró los puentes que comunican a ambas naciones con alambres de púas.
“La gente está muy contenta y esperando que empiecen a pasar colombianos para reactivar el turismo, la hotelería, la gastronomía y el comercio. Tenemos tantas esperanzas, que ya vamos a llevar a cabo un primer congreso de empresarios y emprendedores para finales de este mes y planear todo lo referente a la reactivación”, asegura Sayago.
En Cúcuta el optimismo es más moderado, pues aun en los momentos más duros del cierre fronterizo nunca dejaron de pasar venezolanos por las trochas a comprar alimentos, artículos de primera necesidad, repuestos para vehículos, materiales de construcción y todo lo necesario para llevar a un país en el que escasea casi todo.
(Lo invitamos a leer: Al otro lado del río: la historia de los puentes entre Colombia y Venezuela)
Pero igual se espera que la reapertura ayude a la reactivación económica de una ciudad que desde hace una década registra uno de los índices de inflación e informalidad más altos del país.
Alexánder Trujillo, gerente general del hotel Casino Internacional, dice que es “una noticia que hemos esperado y añorado por años”, y prevé un aumento considerable del intercambio comercial y reactivación económica.
Opina que no es entendible cómo se cerraron los pasos legales, pero por las trochas ilegales pasa todo mundo con contrabando de mercancías y obligando a la gente normal a arriesgarse por dichos caminos.
El sector hotelero fue uno de los más golpeados con el cierre de la frontera en 2015, al pasar de una ocupación promedio del 44 al 28 %, la cual bajó al 2 % durante la pandemia de covid-19 en 2020. “Ahora nos hemos recuperado a una ocupación promedio del 48 % y esperamos que aumente con la reapertura de la frontera”, sostiene Trujillo.
Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander, considera que con la reapertura de la frontera se van a reactivar el comercio binacional, el turismo y los servicios tanto en Norte de Santander como en el estado Táchira, “va a ser transversal para todos los sectores económicos. Es algo positivo y lo estábamos esperando desde hace mucho tiempo”.
Para Blanca Kelin, representante legal suplente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, con la reapertura los comerciantes y empresarios de Cúcuta venderán desde productos de la canasta familiar y de uso prioritario, como medicamentos y cosméticos para la salud (esto ya se hace, pero de forma informal), y el sector minero-energético, con el carbón saliendo por Venezuela como antes del cierre, hasta toda la cadena del sistema de moda.
Apertura gradual
A pesar de que la población de la frontera anhelaba una reapertura rápida, los gobiernos de ambos países han preferido ser cautelosos. Nicolás Maduro pregona por una “reapertura buena, satisfactoria y feliz”, mientras que el gobierno de Petro apuesta por una normalización de “forma segura, efectiva y gradual”.
Y los gremios de la ciudad prefieren que sea así. Por ejemplo, Sergio Palacios, presidente de Fenalco Norte de Santander, les pide a ambos gobiernos “que la reapertura de la frontera sea ordenada, sistemática y formal, con el fin de que la gente que va a venir tenga toda la información posible sin generar caos ni problemas”.
El miércoles pasado las autoridades de ambos países afirmaron que el paso del primer vehículo con carga será este lunes 26 de septiembre, a las 10 de la mañana, simultáneamente por los viejos puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que comunican a la capital nortesantandereana con las poblaciones venezolanas de San Antonio y Ureña, respectivamente.
Mientras que el de Tienditas (aún sin nombre oficial), el puente fronterizo más grande de Colombia (una espectacular estructura de seis carriles vehiculares y uno peatonal), y que aún no se ha inaugurado, se habilitará en unos dos meses, según las autoridades.
En febrero de 2019 fue famoso porque del lado colombiano se realizó el superconcierto para celebrar el paso de la ayuda humanitaria del gobierno interino venezolano de Juan Guiadó (que al final resultó fallido), y en respuesta Maduro lo taponó con contenedores.
Luna calcula que de las 35.000 personas que pasan diariamente por los puentes se llegue aasta 90.000 personas diarias, “que van a consumir y demandar bienes y servicios en el área metropolitana de Cúcuta y, asimismo, los colombianos van a poder ir a Táchira a hacer lo mismo”.
Mientras tanto en Ureña, una de las ciudades industriales más importantes de Venezuela hasta antes del cierre de la frontera, el comerciante Yovanny Fernández cuenta que ya están arreglando locales para reabrirlos, y con mucha esperanza por la temporada de fin de año que se avecina. “La parte de la industria todavía está quieta, pues están esperando a la reapertura para mirar costos, gastos y si vale la pena volver a producir”, agrega.
A Cúcuta, entretanto, están llegando comerciantes e industriales de diferentes partes de Colombia buscando bodegas y locales para aprovechar ese posible boom vendedor y exportador, teniendo en cuenta que en Venezuela no se produce casi nada y falta casi todo.
Al final todo son esperanzas, anhelos y optimismo de los habitantes, empresarios y comerciantes de lado y lado para que lo que fue un espacio (históricamente sin imaginario de frontera) vuelva a ser uno solo: con fuertes lazos familiares, de amistad, culturales, sociales y económicos, que nunca debió ser dividido.
La cadena logística de comercio internacional
Según Kelin, otro de los beneficios de la puesta en marcha del comercio bilateral por esta zona del país es la reactivación de la cadena logística de importaciones y exportaciones, con lo que se podrán retomar las actividades de las agencias de aduana que, luego de operar 68 empresas en 2015, en este momento solo operan 5, “así como los depósitos de aduana, que en la actualidad solo contamos con la zona franca después de existir 15 en nuestra ciudad, y los de transporte, que en la actualidad refiere solo 15 empresas dedicadas a esta actividad”.
Cifras de las exportaciones a Venezuela
Venezuela era el principal destino de las ventas al exterior de Colombia hasta el año 2008 cuando alcanzaron los 6.000 millones de dólares, pero debido a los desacuerdos políticos entre los presidentes Álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez, además de la crisis económica del vecino país, esa facturación se redujo en el 2015 a 1.331 millones de dólares.
Según Germán Umaña Mendoza, ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, el objetivo es que Colombia exporte este año a Venezuela un total de 1.200 millones de dólares, con una facturación de 284 millones de dólares durante el primer semestre, según las cifras del Dane.
Añadió que la meta de la administración Petro es lograr los 4.500 millones de dólares al final del mandato, el 7 de agosto de 2026.
Un ambiente de mucha expectativa, esperanza y optimismo se vive en la frontera colombo-venezolana a raíz de la anunciada reapertura de la misma este lunes 26 de septiembre, a la cual se tiene previsto que asistan el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y su homólogo venezolano, Nicolás Maduro.
(Le sugerimos leer: Reapertura de la frontera: visiones de lado y lado)
La frontera fue cerrada por Maduro en agosto de 2015, y debido a las continuas tensiones con los presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque el libre paso se ha visto afectado perjudicando el comercio binacional y la circulación de vehículos y de personas, en una zona que por su historia, cultura y economía no conocía de límites: familiares y amigos de lado y lado hacían del área de Cúcuta, Villa del Rosario, San Antonio y Ureña un solo territorio.
La reapertura se vive con más expectativa y positivismo del lado venezolano, ya que los comerciantes se han visto más afectados por los problemas económicos del vecino país con hiperinflación, escasez de bienes y estancamiento económico de años.
“El renacer de la frontera”, “La nueva era de la frontera”, “Una época de florecimiento” y “Una segunda oportunidad” son algunos de los mensajes que se leen en algunos chats de comerciantes e industriales venezolanos, ávidos por comenzar a vender a los posibles turistas colombianos que pasen a su territorio.
Indover Sayago, vicepresidente de la Cámara de Comercio de San Antonio del Táchira, comenta que hay gran entusiasmo y esperanzas, por lo que están abriendo y adecuando locales, en una población que cerró el 80 % de sus comercios en 2015, cuando Nicolás Maduro ordenó la expulsión de los colombianos que vivían en un barrio a orillas del río Táchira, el cual divide a ambos países, y cerró los puentes que comunican a ambas naciones con alambres de púas.
“La gente está muy contenta y esperando que empiecen a pasar colombianos para reactivar el turismo, la hotelería, la gastronomía y el comercio. Tenemos tantas esperanzas, que ya vamos a llevar a cabo un primer congreso de empresarios y emprendedores para finales de este mes y planear todo lo referente a la reactivación”, asegura Sayago.
En Cúcuta el optimismo es más moderado, pues aun en los momentos más duros del cierre fronterizo nunca dejaron de pasar venezolanos por las trochas a comprar alimentos, artículos de primera necesidad, repuestos para vehículos, materiales de construcción y todo lo necesario para llevar a un país en el que escasea casi todo.
(Lo invitamos a leer: Al otro lado del río: la historia de los puentes entre Colombia y Venezuela)
Pero igual se espera que la reapertura ayude a la reactivación económica de una ciudad que desde hace una década registra uno de los índices de inflación e informalidad más altos del país.
Alexánder Trujillo, gerente general del hotel Casino Internacional, dice que es “una noticia que hemos esperado y añorado por años”, y prevé un aumento considerable del intercambio comercial y reactivación económica.
Opina que no es entendible cómo se cerraron los pasos legales, pero por las trochas ilegales pasa todo mundo con contrabando de mercancías y obligando a la gente normal a arriesgarse por dichos caminos.
El sector hotelero fue uno de los más golpeados con el cierre de la frontera en 2015, al pasar de una ocupación promedio del 44 al 28 %, la cual bajó al 2 % durante la pandemia de covid-19 en 2020. “Ahora nos hemos recuperado a una ocupación promedio del 48 % y esperamos que aumente con la reapertura de la frontera”, sostiene Trujillo.
Carlos Luna, presidente del Comité Intergremial de Norte de Santander, considera que con la reapertura de la frontera se van a reactivar el comercio binacional, el turismo y los servicios tanto en Norte de Santander como en el estado Táchira, “va a ser transversal para todos los sectores económicos. Es algo positivo y lo estábamos esperando desde hace mucho tiempo”.
Para Blanca Kelin, representante legal suplente de la Cámara de Comercio de Cúcuta, con la reapertura los comerciantes y empresarios de Cúcuta venderán desde productos de la canasta familiar y de uso prioritario, como medicamentos y cosméticos para la salud (esto ya se hace, pero de forma informal), y el sector minero-energético, con el carbón saliendo por Venezuela como antes del cierre, hasta toda la cadena del sistema de moda.
Apertura gradual
A pesar de que la población de la frontera anhelaba una reapertura rápida, los gobiernos de ambos países han preferido ser cautelosos. Nicolás Maduro pregona por una “reapertura buena, satisfactoria y feliz”, mientras que el gobierno de Petro apuesta por una normalización de “forma segura, efectiva y gradual”.
Y los gremios de la ciudad prefieren que sea así. Por ejemplo, Sergio Palacios, presidente de Fenalco Norte de Santander, les pide a ambos gobiernos “que la reapertura de la frontera sea ordenada, sistemática y formal, con el fin de que la gente que va a venir tenga toda la información posible sin generar caos ni problemas”.
El miércoles pasado las autoridades de ambos países afirmaron que el paso del primer vehículo con carga será este lunes 26 de septiembre, a las 10 de la mañana, simultáneamente por los viejos puentes Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, que comunican a la capital nortesantandereana con las poblaciones venezolanas de San Antonio y Ureña, respectivamente.
Mientras que el de Tienditas (aún sin nombre oficial), el puente fronterizo más grande de Colombia (una espectacular estructura de seis carriles vehiculares y uno peatonal), y que aún no se ha inaugurado, se habilitará en unos dos meses, según las autoridades.
En febrero de 2019 fue famoso porque del lado colombiano se realizó el superconcierto para celebrar el paso de la ayuda humanitaria del gobierno interino venezolano de Juan Guiadó (que al final resultó fallido), y en respuesta Maduro lo taponó con contenedores.
Luna calcula que de las 35.000 personas que pasan diariamente por los puentes se llegue aasta 90.000 personas diarias, “que van a consumir y demandar bienes y servicios en el área metropolitana de Cúcuta y, asimismo, los colombianos van a poder ir a Táchira a hacer lo mismo”.
Mientras tanto en Ureña, una de las ciudades industriales más importantes de Venezuela hasta antes del cierre de la frontera, el comerciante Yovanny Fernández cuenta que ya están arreglando locales para reabrirlos, y con mucha esperanza por la temporada de fin de año que se avecina. “La parte de la industria todavía está quieta, pues están esperando a la reapertura para mirar costos, gastos y si vale la pena volver a producir”, agrega.
A Cúcuta, entretanto, están llegando comerciantes e industriales de diferentes partes de Colombia buscando bodegas y locales para aprovechar ese posible boom vendedor y exportador, teniendo en cuenta que en Venezuela no se produce casi nada y falta casi todo.
Al final todo son esperanzas, anhelos y optimismo de los habitantes, empresarios y comerciantes de lado y lado para que lo que fue un espacio (históricamente sin imaginario de frontera) vuelva a ser uno solo: con fuertes lazos familiares, de amistad, culturales, sociales y económicos, que nunca debió ser dividido.
La cadena logística de comercio internacional
Según Kelin, otro de los beneficios de la puesta en marcha del comercio bilateral por esta zona del país es la reactivación de la cadena logística de importaciones y exportaciones, con lo que se podrán retomar las actividades de las agencias de aduana que, luego de operar 68 empresas en 2015, en este momento solo operan 5, “así como los depósitos de aduana, que en la actualidad solo contamos con la zona franca después de existir 15 en nuestra ciudad, y los de transporte, que en la actualidad refiere solo 15 empresas dedicadas a esta actividad”.
Cifras de las exportaciones a Venezuela
Venezuela era el principal destino de las ventas al exterior de Colombia hasta el año 2008 cuando alcanzaron los 6.000 millones de dólares, pero debido a los desacuerdos políticos entre los presidentes Álvaro Uribe Vélez y Hugo Chávez, además de la crisis económica del vecino país, esa facturación se redujo en el 2015 a 1.331 millones de dólares.
Según Germán Umaña Mendoza, ministro de Comercio, Industria y Turismo de Colombia, el objetivo es que Colombia exporte este año a Venezuela un total de 1.200 millones de dólares, con una facturación de 284 millones de dólares durante el primer semestre, según las cifras del Dane.
Añadió que la meta de la administración Petro es lograr los 4.500 millones de dólares al final del mandato, el 7 de agosto de 2026.