“Recuperar la memoria para recuperarlo todo”
Personajes del Año 2022. / Pedro Josse Velasco Tumiña, sociólogo del pueblo ancestral misak, en Cauca, y líder político del Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente (AISO), abandera la lucha por la recuperación de la tierra y el restablecimiento de la memoria colectiva territorial étnica.
Hay una imagen que nunca se borrará de la mente de Pedro Josse Velasco Tumiña —exgobernador del pueblo ancestral misak (guambiano)—: la del cuerpo de su padre, José Antonio Velasco Velasco, atravesado por incontables cicatrices que le produjeron las cornadas de toros de lidia que los terratenientes caucanos liberaban como arma de guerra, en una horrenda faena, para embestir a los indígenas inermes que con osadía lideraban una lucha ya histórica para recuperar las tierras de las que fueron despojados desde los procesos de la colonización en el departamento del Cauca.
(Le sugerimos leer: Responsabilidad de los constructores por defectos en los inmuebles)
Impactante. Pero el suplicio de aquel recuerdo, en lugar de convertirse en una rencorosa derrota, representa para Pedro Josse Velasco Tumiña un símbolo de “rebeldía digna en la recuperación de las tierras”.
Desde niño, el exgobernador también quedó marcado por las múltiples ocasiones en las que su joven progenitor, acusado de “invasor de tierras”, fue llevado casi a rastras a prisión como castigo por insistir en el manifiesto misak de “recuperar la memoria y la tierra para recuperarlo todo”.
“Son cicatrices en la memoria, pero también físicas, de una lucha desigual por la dignidad”, comenta.
Y es que según el documento La memoria del pueblo misak, de Mama Liliana Pechene Muelas, el territorio perdido es inmenso: de las 657.830 hectáreas reportadas en 1535 como territorio misak hoy solo quedan 33.316 hectáreas, de las cuales el 70 % es área de reserva.
Los indígenas misaks o guambianos son uno de los 87 pueblos formalmente reconocidos en Colombia y ubican su lugar de origen en el municipio de Silvia, en el nororiente del departamento del Cauca.
“Misak, en términos de la cosmovisión y la cultura del pueblo misak, es la gente de los bosques y de las montañas, que siempre ha estado en el Valle de Pubenza o Valle del Alto Cauca”, explica Pedro Josse Velasco Tumiña.
Nacido en ese territorio ancestral del resguardo de Guambia, en Silvia, “crecí de una madre que es fuertemente cuidadora de la vida: Nasaria Tumiña Tombe”, recalca.
Gracias al sistema de becas de la Universidad Externado de Colombia, creado en la rectoría de Fernando Hinestrosa, Velasco se graduó en 2014 de sociólogo y su tesis de grado no podía ser ajena a la lucha de las generaciones que lo precedieron en el territorio misak: se trata de la Reconfiguración de la territorialidad indígena del pueblo misak: conflictos de uso, tenencia y organización en torno a la tierra. 1970-2010, que fue reconocida con mención honorífica por esa alma mater.
Una de las conclusiones del trabajo académico de Velasco es que “la reconfiguración territorial se constituye como la gran explosión territorial y demográfica que han venido llevando a cabo los indígenas misaks desde 1970. La reconfiguración se empezó a gestar mucho antes de 1970, sin embargo fue en esta década cuando se hicieron las primeras recuperaciones de tierra en el municipio de Silvia (Cauca), y posteriormente en los municipios aledaños, hasta liberar de las manos del terrateniente gran parte de las tierras en otros municipios del departamento”.
El taita (exgobernador) Velasco está empeñado ahora en sentar a una mesa de diálogo a los ejecutivos de la multinacional irlandesa Smurfit Kappa, líder mundial en producción de papel y cartón, dueña de Cartón Colombia, con la intención de que esa compañía les devuelva a las comunidades parte de las 67.000 hectáreas de tierra que adquirió en el departamento del Cauca, de ellas 3.100 en el municipio de Cajibío.
“Esta corporación [Smurfit Kappa] ha concentrado las tierras disponibles para la agricultura, ha arruinado nuestros |medios de subsistencia, ha interrumpido nuestro suministro de agua y alimentos y ha talado la selva tropical y bosques andinos, todo con fines de lucro (...). Es hora de que esta tierra sea devuelta a sus legítimos propietarios”, expuso Velasco el viernes 29 de abril de este año, durante la asamblea de accionistas de Smurfit Kappa —celebrada en un lujoso hotel de Dublín (Irlanda)—, como lo informó este diario.
La Embajada de Irlanda en Colombia busca un acercamiento entre las partes.
Con el conocimiento adquirido desde las tierras ancestrales y complementado científicamente en su paso por la academia, Velasco es protagonista fundamental de las luchas enmarcadas en los procesos étnicos de los pueblos excluidos y marginados de Colombia, y en la dignificación y recuperación de la memoria colectiva, los procesos sociales y la vida en los territorios.
Hay una imagen que nunca se borrará de la mente de Pedro Josse Velasco Tumiña —exgobernador del pueblo ancestral misak (guambiano)—: la del cuerpo de su padre, José Antonio Velasco Velasco, atravesado por incontables cicatrices que le produjeron las cornadas de toros de lidia que los terratenientes caucanos liberaban como arma de guerra, en una horrenda faena, para embestir a los indígenas inermes que con osadía lideraban una lucha ya histórica para recuperar las tierras de las que fueron despojados desde los procesos de la colonización en el departamento del Cauca.
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Impactante. Pero el suplicio de aquel recuerdo, en lugar de convertirse en una rencorosa derrota, representa para Pedro Josse Velasco Tumiña un símbolo de “rebeldía digna en la recuperación de las tierras”.
Desde niño, el exgobernador también quedó marcado por las múltiples ocasiones en las que su joven progenitor, acusado de “invasor de tierras”, fue llevado casi a rastras a prisión como castigo por insistir en el manifiesto misak de “recuperar la memoria y la tierra para recuperarlo todo”.
“Son cicatrices en la memoria, pero también físicas, de una lucha desigual por la dignidad”, comenta.
Y es que según el documento La memoria del pueblo misak, de Mama Liliana Pechene Muelas, el territorio perdido es inmenso: de las 657.830 hectáreas reportadas en 1535 como territorio misak hoy solo quedan 33.316 hectáreas, de las cuales el 70 % es área de reserva.
Los indígenas misaks o guambianos son uno de los 87 pueblos formalmente reconocidos en Colombia y ubican su lugar de origen en el municipio de Silvia, en el nororiente del departamento del Cauca.
“Misak, en términos de la cosmovisión y la cultura del pueblo misak, es la gente de los bosques y de las montañas, que siempre ha estado en el Valle de Pubenza o Valle del Alto Cauca”, explica Pedro Josse Velasco Tumiña.
Nacido en ese territorio ancestral del resguardo de Guambia, en Silvia, “crecí de una madre que es fuertemente cuidadora de la vida: Nasaria Tumiña Tombe”, recalca.
Gracias al sistema de becas de la Universidad Externado de Colombia, creado en la rectoría de Fernando Hinestrosa, Velasco se graduó en 2014 de sociólogo y su tesis de grado no podía ser ajena a la lucha de las generaciones que lo precedieron en el territorio misak: se trata de la Reconfiguración de la territorialidad indígena del pueblo misak: conflictos de uso, tenencia y organización en torno a la tierra. 1970-2010, que fue reconocida con mención honorífica por esa alma mater.
Una de las conclusiones del trabajo académico de Velasco es que “la reconfiguración territorial se constituye como la gran explosión territorial y demográfica que han venido llevando a cabo los indígenas misaks desde 1970. La reconfiguración se empezó a gestar mucho antes de 1970, sin embargo fue en esta década cuando se hicieron las primeras recuperaciones de tierra en el municipio de Silvia (Cauca), y posteriormente en los municipios aledaños, hasta liberar de las manos del terrateniente gran parte de las tierras en otros municipios del departamento”.
El taita (exgobernador) Velasco está empeñado ahora en sentar a una mesa de diálogo a los ejecutivos de la multinacional irlandesa Smurfit Kappa, líder mundial en producción de papel y cartón, dueña de Cartón Colombia, con la intención de que esa compañía les devuelva a las comunidades parte de las 67.000 hectáreas de tierra que adquirió en el departamento del Cauca, de ellas 3.100 en el municipio de Cajibío.
“Esta corporación [Smurfit Kappa] ha concentrado las tierras disponibles para la agricultura, ha arruinado nuestros |medios de subsistencia, ha interrumpido nuestro suministro de agua y alimentos y ha talado la selva tropical y bosques andinos, todo con fines de lucro (...). Es hora de que esta tierra sea devuelta a sus legítimos propietarios”, expuso Velasco el viernes 29 de abril de este año, durante la asamblea de accionistas de Smurfit Kappa —celebrada en un lujoso hotel de Dublín (Irlanda)—, como lo informó este diario.
La Embajada de Irlanda en Colombia busca un acercamiento entre las partes.
Con el conocimiento adquirido desde las tierras ancestrales y complementado científicamente en su paso por la academia, Velasco es protagonista fundamental de las luchas enmarcadas en los procesos étnicos de los pueblos excluidos y marginados de Colombia, y en la dignificación y recuperación de la memoria colectiva, los procesos sociales y la vida en los territorios.