Tragedia de El Zulia: esperanza e incertidumbre
Se discute sobre la posibilidad de un problema de ventilación en el interior de la mina, lo que habría generado una acumulación de gases y la posterior explosión que mató a cuatro mineros y mantiene bajo tierra a otros 11.
Sigue la búsqueda de los 11 mineros atrapados bajo tierra desde el 30 de mayo, tras la explosión de la mina de carbón La Mestiza, en el municipio de El Zulia (Norte de Santander). Cuatro días después de la emergencia han surgido preguntas en torno al origen de esta tragedia y sobre quiénes son los responsables por la acumulación de gas metano que habría desencadenado el desastre que hasta ahora deja cuatro muertos y 11 desaparecidos.
En inmediaciones de la mina se percibe un sentimiento de esperanza entre los familiares de los trabajadores atrapados en el socavón, quienes aún confían en la posibilidad de que aparezcan con vida los mineros, que están a 200 metros de profundidad. Según información preliminar, en el interior de la mina se presentó una fuerte acumulación de gas metano (CH4), lo que generó la explosión y el incendio de forma simultánea, y posterior derrumbe de la mina.
Por ahora está confirmada la muerte de cuatro trabajadores. La primera víctima reportada fue Fabio Cáceres García, el único minero de las 15 víctimas que alcanzó a ser rescatado el día en que se produjo la explosión. Sin embargo, luego de ser remitido a un centro hospitalario en Cúcuta, al que ingresó con quemaduras de segundo y tercer grados en al menos el 85 % en su cuerpo, falleció. Ayer jueves fueron hallados los cuerpos sin vida de otros tres mineros.
Las labores de búsqueda han afrontado dificultades por la presencia de gases y por la profundidad en la que se hallan los trabajadores. Solo hasta que se hizo la limpieza del ambiente, con uno de los circuitos de ventilación, se logró el ingreso de las unidades de Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería (ANM), pues la inhalación del gas metano y monóxido de carbono estaba afectando a los rescatistas.
(Lea: “El transporte público del país necesita de nuevas fuentes de financiación”)
Hipótesis sobre lo ocurrido
Según John Leonardo Olivares, secretario de Gestión Minero-Energética Sostenible de Norte de Santander, la acumulación del gas pudo darse por un problema en los sistemas de ventilación de la mina o por la desatención del cuerpo técnico en la medición de los gases en el interior del socavón minero, que deben ser revisados constantemente para evitar riesgos.
Sobre la seguridad de personas y bienes, el artículo 97 del Código Minero (Ley 685 de 2001) dispone que “en la construcción de las obras y en la ejecución de los trabajos de explotación se deberán adoptar y mantener las medidas y disponer del personal y de los medios materiales necesarios para preservar la vida e integridad de las personas vinculadas a la empresa y eventualmente de terceros”.
Por ello, el dueño de una mina debe cumplir con los requerimientos, pues de no ser así podrían imponerse multas a la empresa o hasta dar por clausurada la concesión. El Decreto 1886 de 2015, en el que se establece el “Reglamento de Seguridad en las Labores Mineras Subterráneas”, profundiza en el circuito de ventilación y en el drenaje y control del gas metano.
Si cualquier mina en el país presenta irregularidades o incumple estas condiciones de seguridad, es la Agencia Nacional de Minas (ANM) la entidad encargada de dar recomendaciones, tomar acciones o fiscalizar los contratos de concesión y demás títulos mineros, por delegación del Ministerio de Minas y Energía.
Es por la supervisión de la ANM que empiezan a surgir dudas respecto al funcionamiento de la mina en El Zulia, pues, aunque paradójicamente la mina tenía los avales de la ANM, que había realizado una visita de fiscalización tan solo 11 días antes de la explosión, la tragedia se habría generado por un problema en la ventilación.
Las actividades en la mina La Mestiza fueron suspendidas el 17 de marzo de 2021 por orden de la ANM, luego de que allí se presentara un accidente por un problema de filtración de aguas que terminó en un derrumbe. No obstante, el pasado 19 de abril la entidad visitó la mina y tras constatar las condiciones técnicas y de seguridad, levantaron la medida de suspensión y reanudaron las actividades mineras.
Es por esto que Olivares cuestiona a la ANM. “Hay que preguntarse si cuando realizaron la visita de fiscalización encontraron los equipos de ventilación y los procedimientos necesarios para que la mina retomara actividades de forma adecuada. Si fue así, y la mina contaba con todos los permisos, no entiendo por qué ocurrió el accidente. Ellos tienen los informes y la notificación que le enviaron al titular minero para que pudiera empezar a trabajar”, manifestó Olivares a El Espectador.
Frente a estas preguntas, el vicepresidente de Seguimiento, Control y Seguridad Minera de la ANM, Gustavo Raad, asegura que durante la visita del pasado 19 de abril el gas metano estaba entre el límite permitido, que es del 1 %. Asimismo, señala que quien debe dar explicaciones sobre el accidente es el titular de la mina, pues esta revisión debe hacerse más de una vez al día y no depende necesariamente de una revisión de la ANM.
“Las mediciones de concentración del gas metano no se realizan solamente en el momento de la visita de fiscalización, sino que dentro de los protocolos de cualquier mina está la medición de la concentración de gases para mantener la atmósfera dentro del título. Esto se debe hacer de manera diaria y permanente, no solamente una vez al día, sino dos, tres o hasta cuatro veces de acuerdo con los resultados de cada medición”, explica Raad.
El titular de la mina La Mestiza es la empresa Hullas Del Zulia Ltda., dedicada a la extracción de hulla o carbón de piedra, y el representante legal, como lo confirmó la ANM, es Pablo Leiva Villamizar. El título minero está concedido por el contrato número 04-012-98 del 3 de diciembre de 1998, que se extiende por 30 años.
El Espectador intentó comunicarse con la empresa minera, pero fue imposible obtener una declaración. Según Manuel Pradilla, alcalde de El Zulia, la empresa está facilitando las labores de búsqueda.
Para Olivares, la verificación de los gases es de gran importancia dentro del trabajo minero, pues “las personas que realizan esta labor saben que son responsables de la vida de los mineros que ingresan a trabajar. Este tiene que ser un negocio responsable y la ANM tiene que garantizar que quienes realizan esos trabajos estén cumpliendo con la normatividad que se exige”, reclama.
Por ello, el siguiente paso, cuando se den por terminadas las labores de búsqueda, es iniciar con las indagaciones al titular minero, es decir a la empresa Hullas Del Zulia Ltda., respecto a si tenían un registro de la actividad de los gases, así como si la mina cumplía con los criterios de ventilación.
“Después de adelantar la labor de rescate, empezaremos con una investigación detallada para determinar las condiciones por las que se presentó esta explosión”, dice Raad, de la ANM.
El secretario hace un llamado a que se investigue el hecho pues “la vida de 15 colombianos quedó comprometida por esta actuación, por lo que la Fiscalía y la Procuraduría deben hacer las preguntas necesarias para que se tomen medidas correctivas y que esto nunca vuelva a ocurrir”.
Por el momento, 40 rescatistas de la ANM y de la Gobernación de Norte de Santander, así como el grupo de Salvamento Minero, continúan en los trabajos de estabilización de los niveles de gases y de la estructura para poder llegar al punto exacto en donde esperan encontrar a los 11 mineros que siguen desaparecidos.
“Soy respetuoso de la esperanza que tiene cada una de las personas de que su familiar esté atrapado con vida, por lo tanto, hasta que encontremos a todos los mineros, vamos a seguir respetando ese derecho”, concluye Olivares.
Sigue la búsqueda de los 11 mineros atrapados bajo tierra desde el 30 de mayo, tras la explosión de la mina de carbón La Mestiza, en el municipio de El Zulia (Norte de Santander). Cuatro días después de la emergencia han surgido preguntas en torno al origen de esta tragedia y sobre quiénes son los responsables por la acumulación de gas metano que habría desencadenado el desastre que hasta ahora deja cuatro muertos y 11 desaparecidos.
En inmediaciones de la mina se percibe un sentimiento de esperanza entre los familiares de los trabajadores atrapados en el socavón, quienes aún confían en la posibilidad de que aparezcan con vida los mineros, que están a 200 metros de profundidad. Según información preliminar, en el interior de la mina se presentó una fuerte acumulación de gas metano (CH4), lo que generó la explosión y el incendio de forma simultánea, y posterior derrumbe de la mina.
Por ahora está confirmada la muerte de cuatro trabajadores. La primera víctima reportada fue Fabio Cáceres García, el único minero de las 15 víctimas que alcanzó a ser rescatado el día en que se produjo la explosión. Sin embargo, luego de ser remitido a un centro hospitalario en Cúcuta, al que ingresó con quemaduras de segundo y tercer grados en al menos el 85 % en su cuerpo, falleció. Ayer jueves fueron hallados los cuerpos sin vida de otros tres mineros.
Las labores de búsqueda han afrontado dificultades por la presencia de gases y por la profundidad en la que se hallan los trabajadores. Solo hasta que se hizo la limpieza del ambiente, con uno de los circuitos de ventilación, se logró el ingreso de las unidades de Salvamento Minero de la Agencia Nacional de Minería (ANM), pues la inhalación del gas metano y monóxido de carbono estaba afectando a los rescatistas.
(Lea: “El transporte público del país necesita de nuevas fuentes de financiación”)
Hipótesis sobre lo ocurrido
Según John Leonardo Olivares, secretario de Gestión Minero-Energética Sostenible de Norte de Santander, la acumulación del gas pudo darse por un problema en los sistemas de ventilación de la mina o por la desatención del cuerpo técnico en la medición de los gases en el interior del socavón minero, que deben ser revisados constantemente para evitar riesgos.
Sobre la seguridad de personas y bienes, el artículo 97 del Código Minero (Ley 685 de 2001) dispone que “en la construcción de las obras y en la ejecución de los trabajos de explotación se deberán adoptar y mantener las medidas y disponer del personal y de los medios materiales necesarios para preservar la vida e integridad de las personas vinculadas a la empresa y eventualmente de terceros”.
Por ello, el dueño de una mina debe cumplir con los requerimientos, pues de no ser así podrían imponerse multas a la empresa o hasta dar por clausurada la concesión. El Decreto 1886 de 2015, en el que se establece el “Reglamento de Seguridad en las Labores Mineras Subterráneas”, profundiza en el circuito de ventilación y en el drenaje y control del gas metano.
Si cualquier mina en el país presenta irregularidades o incumple estas condiciones de seguridad, es la Agencia Nacional de Minas (ANM) la entidad encargada de dar recomendaciones, tomar acciones o fiscalizar los contratos de concesión y demás títulos mineros, por delegación del Ministerio de Minas y Energía.
Es por la supervisión de la ANM que empiezan a surgir dudas respecto al funcionamiento de la mina en El Zulia, pues, aunque paradójicamente la mina tenía los avales de la ANM, que había realizado una visita de fiscalización tan solo 11 días antes de la explosión, la tragedia se habría generado por un problema en la ventilación.
Las actividades en la mina La Mestiza fueron suspendidas el 17 de marzo de 2021 por orden de la ANM, luego de que allí se presentara un accidente por un problema de filtración de aguas que terminó en un derrumbe. No obstante, el pasado 19 de abril la entidad visitó la mina y tras constatar las condiciones técnicas y de seguridad, levantaron la medida de suspensión y reanudaron las actividades mineras.
Es por esto que Olivares cuestiona a la ANM. “Hay que preguntarse si cuando realizaron la visita de fiscalización encontraron los equipos de ventilación y los procedimientos necesarios para que la mina retomara actividades de forma adecuada. Si fue así, y la mina contaba con todos los permisos, no entiendo por qué ocurrió el accidente. Ellos tienen los informes y la notificación que le enviaron al titular minero para que pudiera empezar a trabajar”, manifestó Olivares a El Espectador.
Frente a estas preguntas, el vicepresidente de Seguimiento, Control y Seguridad Minera de la ANM, Gustavo Raad, asegura que durante la visita del pasado 19 de abril el gas metano estaba entre el límite permitido, que es del 1 %. Asimismo, señala que quien debe dar explicaciones sobre el accidente es el titular de la mina, pues esta revisión debe hacerse más de una vez al día y no depende necesariamente de una revisión de la ANM.
“Las mediciones de concentración del gas metano no se realizan solamente en el momento de la visita de fiscalización, sino que dentro de los protocolos de cualquier mina está la medición de la concentración de gases para mantener la atmósfera dentro del título. Esto se debe hacer de manera diaria y permanente, no solamente una vez al día, sino dos, tres o hasta cuatro veces de acuerdo con los resultados de cada medición”, explica Raad.
El titular de la mina La Mestiza es la empresa Hullas Del Zulia Ltda., dedicada a la extracción de hulla o carbón de piedra, y el representante legal, como lo confirmó la ANM, es Pablo Leiva Villamizar. El título minero está concedido por el contrato número 04-012-98 del 3 de diciembre de 1998, que se extiende por 30 años.
El Espectador intentó comunicarse con la empresa minera, pero fue imposible obtener una declaración. Según Manuel Pradilla, alcalde de El Zulia, la empresa está facilitando las labores de búsqueda.
Para Olivares, la verificación de los gases es de gran importancia dentro del trabajo minero, pues “las personas que realizan esta labor saben que son responsables de la vida de los mineros que ingresan a trabajar. Este tiene que ser un negocio responsable y la ANM tiene que garantizar que quienes realizan esos trabajos estén cumpliendo con la normatividad que se exige”, reclama.
Por ello, el siguiente paso, cuando se den por terminadas las labores de búsqueda, es iniciar con las indagaciones al titular minero, es decir a la empresa Hullas Del Zulia Ltda., respecto a si tenían un registro de la actividad de los gases, así como si la mina cumplía con los criterios de ventilación.
“Después de adelantar la labor de rescate, empezaremos con una investigación detallada para determinar las condiciones por las que se presentó esta explosión”, dice Raad, de la ANM.
El secretario hace un llamado a que se investigue el hecho pues “la vida de 15 colombianos quedó comprometida por esta actuación, por lo que la Fiscalía y la Procuraduría deben hacer las preguntas necesarias para que se tomen medidas correctivas y que esto nunca vuelva a ocurrir”.
Por el momento, 40 rescatistas de la ANM y de la Gobernación de Norte de Santander, así como el grupo de Salvamento Minero, continúan en los trabajos de estabilización de los niveles de gases y de la estructura para poder llegar al punto exacto en donde esperan encontrar a los 11 mineros que siguen desaparecidos.
“Soy respetuoso de la esperanza que tiene cada una de las personas de que su familiar esté atrapado con vida, por lo tanto, hasta que encontremos a todos los mineros, vamos a seguir respetando ese derecho”, concluye Olivares.