Farc entregaron información de 33 desaparecidos

El suizo Christoph Harnisch cree que esta información servirá para que la Unidad de Búsqueda empiece su labor. Entre las víctimas hay civiles y excombatientes.

Gloria Castrillón /Juan David Moreno Barreto
05 de septiembre de 2018 - 11:00 a. m.
Christoph Harnisch, jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Christoph Harnisch, jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia. / Mauricio Alvarado - El Espectador
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Christoph Harnisch lleva cuatro años en Colombia como jefe de la delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja, encargado, con una rigurosa confidencialidad, de la atención humanitaria de población carcelaria y de las comunidades afectadas por el conflicto, y buscando, localizando y entregando cuerpos de personas desaparecidas en razón del conflicto armado. Estuvo en La Habana acompañando la discusión sobre este último tema y hoy es uno de los principales asesores de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, creada en el Acuerdo Final entre el Gobierno y las Farc.

¿Qué opinión le merece que a la Unidad de Búsqueda le hayan garantizado recursos para su funcionamiento?

Esta decisión es tardía. Venimos hablando de medidas inmediatas para la búsqueda de personas desaparecidas, en el marco de las negociaciones entre las Farc y el Gobierno, desde el 18 de octubre de 2016. No entiendo por qué no se hizo más temprano, con más urgencia. Esto no sólo hace parte del acuerdo, sino que es la obligación del Estado colombiano. El mensaje de iniciar la búsqueda de desaparecidos sólo es creíble si hay recursos humanos y recursos financieros. Es una buena noticia, pero no hay que exagerar. No se puede poner en duda, después de un conflicto armado tan violento, que la sociedad tenga que enfrentar la desaparición.

¿Qué cree que pasó?

Hay unos debates sobre la JEP, sobre la Comisión de la Verdad, y este tema no está. Esto no lo aceptamos. Es importante entender que quienes estuvieron involucrados en la guerra tienen la obligación de buscar a los desaparecidos. Lo importante no es saber las cifras sino dónde están esas personas, qué pasó. La sociedad no ha entendido de qué se trata y es responsabilidad de todos, no sólo de los políticos. Trabajar este tema requiere personas con capacidad técnica y, sobre todo, coordinación entre las distintas instituciones. Esto no puede ser una controversia de naturaleza política o administrativa. Afortunadamente tenemos como base el Acuerdo. Pero no es suficiente.

¿Qué no debe volver a pasar?

Hay mala organización y algunas ideas administrativas equivocadas. La Comisión de Búsqueda no ha funcionado, porque es una mesa en la que están varias instituciones y cada una representa su interés. Eso no puede pasar otra vez; debe haber un consenso mínimo sobre el tema.

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¿Cuál va a ser el papel del CICR en el nuevo sistema de justicia transicional?

Todo el trabajo que hemos hecho desde hace más de 40 años debe ser entregado a la Unidad de Búsqueda, además, daremos apoyo técnico. La idea sería que todas las instituciones que hasta ahora han trabajado en investigación, búsqueda y localización de desaparecidos se sometan a la autoridad de la Unidad. Se necesita una institución fuerte para coordinar e imponer el trabajo. Claramente hay discusiones difíciles.

¿Como cuáles?

La frontera entre lo que es investigación y búsqueda. Hay muchos debates, hay quienes no están de acuerdo con que la unidad se dedique sólo a la búsqueda de los cuerpos. Necesitamos una unidad que persuada y debata y que coordine a todas las instituciones. En algunos años el CICR no debería hacer este trabajo; es un trabajo de los colombianos.

¿Hay otro lugar en el mundo en el que se haya creado una unidad con estas características, para buscar desaparecidos?

No. En otras situaciones, el tema viene después de la negociación. Acá, las partes reconocieron durante las negociaciones que el tema debía ser incluido. Este sistema integral es genial. Es un logro inmenso del cual no se habla mucho. Es único en el mundo.

¿Qué hace falta?

Un acuerdo entre las distintas instituciones sobre el objetivo último, que es buscar y encontrar a los desaparecidos. Un elemento importante es reconocer lo que hacen la Fiscalía, Medicina Legal y el CTI. Falta una visión global del tema. La Unidad de Búsqueda puede ser este punto de encuentro.

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¿Ya empezaron a transferir la información?

Sí. También colaboramos con la JEP. Tenemos un memorando de entendimiento para darles apoyo. El diálogo es muy positivo. Es un trabajo de largo aliento. Estaremos al lado de la Unidad de manera crítica, constructiva y muy inteligente.

Algunas entidades temen perder competencia. ¿Qué mensaje les envía?

Siempre hay este lío de las competencias. Se debe dar un debate abierto, transparente, honesto. A mí me sorprendió que con ocasión del Acuerdo del 18 de octubre de 2016, que preveía adoptar unas medidas inmediatas en búsqueda de desaparecidos, las personas del Gobierno no conocían las dificultades que hay entre las instituciones. Esto hay que hablarlo.

¿Cuál es el balance de esas medidas?

El objetivo era mostrar que las partes producían resultados en la búsqueda de desaparecidos, y eso no pasó, porque subestimaron la complejidad de la tarea en un país donde hay una cultura de esconder, producto de la guerra.

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¿Es cierto que la FARC dio información sobre la ubicación de 33 cuerpos?

El camino desde la declaración política hasta la acción concreta es muy largo. Hubo un proceso de formación para ellos y es más fácil cuando se tiene una organización centralizada y fuerte; ahora es mucho más difícil porque está más dispersa. Es posible que después haya más dificultades para obtener información. Los que estaban a cargo de la guerra tuvieron que convencer a los que están en terreno para dar la información. Esos son cambios muy difíciles. A pesar de todas las dificultades, en la FARC tienen la voluntad de seguir buscando desaparecidos.

¿Ustedes seguirán haciendo búsqueda de desaparecidos por un tiempo?

Sí, el gran reto es hacer este trabajo en zonas que no han logrado un nivel de seguridad mínimo, porque la gente no quiere hablar. En algunas zonas, nuestro trabajo sigue. La idea es que, lo que por mandato hace el CICR, debería hacerlo la Unidad de Búsqueda.

La FARC ya dio un primer paso en la entrega de información de 33 cuerpos. ¿Pedirá lo mismo de los demás actores?

Esa es la idea, que todos contribuyan. Los que tienen la responsabilidad tienen que asumirla.

¿Y el aporte de las organizaciones de víctimas?

Las víctimas tienen información, pero no siempre es suficiente. Los que tienen la información son los que estuvieron en el campo de batalla, los actores. Por ejemplo, los militares que tienen información clasificada. Esos son asuntos que hay que discutir.

¿Qué le pediría a la Fuerza Pública, que está tan celosa de dar información clasificada?

Esto va a tomar tiempo y no hay que hacer las cosas rápido. Los militares y la Policía son instituciones con mucha disciplina y trabajan con códigos que no son civiles. Pero el debate transparente debe instalarse. Mirar atrás de lo que pasó en una guerra es un sufrimiento terrible para muchos.

 

Por Gloria Castrillón /Juan David Moreno Barreto

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