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Hace dos semanas se conoció que Juan Carlos Meneses, oficial retirado de la Policía, fue beneficiado con la libertad condicionada por su sometimiento a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), sumándose a más de mil integrantes de la Fuerza Pública que se han acogido a este tribunal y que se han comprometido a decir la verdad sobre los crímenes más graves del conflicto armado y a aportar a la reparación de sus víctimas.
Meneses fue condenado por la justicia ordinaria a 27 años de prisión por el asesinato de Camilo Barrientos, el 25 de febrero de 1994, al reconocer su relación con un grupo paramilitar conocido como los Doce Apóstoles, cuando era comandante de Policía de Yarumal, Antioquia. Meneses ha denunciado que el líder de ese grupo era Santiago Uribe Vélez, hermano del expresidente y hoy senador Álvaro Uribe Vélez, quien ha sostenido que es inocente en todos los estrados a los que ha sido llamado.
Este testimonio motivó la reapertura del proceso judicial que se adelantaba en contra de Santiago Uribe por paramilitarismo y homicidio, que hoy sigue en etapa de juicio en Colombia. Este diario habló con el abogado Daniel Prado, quien lleva la representación de las víctimas en este caso ante la justicia ordinaria.
¿Cómo analiza el sometimiento de Meneses a la JEP?
Esperamos que si Meneses se acogió a esta jurisdicción cuente la verdad, que es lo fundamental. Si eso sucede, no tendremos inconvenientes.
¿Cree que Meneses podrá aportar más en el proceso que se adelanta contra Santiago Uribe en la justicia ordinaria por el caso de los Doce Apóstoles?
Meneses ya habló lo que sabía en este caso. Cuando decidió contar su verdad, él sabía que eso le iba a traer consecuencias jurídicas, en este caso fue condenado por la justicia ordinaria a 27 años de cárcel por conformar grupos paramilitares. Pero él contó por una razón fundamental: quería proteger su vida. A él fueron a buscarlo a Buga (Valle del Cauca) para hacerle daño. Y al darse cuenta de esto salió del país. Contar su verdad fue un mecanismo de protección, porque el contar lo que había pasado ya implicaba que los fiscales y jueces debían investigar lo que estaba diciendo. Y eso lo hizo un sujeto menos perseguible.
¿Cuál cree que podría ser el aporte concreto de Meneses?
Desconozco qué otra información pueda tener. Porque estuvo dos meses en Yarumal, Antioquia, puede que conozca otras situaciones diferentes a las que ya ha contado. El problema no es solo Yarumal, es que durante muchos años la Fuerza Pública trabajó de la mano con aquellos que financiaban los grupos paramilitares. Es muy interesante que aquellas personas que delinquieron se sometan a esta jurisdicción, porque si le siguen poniendo obstáculos será la Corte Penal Internacional la que entre a analizar varios casos.
Lea: “El escenario para contar toda la verdad será la JEP”: Salvatore Mancuso
¿Qué sucedió en las últimas audiencias de juicio de Santiago Uribe en la justicia ordinaria que se realizaron hace unas semanas?
Durante esas audiencias se recibieron varios testimonios de la defensa. Un coronel del Ejército, que fue citado para probar que Santiago Uribe sí tenía escoltas, por ejemplo, y quien negó que lo conociera en esa época. Asimismo, la defensa de Uribe pidió al juez decretar el testimonio de varios médicos que vieron muy esporádicamente a Eunicio Pineda Luján y una consulta de la EPS que busca establecer que este campesino tiene esquizofrenia y con eso desvirtuar el dictamen de Medicina Legal que aseguró que su relato es coherente y lo que tiene es estrés postraumático por lo que vivió.
¿Por qué es importante este testimonio y cuál es su relación con Juan Carlos Meneses?
Eunicio Pineda Luján es un campesino que acudió a la Fiscalía a confirmar lo que dijo el mayor Juan Carlos Meneses. Desafortunadamente, el fiscal que en su momento llevaba la investigación no quiso atender como debía las denuncias de Pineda. Pero nosotros lo llevamos a la justicia para que valorara su testimonio.
¿Cómo llegan a él?
Un investigador del CTI nos cuenta del valor de este testimonio. Esa diligencia se hizo en Chile, para protegerle la vida, y por eso nos han criticado mucho, pero si no lo protegemos lo matan. Lo sacamos con una medida de protección, con el auspicio de la comunidad internacional, de defensores de derechos humanos.
Ese día el fiscal deja constancia que, efectivamente, él se había entrevistado con él. Eso fue por teleconferencia. Eunicio cuenta con mucho detalle lo que él sabe. La defensa de Santiago Uribe sostiene que ellos no lo conocen y que no pudo haber trabajado en una marranera porque no había marranera en la finca El Buen Suceso, que surgió de vender un pedazo de tierra de la gran extensión que tenía La Hacienda La Carolina, de la familia Uribe Vélez.
¿Qué dice con exactitud Pineda?
Cuenta que él trabajaba en la hacienda El Buen Suceso, de propiedad de Álvaro Vásquez, y que estaba al cuidado de la marranera. Detalla que ahí vio al grupo paramilitar los Doce Apóstoles y presenció algunos homicidios y que tuvo que huir cuando se negó a entrar al grupo. Logró escapar de allí, pero cuando regresó a la región para ver a su padre y madre fue detenido por los paramilitares y torturado. Le extrajeron uno a uno los dientes con un alicate, le aplicaron la ley de fuga y logró sobrevivir. Vivió mucho tiempo con el dolor y la afectación psicológica que le puede generar haber sido torturado 24 horas continuas.
¿Qué pruebas documentales existen para probar su testimonio?
Una de ellas es una inspección judicial que hizo un juzgado civil de Yarumal a esa hacienda. Curiosamente, aunque la defensa niega que en esa finca hubo marraneras y que por eso no conocen al campesino Pineda, unos ciudadanos tutelaron su derecho al agua en esa época porque la marranera estaba contaminando las aguas. Refirieron a 70 marranos.
Además del testimonio de Eunicio Pineda, ¿qué otras pruebas cree que probarían la responsabilidad de Santiago Uribe en la conformación del grupo paramilitar Los Doce Apóstoles?
Mire, son muchas las declaraciones que desde el año 96 está recibiendo la justicia sobre la participación de Santiago Uribe Vélez como creador, patrocinador y miembro del grupo paramilitar Los Doce Apóstoles. Lo primero que se conoce son los informes que hace la personera Lilian Soto, que dice allí están pasando cosas delicadas, y que están asesinando a mucha gente sin que la Policía ni el Ejército hicieran nada.
¿Qué pasó con Soto?
Después de que Soto hizo estas declaraciones fue amenazada y hay indicios de que quién la amenazó fue también comandante de Policía de Yarumal. Posteriormente, aparece Alexander Amaya, un expolicía que había sido detenido por matar a unos ciudadanos, y quien bajo la figura de testigo sin rostro de la época, afirmó que Santiago Vélez es el fundador del grupo paramilitar. Y otros testimonios que aseguraban la presencia del grupo paramilitar en la puerta de la hacienda La Carolina.
Las denuncias de Lilian Soto hicieron parte de un informe que hizo el Centro de Investigación en Educación Popular (Cinep) que fue replicadó por Amnistía Internacional. Lo que hace que en el algún momento Santiago Uribe sea escuchado por primera vez en versión libre.
De ahí surgen otras declaraciones como la del cura Palacios, que reconoce que es informante del Ejército, e integra el grupo paramilitar. Ya en 2011 aparece Meneses, quién como comandante de la policía de Yarumal cuenta que acordó una colaboración con el grupo paramilitar de los Doce Apóstoles. Su declaración es muy concordante con la de Amaya. Y era concordante porque en algún momento Amaya le sirvió de escolta a Meneces.
A partir de la declaración de Juan Carlos Meneces y de Amaya que hablan de la participación de Santiago Uribe, como el autor intelectual de la muerte de Camilo Barrientos, en 1994, y de la conformación del grupo paramilitar. Es por este caso que me constituyo parte civil en la representación de esta familia. Posteriormente se escucha en versión a Santiago Uribe de nuevo y entonces se encuentra que ha dicho cosas que no son ciertas y con esto se arma el debate probatorio.
¿A qué se refiere?
Santiago Uribe niega, por ejemplo, la utilización de radios de comunicación. Lo cual hoy está totalmente desvirtuado en el proceso, porque si uno mira las investigaciones que existen sobre el grupo paramilitar de La Escopeta encuentra que este grupo paramilitar utilizaba una línea que se determinada por la letra R. Y allí aparece Santiago Uribe Vélez utilizando esta línea que era adjudicada por Efraín Ochoa, entonces jefe paramilitar de la región. Situación confirmada recientemente por la decisión de Justicia y Paz, donde se ordena que se investigue al expresidente Uribe por su posible vinculación con grupos paramilitares del sureste antioqueño.
Vea: El orden, control y cultura paramilitar siguen vigentes en el país: Comisión Colombiana de Juristas
A usted le cuestionan su cercanía con Orlando Bernal, abogado de Pablo Catatumbo ante la JEP.
Están condenando el delito de amistad y la posibilidad de que uno pueda hacer sociedades. El doctor Bernal fue mi profesor de penal. Somos muy allegados. Ha estado en la defensa de los derechos humanos y me generó una admiración profunda el haberlo visto como parte civil en el proceso que se adelantó contra Rodríguez Gacha por la muerte de Jaime Pardo Leal.
¿Qué responde a quienes critican que su representación en este caso tiene un sesgo ideológico, por ser también abogado de confianza de Gustavo Petro?
Cuando uno se dedica a defender derechos humanos no lo hace por un vínculo comercial, lo hace por la preocupación sobre la crisis humanitaria del país y de una u otra forma actuamos en defensa de las comunidades que no tienen posibilidades de contratar grandes pules de abogados. Y, como parte de la sociedad, tenemos una posición política.
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Juan Carlos Meneses busca beneficios con mentiras: Jaime Granados
Desde 2014, cuando el mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses decidió entregarse a la justicia de manera voluntaria en Cúcuta, por el homicidio cometido el 25 de febrero de 1994 del conductor Camilo Barrientos en Yarumal (Antioquia), Jaime Granados, el abogado defensor de Santiago Uribe, ha puesto en duda la veracidad de sus declaraciones sobre los nexos de Uribe y el grupo paramilitar los Doce Apóstoles.
En reiteradas ocasiones, Granados ha asegurado que Meneses falta a la verdad en cada testimonio que da para obtener beneficios judiciales y que no es claro bajo qué condiciones la Jurisdicción Especial para la Paz aceptó su sometimiento a este sistema de justicia transicional.
Meneses ha declarado en la Fiscalía que Santiago Uribe lideró el grupo paramilitar los Doce Apóstoles, el cual actuó en Yarumal durante los 90 y que, además, estos hombres entrenaban en la finca La Carolina, propiedad de la familia Uribe. Álvaro Uribe, hermano mayor de Santiago, siempre ha defendido que los señalamientos del mayor son falsos.