Musa Besaile: las 10 verdades que el exsenador le contará la JEP

En una audiencia de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), se comprometió a contar su relación con el paramilitarismo y su compromiso con apoyar los proyectos de ley que favorecieran a este grupo armado.

Colombia en Transición
10 de febrero de 2020 - 11:29 p. m.
El excongresista cordobés dijo en 2017 que pagó 2.000 millones para evitar una supuesta orden de captura. 
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El excongresista cordobés dijo en 2017 que pagó 2.000 millones para evitar una supuesta orden de captura. / Archivo El Espectador
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A puerta cerrada, el pasado viernes el excongresista Musa Besaile, quien era investigado en la Corte Suprema de Justicia por presuntos vínculos con el paramilitarismo, se comprometió ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) a contar toda la verdad de su relación con el conflicto armado. Ante los magistrados de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas mencionó 10 puntos que esclarecería a cambio de su libertad condicionada. Aquí le contamos cuáles son:

Primero: Musa empezará a contar su inicio en la vida política, cuando decidió lanzarse a la cámara de representantes junto a al exsenador Juan Manuel López Cabrales, condenado por el fenómeno de la parapolítica. Dijo que entrará en detalles cómo López le pidió unirse, pues “no puede ser un satélite” en el departamento de Córdoba y debía apoyar al candidato presidenciable de su partido, Horacio Serpa.

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Segundo: El excongresista también relatará cómo, para adelantar su campaña como candidato a la cámara de representantes, en tres ocasiones se reunió con el excomandante paramilitar Salvatore Mancuso, entre finales del año 2001 y comienzos de 2002, quien le otorgó la autorización de hacer política en el departamento. Mancuso le exigió no adelantar actividades de proselitismo en los municipios de Tierra Alta y Valencia (Córdoba); no aceptar a personas que vinieran de la campana de los políticos Eleonora Pineda y Miguel de La Espriella, y apoyar las iniciativas legislativas que les favorecieran a los grupos paramilitares.

Tercero: Otro punto crucial que revelará será la alianza que realizó con el entonces senador Juan Manuel López Cabrales y el exgobernador de Córdoba Jesús María López, para apoyar la campaña de Libardo López para ser gobernador. Este apoyo político fue consecuencia del acuerdo al que llegaron con Salvatore Mancuso.

Cuatro: Desarrollará lo que pasó el 28 de julio de 2004, cuando Salvatore Mancuso fue al Congreso de la República y presentó un discurso.

Quinto: Contará lo sucedido el 18 de enero 2005, cuando se realizó una de las primeras entregas de Ralito de los paramilitares. Mencionó que estuvo con otros congresistas.

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Sexto: El exsenador dirá cómo durante la presentación de los proyectos 782 del 2002 y ley 975 de 2005, que tenían que ver con un marco normativo favorable a los procesos de desmovilización y acuerdo político con los paramilitares, se ausentó conscientemente en los procesos de votación, para no quedar registrado en las actas.

Siete: En 2007, cuando la Corte Suprema de Justicia le abrió investigación preliminar, su abogado suplente, Alejandro Lyons, le propuso abordar antiguos miembros de los paramilitares, como José Luis Hernández Salazar, Libardo Duarte, Roberto Reyes Ortega, Carlos Andrés Valencia y otros, para que en la investigación omitieran, agregaran o complementaran sus testimonios a fin de favorecerlo. Sobre eso también realizará una amplia descripción.

Ocho: Musa explicará por qué, a pesar de ser un representante a la cámara por el departamento de Córdoba, no hizo nada en el Congreso por la grave situación de violencia y violaciones de derechos contra la población civil.  Según dejó su corto testimonio, temía represalias del exparamilitar Salvatore Mancuso.

Noveno: El parapolítico se referirá a los llamados que le hizo al expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien habría tomado algunas medidas de comunicarse con el comandante militar de este departamento para controlar la grave situación de violencia.

Décimo: Aclarará que no tiene conocimiento sobre qué autoridades estaban relacionadas con las estructuras paramilitares.

Musa Besaile entró a la JEP en enero de este año, después de que la Corte Suprema enviara el proceso del excongresista de Córdoba a esa jurisdicción, pues el exsenador sostenía que casos como el de la parapolítica tenían relación con el conflicto armado y, por ende, era la JEP su juez natural.  Fue, entonces, aceptado como agente del Estado no miembro de la fuerza pública. 

La vinculación de Besaile con los paramilitares se conoció gracias a las declaraciones ante Justicia y Paz de Salvatore Mancuso. Según el exjefe paramilitar su grupo armado al margen de la ley tuvo alianzas con varios líderes políticos de Córdoba.

Pero este no será el único hecho que revisará la JEP. Besaile también admitió, en 2017, que pagó $2.000 millones para engavetar su expediente por parapolítica. Este hecho fue la génesis del llamado cartel de la toga, en donde resultaron salpicados, entre otros, tres expresidentes de la Corte Suprema de Justicia: Francisco Ricaurte, Leonidas Bustos y Camilo Tarquino; el entonces fiscal jefe de la Unidad Anticorrupción, Gustavo Moreno, y su socio, Leonardo Pinilla (ambos extraditados y condenados en Estados Unidos), y el exmagistrado Gustavo Malo, acusado por el Senado de la República por los delitos de cohecho, concierto para delinquir, prevaricato por acción y omisión y utilización de asuntos sometidos a reserva.

Por Colombia en Transición

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