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El pasado 12 de marzo, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria del Cultivo y Procesamiento de Aceites y Vegetales (Sintraproaceites), seccional San Alberto (Cesar), le envió una misiva al nuevo director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), Darío Acevedo, con el fin de conocer su posición frente al lanzamiento que había quedado pendiente del informe Y a la vida por fin daremos todo, realizado durante 2017 y 2018, luego de que fuera publicado en la página web del CNMH en enero de este año.
El informe detalla la historia de la violencia ejercida contra miembros de diferentes organizaciones sindicales de la industria del aceite de palma en Cesar desde la década del 70. Además de otros hallazgos, la publicación revela que entre 1971 y 2018 fueron asesinados 95 de esos líderes sindicales y resalta que las víctimas directas pertenecientes a los sindicatos Sintraproaceites y Sintrainagro fueron 249, quienes padecieron homicidios selectivos, atentados, torturas, desplazamiento forzado, desaparición forzada y amenazas, todas vinculadas a las organizaciones sindicales de la empresas Indupalma, Palmeras de la Costa y Palmas del Cesar.
Según Arturo Rincón, presidente de Sintraproaceites seccional San Alberto, lo que se había acordado entre ese sindicato, el CNMH y Fundesvic, organización de víctimas que también participó en la construcción del informe, era realizar dos lanzamientos regionales de la publicación: uno en San Alberto y el otro en El Copey, municipios del Cesar, y uno nacional en Bucaramanga (Santander).
La respuesta del CNMH llegó el 26 de marzo. Acevedo, ya posesionado como director del Centro, respondió en una carta que los lanzamientos aún no estaban programados: “Además, es muy probable que no sea un ejercicio que el CNMH priorice en el marco de su planeación”.
En su respuesta, Acevedo manifestó que eso no debía entenderse como un obstáculo para que de manera “autónoma” el sindicato avanzara con el proceso de difusión de la publicación y que el material producido estaba a su disposición. En consecuencia, en las bodegas del CNMH en Bogotá reposan cerca de 1.500 ejemplares del informe que debían ser entregados en los eventos, de acuerdo con el mandato de difusión y socialización que tiene el Centro, según la Ley de Víctimas, 1448 de 2011, que lo creó.
“Como organización sindical no tenemos ánimo de lucro y tampoco recursos para hacer los lanzamientos y la entrega del informe. Sin embargo, frente a la decisión del CNMH de no realizar el lanzamiento, estamos coordinando con las demás seccionales de Sintraproaceites y buscando otro apoyo, para poder hacer el ejercicio y darle una connotación real, que es lo que en este momento se quiere opacar”, señaló el líder sindical Arturo Rincón.
Por su parte, consultado por este diario, Acevedo dijo que el informe se había publicado en la dirección anterior y que “el compromiso más importante era la publicación y esta ya se cumplió”.
Sin embargo, desde el sindicato defienden la necesidad de difundir el trabajo: “El objetivo es dar a conocer las memorias de los trabajadores de la palma en Cesar, pues la voz que ha predominado es la de los empresarios, que ha sido de señalamiento y estigmatización frente a la organización sindical”, dijo Rincón.
La batalla por la memoria
Lo inquietante para el sindicato es que, antes de la negativa de Acevedo a realizar los lanzamientos de la publicación, Fedepalma, gremio que agrupa al sector de la agroindustria de la palma de aceite en el país, le envió una carta al director del CNMH, que conoció Colombia 2020, en la cual el director ejecutivo, Jens Mesa Dishington, le manifiesta su “preocupación por la información presentada en dichos textos”, así como en la crónica ilustrada que acompaña esta investigación.
En esa misiva, Fedepalma dice que la investigación “no consulta el punto de vista de las empresas palmicultoras que operan en el departamento del Cesar, ni el papel que estas han jugado en su desarrollo económico y en el mejoramiento de la calidad de vida de sus comunidades circundantes, sino que omite la realidad actual del sector y del empleo que genera hoy día en la región”.
Luego de manifestar sus objeciones a la publicación, Mesa Dishington le planteó al director Acevedo la posibilidad de “complementar” esas memorias “teniendo en cuenta a todos los actores e información que permita contar con una visión amplia y completa de la historia laboral de la palma de aceite en el Cesar”.
En una carta del 27 de marzo de 2019, Acevedo respondió así al gremio: “Luego de leer atentamente dichas reservas (…) tengo algunas preocupaciones en relación con puntos del informe”. No obstante, a renglón seguido puntualizó: “... considerando que el material ya está impreso, no es posible realizar ajustes al contenido”.
Dichas reservas, dijo en entrevista con este medio, tienen que ver con que “el texto en cuestión contiene dos aspectos que se salen del campo de acción del CNMH: el período que cubre desde 1948 y nuestro mandato dice desde 1985 y, además, el contenido es más de historia sindical y conflicto laboral que de víctimas. Pero mi opinión es inocua, porque nada se puede hacer para remediar el asunto”.
No obstante, Acevedo le hizo una promesa a Fedepalma: “Si usted lo considera, le ofrezco generar un espacio en el cual podamos tener un diálogo más fluido y profundo (...) además, la posibilidad de complementar las memorias que ofrece el informe”, escribió en la carta referida del 27 de marzo. En ese sentido, Acevedo le dijo a Colombia 2020 que “las víctimas de violencia antisindical hacen parte del universo plural de víctimas y por tanto son parte de nuestros trabajos de memoria”. Entretanto, el sindicato palmero seguirá buscando recursos para lanzar su informe en Bogotá y las regiones.