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Conocer la verdad sobre lo que ocurrió durante el conflicto armado ha sido uno de los grandes objetivos de Colombia 2020 de El Espectador. No en vano, durante 2019, sus periodistas recorrieron varias ciudades del país, entre ellas Cúcuta, Villavicencio, Neiva, entre otras, para generar un diálogo amplio entre diferentes actores de la guerra que, incluso, fueron grandes enemigos y víctimas, llamado “Hablemos de verdad”. Sus resultados fueron alentadores: no solo las comunidades agradecieron conocer hechos que hasta ahora desconocían, sino que también los guerreros pudieron mostrar otra cara más humana desde el perdón y la reconciliación.
Es por esto que para este año se decidió llevar este formato, que no es más que una mesa conformada por sectores, víctimas y excombatientes, a los colegios del país. “Hablemos de verdad”, apoyado por la Embajada de Alemania en Colombia, fue adaptado en un proyecto piloto que empezará este jueves 29 de octubre con la participación de estudiantes de grados 9, 10 y 11 de los colegios José Max León, de Bogotá, y Francisco de Paula Santander, de Zulia, Norte de Santander.
El piloto, que cuenta con el apoyo técnico del Instituto Colombo Alemán para la Paz (Capaz) y de la Licenciatura en Educación Comunitaria de la Universidad Pedagógica, pretende llevar a las aulas aquellas discusiones que son difíciles de abordar en entornos educativos, como los odios heredados, los conflictos por pensar diferente y los crímenes atroces que, incluso, los protagonistas de la guerra esperan que no se vuelvan a repetir.
En contexto: Hablemos de Verdad: así fueron los encuentros entre excombatientes y víctimas
Para este primer encuentro, que se realizará el 29 de octubre, están invitados Pastor Alape, miembro del secretariado de las extintas Farc; Óscar Montealegre, comandante del bloque Central Bolívar de las antiguas Autodefensas Unidas de colombia (Auc), y Bibiana Quintero, una joven abogada, hija de un militar que cometió graves delitos durante el conflicto y que trabaja en la reconciliación. Los invitados conversarán con los jóvenes y docentes sobre las razones que los llevaron tan cerca del conflicto y a trabajar hoy por la construcción de paz.
Johanna Huepa, maestra de la Licenciatura en Educación Comunitaria con énfasis en derechos humanos de la Universidad Pedagógica de Colombia, asegura que los relatos de verdad no son solo responsabilidad de las personas que participaron directamente en la guerra, sino también del sector educativo: “La pedagogía para la paz tiene que llevar el hilo de esos relatos que buscan la construcción de una sociedad. Si tenemos verdades por contar y escuchar, pero no les damos espacios en las aulas, en los proyectos sociales o en los procesos comunitarios, ¿qué tipo de sociedad vamos a querer? Sanar el tejido social es un trabajo conjunto de todos los días”.
Pero no es un asunto solo de la comunidad educativa. Stefan Peters, director del Instituto Capaz, reitera que la esfera internacional debe ser garante para que toda la verdad sea expuesta, siempre y cuando las decisiones de base se tomen seriamente desde lo local y con todos los puntos de vista posibles. Peters, quien también será conductor en el conversatorio, concluye que “en este espacio tendremos la oportunidad de ver cómo las intervenciones juveniles también pueden generar debate y ayudan a explicar hechos de una guerra que no vivieron directamente, pero que la cuestionan frente a actores que sí se involucraron de lleno”.
Los invitados, desde ahora, aseguran que es un gran reto, pues los jóvenes podrían tener prejuicios o juzgar severamente a quienes tomaron en su momento decisiones equivocadas. Sin embargo, según Alape, los relatos testimoniales sobre el conflicto que se encaminan a la educación para la paz pueden ser útiles para desestigmatizar a los actores de la guerra y enseñar a los jóvenes que “hablar de la verdad no es necesariamente abrir las puertas para ir a la cárcel, sino que es el camino para dignificar a los más afectados por la guerra”, agrega.
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Además, el antiguo comandante del bloque del Magdalena Medio de las Farc, asegura que los escenarios públicos de pacificación, como lo es el conversatorio “Hablemos de verdad en los colegios”, funcionan también para mostrar un reconocimiento de responsabilidad de los excombatientes, al tiempo que “se invita a los más jóvenes para que crean en la responsabilidad civil y ética y en el poder del relato histórico como herramientas para reencontrarnos como Nación”.
Esta visión la comparte Óscar Montealegre, conocido como Piraña en los años de guerra, e insiste que las transiciones hacia la paz “requieren multiplicidad de voces y una agenda trazada con objetivos comunes”. De hecho, Montealegre y Pastor Alape no se verán las caras por primera vez en este tipo de actividades. A lo largo de estos primeros años de posconflicto también han sido panelistas en eventos en Llano Grande (Dabeiba), Yarumal y en Puerto Berrío, en el departamento de Antioquia, donde se propusieron estrategias de diálogo y perdón colectivo.
“Con Óscar hemos trabajado en proyectos estructurales de reconciliación en el Magdalena Medio. Allí combatimos desde lados opuestos, pero ahí mismo seguiremos haciéndoles honor a las víctimas por medio de la verdad. Pretendemos llevar el mismo mensaje al público de los colegios”, propone Pastor Alape.
Pero en “Hablemos de verdad” no solo se menciona el pasado, sino los problemas que nos aquejan hoy, como el asesinato sistemático de líderes sociales y excombatientes de las Farc, las garantías para las personas que están cumpliendo con el Acuerdo de Paz o la implementación de entidades como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), aspectos que los jóvenes ven en las noticias, aunque poco discuten o conocen. Bibiana Quintero y Johanna Huepa consideran que, a pesar de ser complejos, estas aristas deben entrar en los relatos. Ambas llegan a la conclusión de que los jóvenes tienen que entender en qué país viven y cómo está el panorama de transición hacia la paz para que desde edades tempranas adopten mecanismos en los que hagan prevalecer la verdad sin miedos.