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Ocho excomandantes de la antigua guerrilla de las FARC-EP, a través de un comunicado público emitido en la noche de este lunes 14 de septiembre, pidieron perdón a todas las víctimas de secuestro del país y a sus familias. El escrito llegó después de que se diera un encuentro de reflexión virtual con Ingrid Betancourt, víctima de este delito, a través de las redes de la Comisión de la Verdad. Las víctimas, en respuesta, coinciden en que el acto de reconocimiento y perdón debe llegar acompañado de la verdad sobre lo que ocurrió en el conflicto.
¿Por qué los secuestraban? ¿Cómo elegían a las personas que iban a secuestrar? ¿Dónde están los desaparecidos que en un principio fueron secuestrados? ¿Quiénes daban las órdenes? Estas son algunas de las preguntas que se hacen las víctimas y aún no tienen respuesta. El Espectador habló con varias personas que vivieron en carne propia el secuestro o que tuvieron familiares secuestrados por las FARC-EP para conocer sus reacciones sobre el pedido de perdón público.
Sebastián Arismendy, hijo de Héctor Fabio Arismendy, uno de los once diputados del Valle que fueron secuestrados y asesinados por la extinta guerrilla en 2002, señaló que es oportuno y necesario que ellos admitan, con sus propias palabras, que el secuestro fue un hecho atroz y que se arrepientan de haberlo hecho. Sin embargo, dice que no deja de ser una situación incómoda porque la reacción llega dos semanas después de que las FARC-EP negaran haber cometido reclutamiento de menores al interior de sus filas: “Es triste que solo empiecen a aceptar porque tienen miedo, cuando hay pruebas suficientes”.
(Lea también: “Les arrebatamos lo más preciado: su libertad y dignidad”: Farc a víctimas de secuestro)
En eso coincidió Aníbal Rodríguez Briñez, empresario huilense y víctima de secuestro, quien mencionó que si bien el comunicado de FARC es una decisión para celebrar, es fundamental que reconozcan este delito como una práctica grave y que el arrepentimiento no quede solo en palabras, sino en hechos. “Quienes se desmovilizaron y siguen comprometidos con el proceso de paz están haciendo este reconocimiento y esto aporta mucho a la verdad histórica del conflicto en Colombia. Lo importante es que en el país podamos consolidar el proceso de paz a pesar de los altibajos. Falta mucho por esclarecer, sobre todo en materia de reclutamiento forzado de menores, pero espero que el país continúe avanzando en la reconciliación”, explica Rodríguez.
Una de las desazones que le quedan a Carlos Benavides, hijo de Luis Orlando Benavides Uribe, guardián de la cárcel de San José y quien fue secuestrado por el Bloque Oriental en 2006 en el departamento del Guaviare, es que pese a que pidieron perdón, no han dicho toda la verdad ante la JEP sobre el caso de su padre. “En la versión que nos dieron en la JEP en junio de este año, nos dijeron que a mi padre lo habían asesinado porque creían que él era informante del Ejército y que estaba en una tarea de espionaje de actividades del Frente 7 de las FARC-EP. Ellos dijeron que tuvieron a mi padre tres días retenido mientras lo interrogaban y que no encontraron nada en la versión que él estaba dando, entonces que por eso dudaron y que “les tocó asesinarlo”. Dijeron que no entendían por qué tenía que estar en la cárcel, sabiendo que él era un empleado de un centro penitenciario, ¿cómo así que no entienden por qué estaba en su lugar de trabajo?", reclama.
Benavides señala que, de manera personal, ya perdonó a los exguerilleros que secuestraron y asesinaron a su padre y reconoce que “al menos agacharon la cabeza”. Sin embargo, dice que no podrá cerrar el duelo por completo hasta que la versión que den ante la justicia transicional sea coherente y real. Asegura que “deben pedir perdón nuevamente cuando dejen de decir versiones falsas sobre el secuestro de mi papá”.
(Vea: El aporte a la verdad que recibieron 13 familias víctimas del conflicto)
Jair Riveros, exmilitar víctima de la toma de Miraflores (Guaviare) en 1998 y quien fue secuestrado durante un año y medio, comenta que escuchó la noticia esta mañana en la radio y que lo único que espera es que “estén pidiendo perdón de corazón y no como estrategia”. Asegura que no sabe qué responder a la pregunta de si acepta el perdón que ofrecieron de manera generalizada: “Yo vivo con mucho rencor a ellos por lo que me hicieron porque después de eso yo no pude volver a ser el mismo, tengo muchas secuelas psicológicas y creo que no, no los perdonaría”.
Dice que no siente que necesite saber la verdad sobre cuáles fueron las razones que los motivaron a hacer esa toma a la base militar, pero sí reclama que deben indemnizar a las víctimas del conflicto. “Tanto los civiles como nosotros los militares creo que deberíamos ser reparados por lo que nos hicieron, y ser reparados por las FARC y por el Estado, pero pues de ahí a saber más sobre por qué hacían lo que hacían no me va solucionar nada".
El general (r) Luis Mendieta, quien permaneció 12 años secuestrado por la antigua guerrilla, dijo en diálogo con RCN Radio que no cree en la voluntad de perdón de las FARC porque "ellos siempre utilizan la mentira y el doble lenguaje para todas sus actuaciones. Así lo percibimos todos desde las jaulas de concentración”. De hecho, en una entrevista con El Espectador, publicada este lunes 14 de septiembre, antes de que se conociera el comunicado público de perdón por parte de los exFARC, aseguró que “los terroristas de las FARC, en su comparecencia y en versión colectiva e individuales ante la JEP, no están contribuyendo en la verdad y con esto incumplen lo pactado en el proceso”.
En un lado opuesto, Consuelo González de Perdomo, quien fue representante a la Cámara por el departamento del Huila y estuvo seis años secuestrada por la columna móvil Teófilo Forero, afirma que recibe de manera positiva el perdón de las FARC-EP por el daño que causaron en las víctimas y sus familias: “Veo muy positivo ese reconocimiento pero creo que todavía es incompleto hasta que ellos no comenten toda la verdad ante la JEP sobre el tema del secuestro”.
Cuenta que todavía tiene interrogantes sobre su caso: “¿Por qué me secuestraron? ¿Quién dio mi nombre para que me secuestraran? ¿Por qué secuestrar a tres parlamentarios del Huila? ¿Qué ganaron con eso? Yo quiero que ellos detallen más sobre las razones que tuvieron para nuestro secuestro”.
La excongresista pide que este acto de perdón venga acompañado de reparación a las víctimas que no fueron nunca liberadas y hoy están desaparecidas. Recuerda que “hay mucha gente a la que extorsionaron y le pedían que pagara un valor para el supuesto rescate. Ellos pagaron ese valor y nunca devolvieron a la persona, ni siquiera les han dicho dónde quedaron los cuerpos, si es que existen todavía”.
El paso que deben dar ahora, según González, es comprometerse a nunca volver a cometer violaciones de derechos humanos, como garantía de no repetición para las víctimas. Y en esto concuerdan los exFarc, quien para cerrar su carta recordaron estar comprometidos con el proceso de paz y con relatar la verdad de lo que sucedió en 50 años de guerra.