Los ritmos de la resistencia en Tumaco
Ocho tumaqueños conforman la banda Plu con Pla, que le apuesta a construir memoria a través de los ritmos del Pacífico. La agrupación hace parte de la Fundación Tumac, que ofrece talleres de música y danza a niños.
María Paula Ardila / mpardila@elespectador.com
Entre el sonido de la marimba y los bombos se escucha un canto contundente que dice sin parar: “Esta es la voz de la resistencia, estamos luchando por nuestra existencia”. A través de la música afrocolombiana del Pacífico sur, Plu con Pla fusiona reggae, rap y hip-hop, para cantar en medio de una guerra sin precedentes, que lleva años cobrando la vida de cientos de personas en Tumaco, Nariño.
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“Hace cinco años decidieron formar una agrupación que cambiara las narrativas y los referentes. La canción Vos sabes está inspirada en ese relato que se cuenta todos los días en Tumaco: la desaparición. Al final, Colombia sabe que hay una historia de desaparecidos, pero no le pone rostro ni nombres”, dice Katheryne Hernández, integrante de la Unidad de Empoderamiento Juvenil y Comunitario de la corporación Manos Visibles.
La idea de base es buscar en los sonidos y las letras una nueva forma de reflejar las dinámicas de violencia, que con el tiempo se han normalizado en la zona y que han dejado como víctimas al 70 % de la población del municipio, durante más de cincuenta años de conflicto armado.
Resignificar el territorio
Plu con Pla significa “plumuda con plátano”, que, según explica Hernández, es el pescado más barato que se encuentra en los mercados de Tumaco. “Lo que empieza a hacer el nombre de la agrupación es cambiar la forma en que se concibe al vulnerado”. Y es que la banda conformada por ocho tumaqueños hace parte de la Fundación Tumac, creada hace cincuenta años por Francisco Tenorio. Allí perviven las danzas y sonidos del Pacífico colombiano, gracias a jóvenes luthiers que construyen instrumentos a partir de materiales como la balsa, el cedro y la palma de chontaduro. “Tenemos procesos de formación artística donde retratamos la cultura del Pacífico sur”, dijo un miembro de la agrupación, al explicar que la mayoría de las casi mil personas que están vinculadas a la fundación son estudiantes de colegios de la zona rural del municipio.
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“El transporte y la movilidad son los problemas de la gran ciudad. Mientras que aquí nos vemos caer, uno a uno desaparecer. No vives aquí, no sientes temor. Tú no sabes qué es vivir en el horror. Qué fácil te resulta opinar y decidir, cuando no son tus hijos los que van a morir”, dicen los versos de Vos sabes que se mezclan con las imágenes de decenas de familias que reclaman por sus desaparecidos.
En Tumaco la guerra permeó de tal forma a la comunidad, que en 2018 la Fundación Paz y Reconciliación identificó al menos once grupos armados organizados. Las Guerrillas Unidas del Pacífico, el Clan del Golfo y el frente Oliver Sinisterra —desertores de la columna Daniel Aldana, de las Farc— son algunas de las organizaciones criminales que delinquen en la zona que, por su posición geográfica, se configura como un escenario perfecto para la distribución de las rentas derivadas del narcotráfico, la minería ilegal y las extorsiones.
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Uno de los grupos poblacionales más vulnerables en este complejo contexto ha sido el de los indígenas awá, cuyos resguardos están asentados en zonas estratégicas para los grupos ilegales, por lo que a lo largo del conflicto han sido víctimas directas de intimidaciones y pujas por el control territorial por parte de estas estructuras. Incluso en 2018 la Defensoría del Pueblo advirtió que líderes sociales del resguardo Gran Rosario, distrito de Tumaco, tuvieron que salir del municipio al ser declarados objetivo militar por el frente Oliver Sinisterra.
El desplazamiento forzado cobró tales dimensiones, que María Emilsen Angulo, alcaldesa local, declaró emergencia humanitaria en los primeros días de enero de 2020. Esto luego de que más de 4.000 habitantes del Consejo Comunitario Unión Río Chagüí, distrito especial de Tumaco, salieran de su territorio a raíz de los enfrentamientos entre el Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano y la estructura delincuencial de origen paramilitar denominada Los Contadores.
Resistencia
A pesar de los desafíos que supone trabajar en un territorio donde el conflicto no cesa, Plu con Pla trabaja en función del desarrollo artístico de los jóvenes tumaqueños. “Nosotros le cantamos a nuestra tierra, a la vida y al amor en medio de estas situaciones que nos toca vivir día a día. Tenemos una canción que se llama No más velorio y de alguna manera son letras para ellos, porque nos están matando”, dijo un integrante de la agrupación.
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En medio de la crisis sanitaria que enfrenta el país, la banda realizó campañas de concientización y talleres virtuales, para que, desde casa, los habitantes de Tumaco cuiden de su salud y a la vez aprendan sobre los ritmos del Pacífico. “A través de la música hay memoria transformada en esperanza. Las plataformas artísticas permiten replicar la historia, dignificarla y visibilizar los fenómenos de violencia en el territorio”, dijo Johana Olaya, directora de la Casa de la Memoria de Tumaco y la Costa Pacífica Nariñense.
Aquí el video de Vos Sabes de Plu con Pla:
Entre el sonido de la marimba y los bombos se escucha un canto contundente que dice sin parar: “Esta es la voz de la resistencia, estamos luchando por nuestra existencia”. A través de la música afrocolombiana del Pacífico sur, Plu con Pla fusiona reggae, rap y hip-hop, para cantar en medio de una guerra sin precedentes, que lleva años cobrando la vida de cientos de personas en Tumaco, Nariño.
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“Hace cinco años decidieron formar una agrupación que cambiara las narrativas y los referentes. La canción Vos sabes está inspirada en ese relato que se cuenta todos los días en Tumaco: la desaparición. Al final, Colombia sabe que hay una historia de desaparecidos, pero no le pone rostro ni nombres”, dice Katheryne Hernández, integrante de la Unidad de Empoderamiento Juvenil y Comunitario de la corporación Manos Visibles.
La idea de base es buscar en los sonidos y las letras una nueva forma de reflejar las dinámicas de violencia, que con el tiempo se han normalizado en la zona y que han dejado como víctimas al 70 % de la población del municipio, durante más de cincuenta años de conflicto armado.
Resignificar el territorio
Plu con Pla significa “plumuda con plátano”, que, según explica Hernández, es el pescado más barato que se encuentra en los mercados de Tumaco. “Lo que empieza a hacer el nombre de la agrupación es cambiar la forma en que se concibe al vulnerado”. Y es que la banda conformada por ocho tumaqueños hace parte de la Fundación Tumac, creada hace cincuenta años por Francisco Tenorio. Allí perviven las danzas y sonidos del Pacífico colombiano, gracias a jóvenes luthiers que construyen instrumentos a partir de materiales como la balsa, el cedro y la palma de chontaduro. “Tenemos procesos de formación artística donde retratamos la cultura del Pacífico sur”, dijo un miembro de la agrupación, al explicar que la mayoría de las casi mil personas que están vinculadas a la fundación son estudiantes de colegios de la zona rural del municipio.
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“El transporte y la movilidad son los problemas de la gran ciudad. Mientras que aquí nos vemos caer, uno a uno desaparecer. No vives aquí, no sientes temor. Tú no sabes qué es vivir en el horror. Qué fácil te resulta opinar y decidir, cuando no son tus hijos los que van a morir”, dicen los versos de Vos sabes que se mezclan con las imágenes de decenas de familias que reclaman por sus desaparecidos.
En Tumaco la guerra permeó de tal forma a la comunidad, que en 2018 la Fundación Paz y Reconciliación identificó al menos once grupos armados organizados. Las Guerrillas Unidas del Pacífico, el Clan del Golfo y el frente Oliver Sinisterra —desertores de la columna Daniel Aldana, de las Farc— son algunas de las organizaciones criminales que delinquen en la zona que, por su posición geográfica, se configura como un escenario perfecto para la distribución de las rentas derivadas del narcotráfico, la minería ilegal y las extorsiones.
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Uno de los grupos poblacionales más vulnerables en este complejo contexto ha sido el de los indígenas awá, cuyos resguardos están asentados en zonas estratégicas para los grupos ilegales, por lo que a lo largo del conflicto han sido víctimas directas de intimidaciones y pujas por el control territorial por parte de estas estructuras. Incluso en 2018 la Defensoría del Pueblo advirtió que líderes sociales del resguardo Gran Rosario, distrito de Tumaco, tuvieron que salir del municipio al ser declarados objetivo militar por el frente Oliver Sinisterra.
El desplazamiento forzado cobró tales dimensiones, que María Emilsen Angulo, alcaldesa local, declaró emergencia humanitaria en los primeros días de enero de 2020. Esto luego de que más de 4.000 habitantes del Consejo Comunitario Unión Río Chagüí, distrito especial de Tumaco, salieran de su territorio a raíz de los enfrentamientos entre el Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano y la estructura delincuencial de origen paramilitar denominada Los Contadores.
Resistencia
A pesar de los desafíos que supone trabajar en un territorio donde el conflicto no cesa, Plu con Pla trabaja en función del desarrollo artístico de los jóvenes tumaqueños. “Nosotros le cantamos a nuestra tierra, a la vida y al amor en medio de estas situaciones que nos toca vivir día a día. Tenemos una canción que se llama No más velorio y de alguna manera son letras para ellos, porque nos están matando”, dijo un integrante de la agrupación.
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En medio de la crisis sanitaria que enfrenta el país, la banda realizó campañas de concientización y talleres virtuales, para que, desde casa, los habitantes de Tumaco cuiden de su salud y a la vez aprendan sobre los ritmos del Pacífico. “A través de la música hay memoria transformada en esperanza. Las plataformas artísticas permiten replicar la historia, dignificarla y visibilizar los fenómenos de violencia en el territorio”, dijo Johana Olaya, directora de la Casa de la Memoria de Tumaco y la Costa Pacífica Nariñense.
Aquí el video de Vos Sabes de Plu con Pla: