Los tres nuevos proyectos productivos aprobados de excombatientes de Farc
Dos emprendimientos de ganadería en Norte de Santander y Arauca, y un taller de confecciones en Tolima, son los nuevos proyectos respaldados por el Consejo Nacional de Reincorporación con recursos de cooperación internacional y del Gobierno para su funcionamiento.
Colombia 2020
El pasado 2 de abril, el Consejo Nacional de Reincorporación aprobó, en sesión virtual, tres nuevos proyectos productivos colectivos de excombatientes de la antigua guerrilla de las Farc. Aunque en muchos de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) están suspendidos los proyectos por la pandemia del COVID-19, la cooperativa multiactiva del común Tejiendo Paz de Icononzo (Tolima), confecciona tapabocas para entregar en el municipio por el nuevo coronavirus.
De hecho, ese es uno de los tres proyectos aprobados por el Consejo, con el que se benefician 22 excombatientes dedicados a la confección de ropa femenina. Según Gonzalo Beltrán, representante legal de Tejiendo Paz, “luego de tres años trabajando en este proyecto productivo, logramos el reconocimiento del CNR. Eso nos llena de mucha felicidad y muchas ganas de seguir trabajando”, dice.
Esta cooperativa, que trabaja de la mano con la empresa Manifiesta - Hecho en Colombia, comenzó a producir vestidos, camisetas, kimonos y chalecos en 2017 para distribuirlas a nivel nacional y dar a conocer las historias de vida de los excombatientes que le apostaron a la paz. Sin embargo, desde este 24 de marzo y por la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, suspendieron la producción de ropa y comenzaron a confeccionar tapabocas que serán repartidos entre la comunidad y el hospital de Icononzo, para evitar el contagio.
(Lea también: Poner en marcha los PDET en Chocó, la esperanza para afrontar una emergencia por COVID-19)
De acuerdo con el CNR, el costo total del proyecto aprobado es de $440 millones. Beltrán explica que la inversión de la cooperación internacional será de $90 millones y la entrega del Gobierno Nacional es de $176 millones ($8 millones por excombatiente). Los $173 millones restantes, corresponden a la materia prima y maquinaria con la que trabajan desde hace tres años.
Ángela Herrera, de Manifiesta, explica que en lo que lleva trabajando con la cooperativa Tejiendo Paz, “ya ellos se habían presentado en dos ocasiones y el proyecto no pasaba de la Mesa Técnica porque el uso de suelo donde están todos los ETCR es para uso silvopastoril (integración de árboles con el pastoreo de animales) entonces no era posible que existiera un taller de confecciones allí”. Sin embargo, esta vez fue diferente por el impacto que ha tenido la cooperativa en el país.
Las historias de los tres proyectos son completamente distintas pero comparten un mismo objetivo: continuar apoyando el proceso de reincorporación de hombres y mujeres, a través del aprendizaje de nuevos oficios.
Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, dijo el año pasado que serían invertidos cerca de $8.000 millones para proyectos de 279 excombatientes. En la sesión virtual del pasado jueves, el Consejero explicó que “el Gobierno es consciente de la responsabilidad histórica de cumplirles a los excombatientes, dentro del propósito de estabilizar los territorios golpeados por la violencia”.
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El segundo proyecto aprobado por el CNR es el de la cooperativa Comprocat de la vereda Caño Indio, municipio de Tibú (Norte de Santander). Desde allí, nueve excombatientes trabajan con ganadería en 15 hectáreas de territorio desde hace casi dos años, pese a las dificultades que han tenido para formalizarse.
Karina Galván. gerente de la cooperativa, cuenta que ya se habían presentado en dos ocasiones al Consejo pero no pasaban porque “el título de propiedad de nuestro ETCR no existe. Esa ha sido la dificultad de los proyectos productivos en las regiones”.
Para lograr la aprobación, según cuenta Galván, tuvieron que recurrir a una carta de sana posesión del territorio y eso los convirtió en el primer proyecto colectivo oficializado en la región. “Esto es un gran paso no solo para los de la cooperativa sino para todos los excombatientes que estamos en la región porque, salir con las manos vacías luego del Acuerdo de Paz, esperanzados en algo que no llegaba, es realmente difícil”, dice la líder.
Con los $72 millones que les entregará el Gobierno Nacional, y el dinero que destine la cooperación internacional para ellos, buscan comprar más ganado de cebo para continuar con sus labores de cría y, posteriormente, comercializar los productos derivados.
Un proyecto similar fue aprobado en la vereda Filipinas, municipio de Arauquita (Arauca), a cargo de la asociación Flor de la Sabana, donde trabajan 33 excombatientes de las Farc en la ganadería de doble propósito.
Desde hace más de un año, la asociación tiene como sustento el trabajo de la ganadería desde el ETCR de Filipinas. Over Chogo Nieto, representante legal, dice que han logrado comercializar carnes y leche para vender en la región y mantener su economía. Sin embargo, desde 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, muchos de ellos han comenzado estudios alternos, como el caso de Over, que es técnico electricista y hace trabajos en la región.
“Desde que regresamos a la vida civil hemos estudiado. De los 33 que estamos en el proyecto, 29 hicimos un curso de nutrición bovina del que ya nos graduamos y con eso hemos mantenido en pie el proyecto”, menciona.
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Con la inversión de $324 millones que recibirán para el fortalecimiento del proyecto colectivo, buscan continuar con la producción de leche e incursionar en la producción de yogurt y silo para ganado. Chogo Nieto, explica que “con los recursos que vamos a recibir vamos a comprar más ganado hembra, bebederos para los animales, un brete (corral) para manejo bovino, cercas eléctricas y computadores para industrializar la producción”.
Estos tres proyectos aprobados por el Consejo Nacional de Reincorporación hacen parte del plan de la Agencia Nacional de Reincorporación (ARN) para garantizar el retorno a la vida civil de los excombatientes que se acogieron al Acuerdo de Paz y que permanecen en los ETCR que destinó el Gobierno en las zonas rurales de Colombia.
De acuerdo con el CNR, hay 52 emprendimientos colectivos formalizados en el país, con los que se benefician 2.544 personas. Con esto, lo que se pretende es que las personas que están haciendo el tránsito a la vida civil adquieran nuevos conocimientos y oficios que les permitan tener un sustento económico a largo plazo.
Pastor Alape, representante de los excombatientes de las Farc ante el CNR y uno de los presentes en la sesión virtual, resaltó “el trabajo conjunto, armónico y comprometido de sus integrantes en favor de las personas en proceso de reincorporación”.
El pasado 2 de abril, el Consejo Nacional de Reincorporación aprobó, en sesión virtual, tres nuevos proyectos productivos colectivos de excombatientes de la antigua guerrilla de las Farc. Aunque en muchos de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) están suspendidos los proyectos por la pandemia del COVID-19, la cooperativa multiactiva del común Tejiendo Paz de Icononzo (Tolima), confecciona tapabocas para entregar en el municipio por el nuevo coronavirus.
De hecho, ese es uno de los tres proyectos aprobados por el Consejo, con el que se benefician 22 excombatientes dedicados a la confección de ropa femenina. Según Gonzalo Beltrán, representante legal de Tejiendo Paz, “luego de tres años trabajando en este proyecto productivo, logramos el reconocimiento del CNR. Eso nos llena de mucha felicidad y muchas ganas de seguir trabajando”, dice.
Esta cooperativa, que trabaja de la mano con la empresa Manifiesta - Hecho en Colombia, comenzó a producir vestidos, camisetas, kimonos y chalecos en 2017 para distribuirlas a nivel nacional y dar a conocer las historias de vida de los excombatientes que le apostaron a la paz. Sin embargo, desde este 24 de marzo y por la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, suspendieron la producción de ropa y comenzaron a confeccionar tapabocas que serán repartidos entre la comunidad y el hospital de Icononzo, para evitar el contagio.
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De acuerdo con el CNR, el costo total del proyecto aprobado es de $440 millones. Beltrán explica que la inversión de la cooperación internacional será de $90 millones y la entrega del Gobierno Nacional es de $176 millones ($8 millones por excombatiente). Los $173 millones restantes, corresponden a la materia prima y maquinaria con la que trabajan desde hace tres años.
Ángela Herrera, de Manifiesta, explica que en lo que lleva trabajando con la cooperativa Tejiendo Paz, “ya ellos se habían presentado en dos ocasiones y el proyecto no pasaba de la Mesa Técnica porque el uso de suelo donde están todos los ETCR es para uso silvopastoril (integración de árboles con el pastoreo de animales) entonces no era posible que existiera un taller de confecciones allí”. Sin embargo, esta vez fue diferente por el impacto que ha tenido la cooperativa en el país.
Las historias de los tres proyectos son completamente distintas pero comparten un mismo objetivo: continuar apoyando el proceso de reincorporación de hombres y mujeres, a través del aprendizaje de nuevos oficios.
Emilio Archila, consejero presidencial para la Estabilización y la Consolidación, dijo el año pasado que serían invertidos cerca de $8.000 millones para proyectos de 279 excombatientes. En la sesión virtual del pasado jueves, el Consejero explicó que “el Gobierno es consciente de la responsabilidad histórica de cumplirles a los excombatientes, dentro del propósito de estabilizar los territorios golpeados por la violencia”.
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El segundo proyecto aprobado por el CNR es el de la cooperativa Comprocat de la vereda Caño Indio, municipio de Tibú (Norte de Santander). Desde allí, nueve excombatientes trabajan con ganadería en 15 hectáreas de territorio desde hace casi dos años, pese a las dificultades que han tenido para formalizarse.
Karina Galván. gerente de la cooperativa, cuenta que ya se habían presentado en dos ocasiones al Consejo pero no pasaban porque “el título de propiedad de nuestro ETCR no existe. Esa ha sido la dificultad de los proyectos productivos en las regiones”.
Para lograr la aprobación, según cuenta Galván, tuvieron que recurrir a una carta de sana posesión del territorio y eso los convirtió en el primer proyecto colectivo oficializado en la región. “Esto es un gran paso no solo para los de la cooperativa sino para todos los excombatientes que estamos en la región porque, salir con las manos vacías luego del Acuerdo de Paz, esperanzados en algo que no llegaba, es realmente difícil”, dice la líder.
Con los $72 millones que les entregará el Gobierno Nacional, y el dinero que destine la cooperación internacional para ellos, buscan comprar más ganado de cebo para continuar con sus labores de cría y, posteriormente, comercializar los productos derivados.
Un proyecto similar fue aprobado en la vereda Filipinas, municipio de Arauquita (Arauca), a cargo de la asociación Flor de la Sabana, donde trabajan 33 excombatientes de las Farc en la ganadería de doble propósito.
Desde hace más de un año, la asociación tiene como sustento el trabajo de la ganadería desde el ETCR de Filipinas. Over Chogo Nieto, representante legal, dice que han logrado comercializar carnes y leche para vender en la región y mantener su economía. Sin embargo, desde 2016, cuando se firmó el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las Farc, muchos de ellos han comenzado estudios alternos, como el caso de Over, que es técnico electricista y hace trabajos en la región.
“Desde que regresamos a la vida civil hemos estudiado. De los 33 que estamos en el proyecto, 29 hicimos un curso de nutrición bovina del que ya nos graduamos y con eso hemos mantenido en pie el proyecto”, menciona.
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Con la inversión de $324 millones que recibirán para el fortalecimiento del proyecto colectivo, buscan continuar con la producción de leche e incursionar en la producción de yogurt y silo para ganado. Chogo Nieto, explica que “con los recursos que vamos a recibir vamos a comprar más ganado hembra, bebederos para los animales, un brete (corral) para manejo bovino, cercas eléctricas y computadores para industrializar la producción”.
Estos tres proyectos aprobados por el Consejo Nacional de Reincorporación hacen parte del plan de la Agencia Nacional de Reincorporación (ARN) para garantizar el retorno a la vida civil de los excombatientes que se acogieron al Acuerdo de Paz y que permanecen en los ETCR que destinó el Gobierno en las zonas rurales de Colombia.
De acuerdo con el CNR, hay 52 emprendimientos colectivos formalizados en el país, con los que se benefician 2.544 personas. Con esto, lo que se pretende es que las personas que están haciendo el tránsito a la vida civil adquieran nuevos conocimientos y oficios que les permitan tener un sustento económico a largo plazo.
Pastor Alape, representante de los excombatientes de las Farc ante el CNR y uno de los presentes en la sesión virtual, resaltó “el trabajo conjunto, armónico y comprometido de sus integrantes en favor de las personas en proceso de reincorporación”.