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En zonas PDET, respaldo de la comunidad a la reincorporación de Farc llega al 80%

Así lo reveló el informe “Luces y sombras de la implementación del Acuerdo” realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD), PRIO (Peace Research Institute Oslo) y la Universidad de los Andes. Pese a este importante hallazgo, aún persisten altos niveles de desconfianza hacia los excombatientes y el partido FARC.

10 de diciembre de 2020 - 09:12 p. m.
En la Nueva Área de Reincorporación de Tallambí los más de 120 excombatientes tienen cultivos de maiz, de caña, de lulo y ejecutan un proyecto de cría y comercialización de cerdos.
En la Nueva Área de Reincorporación de Tallambí los más de 120 excombatientes tienen cultivos de maiz, de caña, de lulo y ejecutan un proyecto de cría y comercialización de cerdos.
Foto: Cortesía

En Colombia, según la Agencia Nacional de Reincorporación (ANR), hay 1.718 proyectos productivos aprobados que han beneficiado a casi 5.000 excombatientes en proceso de reincorporación. Aquellos hombres y mujeres que entregaron las armas y decidieron apostarle a la paz por medio de la producción agrícola, textil, artística, entre otros, también cuentan con el respaldo de la ciudadanía que apoya su transición hacia la vida civil. De hecho, en los territorios donde se implementan los PDET (Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial) el proceso de reincorporación de excombatientes tiene un respaldo del 80 % de la población. Así lo reveló el último informe “Luces y sombras de la implementación del Acuerdo” realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia (PNUD), PRIO (Peace Research Institute Oslo) y la Universidad de los Andes; y apoyado por la Embajada de Noruega en Colombia.

La investigación, entregada este jueves 10 de diciembre en el marco de la conmemoración por el Día de los Derechos Humanos, cuenta con datos recolectados hasta diciembre de 2019. Se realizaron y analizaron 12.000 entrevistas en 170 municipios PDET que recopilan la percepción sobre distintos aspectos del Acuerdo de Paz firmado entre el Estado colombiano y la extinta guerrilla de las Farc en 2016.

Pablo Ruíz Hiebra, uno de los coordinadores del informe, aseguró que este tipo de investigaciones es de gran ayuda para poder monitorear y analizar de manera rigurosa las percepciones de los habitantes que han vivido en mayor medida la violencia y el conflicto armado y que ahora se encuentran en medio de territorios que ven cómo avanza la implementación del Acuerdo. “La razón por la que empezamos todo esto fue porque venimos incluyendo opiniones desde hace más de una década para sistematizarlas y optimizar una política pública por la paz”, aseguró.

Por su parte, Henrik Urdal, director de PRIO, el instituto más antiguo en investigación acerca de la paz y conflicto armado en el mundo, aseguró que “el Acuerdo de Paz de Colombia es el más comprensivo jamás firmado ya que busca una paz equitativa. Por este motivo, implementarlo no ha sido nada fácil implementarlo. Ha habido grandes avances pero también retrocesos como los asesinatos a líderes sociales y excombatientes”.

Aunque el 80% de los encuestados respalda el proceso de reincorporación de excombatientes, aún persisten altos niveles de desconfianza (que varían entre el 70 % y 80 %, dependiendo de la zona) hacia los exguerrilleros y hacia el partido FARC. Estudiar estas cifras es fundamental pues “en primer lugar, estas actitudes son intrínsecamente importantes en el contexto de un Acuerdo de Paz, ya que de algún modo reflejan los niveles de reconciliación logrados y sugieren si las divisiones que el conflicto reflejó y creó se han resuelto. En segundo lugar, las actitudes de las personas comunes moldean el nivel de estigmatización o discriminación que enfrentan los excombatientes en su vida diaria”.

Los resultados de estas encuestas arrojaron que casi el 70 % de los encuestados señala que no se siente cómodo con un exmiembro de las Farc como su vecino. Además de lo desalentador frente al progreso actual de la reconciliación entre los habitantes y las personas en proceso de reincorporación, la investigación también documentó que cerca del 58% de los encuestados no están nada satisfechos con la implementación del Acuerdo de Paz, y sólo un 38 % asegura estar algo o muy satisfechos con la misma.

(Lea también: Las razones de una violencia histórica y prolongada en el Sumapaz)

Sobre este punto, Emilio Archila, Consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación, aseguró que “hemos logrado que el 40 % de la población esté consciente que estamos implementando los PDET y tenemos un reto para llegar al 100 % pero estamos en el camino correcto. Las conclusiones a las que están llegando son profundamente valiosas para el Gobierno. Creemos que el momento más crítico de la implementación va a ser en mitad del año 2022″.

El informe sugiere también que “al momento de la encuesta (2019) había menos conflicto que antes del Acuerdo de Paz. Más de la mitad de los habitantes de los PDET (un 55%) afirman que antes del Acuerdo de Paz mandaba un grupo armado (o varios) en su comunidad. En 2019, ese porcentaje había descendido al 30%, que es una cifra aún elevada”.

Es para destacar además que la reducción de la influencia de los grupos armados ocurrió de manera simultánea en todos los territorios PDET. En algunos casos de manera significativa como en el Sur del Tolima ( pasó de 75 % al 19 %); en los Montes de María (pasó del 69 % al 17 %) en el Sur del Bolívar (de 74 % al 38 %) y en Macarena-Guaviare (del 80 % al 50 %).

No obstante, alerta el informe, “el riesgo de conflicto sigue presente” debido a la ocupación de otros grupos armados en zonas que eran controladas por la extinta guerrilla de las Farc. “Más del 50% de los encuestados piensa que en su comunidad existe un riesgo de retorno al conflicto, mientras un 30%, más optimista, estima lo contrario. Entretanto, un inquietante 18% señala que “el conflicto persiste aquí” resalta.

Sobre los resultados de esta investigación, Jessica Faieta, coordinadora y representante de PNUD Colombia aseguró que “esperamos que estos resultados sean un informe técnico para aportar insumos al Acuerdo de Paz y que sea referencia para el mismo”. Asimismo dijo que esta iniciativa busca “llevar y acercar las voces y percepciones de las personas que viven en las zonas” a las autoridades y a la ciudadanía en general. “Escuchar la percepción ciudadana es una forma de avanzar en el desarrollo sostenible y no dejar a nadie atrás. En nuestra experiencia en el PNUD es un tema que aún tenemos que aportar, más que todo en la ciencia de la paz”, concluyó.

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