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La experiencia del proceso que vivió Sudáfrica funciona como un espejo para observar lo que sucede en Colombia y reflexionar sobre la importancia que debe tener la verdad, la justicia y la reconciliación después de un proceso de paz. El conflicto en Sudáfrica se origina por la discriminación racial del apartheid, un sistema social impuesto por los gobiernos de minoría blanca durante el siglo XX. El Congreso Nacional Africano (CNA), cuyo líder más emblemático fue Nelson Mandela, realizó una fuerte oposición a esta segregación por considerarla injusta.
Luego de arduas discusiones, el apartheid fue abolido en 1992. En 1996, se instauró la Comisión de Verdad, Justicia y Reconciliación que, por medio de juicios televisados, expuso la magnitud del apartheid ante toda la sociedad sudafricana y visibilizó la responsabilidad de esta en su división. Si bien esto aportó esclarecimiento sobre los hechos, algunos consideraron que muchos crímenes quedaron impunes y no recibieron un castigo justo.
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"Una de las grandes lecciones de Sudáfrica para nosotros es que como no se pudieron resolver muchas fallas estructurales, el resentimiento fue protagonista por la sensación de impunidad que estas fallas generaron. Esta situación puede afectar al país si no nos tomamos la tarea de entender cuál es el origen de la violencia", según explica Catalina Buitrago, profesora de Ciencias Sociales e investigadora de ClickArte.
La historia de este capítulo está construida en tres partes. En un primer momento la comunidad de La Aldea clama justicia, piden que Paco y los demás puercoespines sean condenados por los daños ocasionados a la comunidad. En el juicio que se hace en La Aldea se puede observar la formación de distintos bandos, se puede ver como se culpan entre ellos y la polarización sale a relucir. Pero una de las lecciones más importantes de este tercer episodio es cuando Paco reconoce que sus acciones afectaron a otros animales y los reúne a todos para que puedan entender el porqué de sus acciones y puedan escuchar otros puntos de vista.
"Sudáfrica nos sirve como ejemplo porque nos muestra cómo, a través de un juicio y de una Comisión como que la se instauró allí, la sociedad puede escuchar la otra parte de la historia que había estado silenciada. Nos inspiramos en Sudáfrica porque algunos incumplieron sus obligaciones frente a la justicia y a la Comisión de Verdad, Justicia y Reconciliación, pero esto no puso en riesgo a todo el sistema", cuenta Catalina Buitrago.
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Hay varias lecciones para nuestro país , ya que en Colombia, como en Sudáfrica en su momento, hay mucha resistencia para que se diera una amnistía a quienes participaron en los juicios. La población pensaba que esto iba a llevar a la impunidad.
La investigadora de ClikArte dice que otra lección importante es que todos los sectores de la sociedad, de manera directa o indirecta, deben participar en la construcción de la verdad para llevar a luz pública los hechos de esas estructuras que para no repetir los hechos violentos. "No se trata únicamente de condenar la violencia sino de entender cuáles son las raíces de la misma.", concluye.
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Esta es una iniciativa creada por Colombia2020 y ClickArte con el apoyo de la Embajada de la Unión Eurolpea, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), y la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (Acnur).