A Brayan Niño se quedó esperándolo su hijo en Madrid (Cundinamarca)

Reconstruimos el caso de Brayan Fernando Niño, el joven de 24 años que murió por el impacto de un gas lacrimógeno en un ojo, disparado al parecer desde una tanqueta del Esmad. Un mayor de la Policía ya fue capturado por ese hecho y lo investiga la justicia penal militar por homicidio.

Sebastián Forero Rueda
07 de mayo de 2021 - 01:24 a. m.
El 14 de agosto de 2019, Brayan Fernando Niño se convirtió en padre, cuando nació su hijo Matías.
El 14 de agosto de 2019, Brayan Fernando Niño se convirtió en padre, cuando nació su hijo Matías.
Foto: Cortesía
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Es martes 4 de mayo y son las 3:00 p.m. En el cementerio de Madrid (Cundinamarca) decenas de hinchas del Atlético Nacional saltan y vitorean cánticos alrededor de la tumba de Brayan Fernando Niño Araque, a quien acaban de enterrar. “No se va, no se va, Brayan no se va”, cantan y lloran al ritmo de los redoblantes propios de la barra, entre bombas y banderas verde y blanco. Una de las asistentes transmite en vivo desde su cuenta de Facebook. La barra del Nacional y el municipio de Madrid estaban de luto.

La caravana había salido de la parroquia San Francisco de Paula, donde hicieron la última misa en honor al joven de 24 años. En el parque frente a esa iglesia, tres días antes, el sábado primero de mayo, había comenzado la manifestación pacífica de los habitantes de Madrid que se sumaban al Paro Nacional iniciado desde el miércoles 28 de abril. Desde ese mismo día Brayan Niño había decidido unirse a la movilización.

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Allí se encontró el 28 de abril con su hermana, Marlin Niño, integrante del Comité del Paro en el municipio, a quien había recurrido para enterarse cuál iba a ser la ruta de la marcha. Ella es cuatro años menor que él y sobre su hermano dice que siempre ha sido su “escudo protector”. Ese día se separaron en medio de la protesta, cuando ella se fue a recoger el canelazo para repartir entre los manifestantes. Fue la última vez que vio con vida a su hermano pues luego llovió y él prefirió resguardarse. Se fue molesto con ella, según le dijo a su madre, pues pese a que estaba embarazada, ella sí se quedó bajo la lluvia.

El jueves y el viernes Brayan no se unió a las movilizaciones. Hacía pocos días que su expareja le había entregado a su hijo Matías y quería pasar tiempo con él antes de tener que devolvérselo de nuevo a la madre, como lo tenían acordado. Su hijo nació el 14 de agosto de 2019 y desde entonces dividía las semanas entre su padre y su madre. Por eso, por estos días lo único que separaba a Brayan Niño de Matías era tener que montarse en su bicicleta cada día para llegar al turno de 6 de la mañana, que desempeñaba hasta las 2 de la tarde, como auxiliar de bodega en Home Center, en Mosquera. Le habían acabado de extender el contrato y parecía un trabajo estable.

Desde la mañana del sábado primero de mayo, Brayan le había estado preguntando a su hermana en qué lugar se reunirían ese día los manifestantes. Primero, la jornada se convocó para el parque de la iglesia, desde donde los marchantes tomaron la vía principal del municipio hasta la glorieta del Sosiego, por donde se sale para el municipio de Facatativá. La idea era bloquear el tránsito hacia ese municipio y asentarse allí toda la tarde, hasta la noche. A las 4:14 de la tarde él le escribió a su hermana que iba llegando a ese punto de la concentración. Ella, por cuidar su embarazo, ese día no salió.

Brayan no era del Comité del Paro como su hermana y su plan para el próximo semestre era buscar en qué universidad estudiar contabilidad y ver si allí podría homologar el título técnico que tenía del SENA en ese campo. Sus deseos no eran muy ambiciosos: graduarse de profesional, casarse y levantar un hogar para su hijo allí en Madrid. Alguna vez, cuando le contaba a su madre cuánto le gustaba su municipio, le dijo “cuando yo me muera quiero que me entierren en Madrid”.

Por varias horas estuvieron los manifestantes en la glorieta, sosteniendo la protesta. Hicieron bailes, gritaron arengas, tocaron tambores. Brayan sabía que tenía que regresar temprano a su casa, donde había dejado encargada a su madre del cuidado de su hijo. Pero la manifestación se empezó a fragmentar y un grupo siguió por la vía hasta el peaje del Corzo, donde encontraron policías y empezaron las confrontaciones.

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A las 8:57 de la noche, el alcalde de Madrid, Andrés Tovar Forero, hacía una transmisión en vivo en su página de Facebook, en la que se mostraba visiblemente alterado, mientras advertía sobre un ataque de manifestantes a la estación de Policía del Sosiego, a pocas cuadras de la glorieta. “En este momento están agrediendo a los policías. Les pedimos a todas las personas que se están manifestando que se vayan; a las personas que están en el barrio El Sosiego que se queden en casa, que se encierren, por favor. Nuestros policías están allí solos y están recibiendo una agresión por parte de unos sujetos, hay más de 150 personas que se fueron a la estación de Policía; el Esmad ya viene para acá”, advirtió el mandatario. “Los que puedan estar ahí, por favor, saquen una bandera blanca o algo para que no nos vayan a matar a ninguno de nuestros uniformados; esto no era protesta pacífica”, añadió.

Hacia esa misma hora llegó una tanqueta del Esmad, según manifestantes, a la glorieta donde se habían concentrado y los agentes antidisturbios empezaron a lanzar gases lacrimógenos para dispersar a los marchantes. Algunos de ellos se regaron por las cuadras del barrio aledaño a la vía. Les respondieron a los agentes con piedras. Según uno de los manifestantes presente en la confrontación, los que protestaban podrían ser unas 300 personas y había unos 50 agentes del Esmad, 30 policías y la tanqueta.

Carlos Andrés Morales es uno de los jóvenes que estaba ese día en la manifestación. Es fotógrafo y realizador independiente y acudió a la cita para registrar con su cámara los hechos. Según cuenta, manifestantes y agentes del Esmad se enfrascaron en un tire y afloje entre gases lacrimógenos y piedras. Se movían por la vía principal y por las calles cercanas. “Hubo un momento en que la gente hizo retroceder al Esmad y ahí empezaron a gasearnos mucho. Salimos corriendo y empezamos a gritar ‘devuélvanse’, y ahí fue cuando cayó Brayan. Yo estaba como a unos 30 metros de donde cayó”, relata. El punto exacto fue debajo del puente peatonal a la altura de la calle 7 con carrera 21.

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Antes de que cayera Brayan, quienes estaban allí escucharon los disparos de gases lacrimógenos hechos desde la tanqueta del Esmad. Uno de esos artefactos, según los testigos, fue el que impactó en un ojo del joven y ocasionó su muerte. Tan pronto se desplomó sobre la vía, quienes estaban cerca corrieron a auxiliarlo, en medio de los gases arrojados por el Esmad.

Pero para las 9:25 de la noche, Brayan Niño ya estaba muerto. Así lo demuestra una transmisión en vivo que empezó a esa hora uno de los asistentes. Mientras empezaba a mostrar lo que ocurría, otros manifestantes se acercaron y al ver que estaba en vivo empezaron a denunciar: “lo asesinaron debajo del puente; pasó una tanqueta y lo mataron. Fue el Esmad”, gritaban en medio del desespero. Esa transmisión se extiende por 40 minutos, en los que la confrontación continúa, ya con el cuerpo de Brayan sin vida.

Existe otro video que capta los momentos inmediatamente posteriores a la muerte del joven. En él se observa el cuerpo de Brayan que yace sobre el andén, en diagonal al puente peatonal, rodeado de decenas de manifestantes que tratan de auxiliarlo. Su rostro está embadurnado de sangre. Alguno trata sin éxito de reanimarlo mediante compresiones en el pecho. “Ya murió, ya murió”, gritaban otros.

El grupo que lo auxilió logró subirlo a una moto, pero antes de que pudieran salir de la zona de la confrontación, un gas lacrimógeno impactó a quien iba conduciendo y tuvieron que detenerse. Lograron subirlo a una segunda moto, que es la que logra llegar con Brayan hasta el hospital Santa Matilde, de Madrid. Allí llegó él sin signos vitales. Un miembro de la organización defensora de Derechos Humanos Bakia denuncia que según el testimonio de uno de los jóvenes que llegó hasta el hospital, allí tres hombres que se identificaron como agentes de la SIJÍN lo interrogaron y lo persuadieron para que diera a entender que a Brayan lo habían traído de la estación de Policía del Sosiego, donde se habían presentado fuertes enfrentamientos. Los videos que se cargaron a Facebook esa noche demuestran que el joven cayó debajo del puente peatonal.

La versión del alcalde sobre los hechos es un tanto diferente. Según él, el Esmad solo intervino luego de que un grupo de manifestantes atacó tanto el peaje del Corzo, como la estación de Policía del Sosiego. Además, según dijo, otro poblador falleció por un accidente de tránsito que se produjo en medio de las manifestaciones:

“Desde el primer momento he dado todas las garantías a los organizadores del paro para poder estar en tranquilidad. Lamentablemente las cosas no se dieron como se tenían programadas. En horas de la mañana, con una actividad cultural que es de aplaudir, posteriormente se trasladaron a la glorieta del barrio El Sosiego, se bloquearon las vías y la instrucción directa era: ‘no hay problema, dejémoslos allá’. Como no llegaron vehículos, como no se pudo generar el caos, lo que querían y lo que manifestaban fue la invitación para ir y destruir el peaje de la vereda el Corzo, situación que se llevó a cabo. Cuando esto sucede empiezan los enfrentamientos con el Esmad, terminan y el Esmad se regresa y ellos regresan nuevamente a la glorieta. En ese momento lamentablemente se registra un accidente de tránsito donde pierde la vida otro madrileño, porque un camión se devolvió en contravía porque no había paso y se estrelló de frente contra una motocicleta.

Ahí mismo, hacia las 8 de la noche, me comuniqué con varios líderes del paro y les decía que por favor empezaran a enviar a la gente a la casa; había mucha gente en estado de embriaguez; muchos estaban bien, manifestándose como tenía que ser, pero había un grupo de personas que quería seguir generando enfrentamientos. Fue allí cuando se trasladaron a la estación del barrio El Sosiego, es allí cuando llegan las tropas del Esmad. El resto, todos lo conocemos”, sostuvo el alcalde Tovar en un video que publicó al día siguiente en su página de Facebook.

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En ese mismo video, el mandatario confirmó otra denuncia: esa noche resultó gravemente herido Elvis Vivas, un joven que hacía parte de la manifestación. Su madre dijo que él estaba participando en la protesta hasta que empezaron los disturbios y en medio de ellos los uniformados lo detuvieron y lo llevaron a la estación. “Mi hijo entró a la inspección de Policía del Sosiego. Entró bien y salió de ahí golpeado, me lo dejaron moribundo en la calle”, denunció. Otros manifestantes lo recogieron y lo trasladaron al mismo hospital al que llevaron a Brayan. De allí fue traslado al hospital de Facatativá, donde hoy continúa luchando por su vida.

Este jueves, la Justicia Penal Militar emitió un comunicado en el que reveló que en desarrollo de la investigación fue capturado el mayor Carlos Javier Arenas Niño, como posible responsable de este homicidio. La defensa que asumió el caso de Brayan Niño aún espera el parte oficial de Medicina Legal.

El domingo 2 de mayo, en Madrid hicieron una velatón en honor a Brayan Fernando Niño. Dos días después, el martes 4, hicieron la eucaristía para despedir al joven y una caravana de pobladores del municipio e hinchas del Nacional acompañó el féretro desde la iglesia hasta el cementerio municipal. Allí despidieron al joven que salió de su casa con la promesa de volver a ver a su hijo.

Este es un homenaje que le hicieron a Brayan Niño sus allegados:

Sebastián Forero Rueda

Por Sebastián Forero Rueda

Periodista y politólogo de la Universidad Javeriana, con experiencia en cubrimiento de temas de paz, conflicto armado, derechos humanos y economía de la coca.@SebastianForerrsforero@elespectador.com

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