La confusa emboscada del Ejército en la que murieron dos menores de edad en el Cauca

Los militares dicen que se trató de una acción legítima contra disidentes de las Farc; testimonios de la comunidad señalan que la celada fue obra de una banda de narcos de la zona rural de Argelia, Cauca. En el hecho, ocurrido hace dos meses, murieron dos menores de edad identificados como Yina Fernanda Gómez, de 14 años, y “Maicol”, de 17.

22 de junio de 2020 - 02:17 p. m.
Esta es la camioneta en la que murieron los ocho disidentes, entre ellos los dos menores de edad, identificados como Yina Fernanda Gómez, de 14 años, y  “Maicol”, de 17.
Esta es la camioneta en la que murieron los ocho disidentes, entre ellos los dos menores de edad, identificados como Yina Fernanda Gómez, de 14 años, y “Maicol”, de 17.
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El pasado 15 de abril, el general Jorge Isaacs Hoyos Rojas, comandante de la Tercera División del Ejército Nacional, entregó el reporte de una supuesta operación de sus tropas en zona rural del municipio de Argelia (sur del Cauca): “En una contundente operación militar, enmarcada en el conjunto de maniobras adelantadas por la Tercera División del Ejército Nacional, y atendiendo las denuncias recibidas para contrarrestar los enfrentamientos entre la Columna Móvil Carlos Patiño y el frente José María Becerra, del Eln, que se disputan las rutas del narcotráfico en el cañón del río Micay, ocho terroristas murieron al enfrentarse con las unidades militares”.

El general Hoyos también emitió un comunicado para los periodistas y distribuyó entre la prensa regional fotografías de los cuerpos en bolsas blancas y del armamento decomisado que, no menos importante, correspondía a seis fusiles AR-15 de fabricación estadounidense; dos fusiles AK-47 y un lanzagranadas. En el mismo boletín, el general describió la operación así: “Gracias a la inteligencia militar se ubicó a un grupo de delincuentes fuertemente armados que se encontraba en desplazamiento para cometer actos terroristas”.

En contravía de estas declaraciones, este diario recogió cinco testimonios en el corregimiento Sinaí, donde ocurrieron los hechos. Los pobladores registraron en videos la balacera que le propinaron, según ellos, unos narcotraficantes a un grupo de ocho personas que semanas antes se habían identificado como integrantes de la columna Carlos Patiño, disidentes del Acuerdo de Paz. Los registros audiovisuales muestran el posterior aterrizaje de los helicópteros de la fuerza pública para recoger los cadáveres.

¿Emboscada de narcos?

Según los videos y los testimonios de la comunidad (que no publicamos por su seguridad), a las 10 de la mañana del 14 de abril pasado, con ayuda de información de unos “campaneros” que estaban a lo largo de la carretera que comunica las cabeceras de los corregimientos de Puerto Rico y Sinaí, un grupo de hombres armados esperó al supuesto grupo de guerrilleros disidentes en una curva “y los rafaguiaron a mansalva”, dijo una mujer de la zona que filmó con su celular la emboscada. El video de 25 segundos, captado a más de un kilómetro, registró un primer sonido largo y constante de una metralleta y luego el tableteo corto y goteado como escupitajos de un fusil.

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Un video posterior en el lugar de los hechos muestra la camioneta Mazda BT 4x4, cuya placa, BXN-553, decía que era de Barrancabermeja, Santander. Quedó agujereada por detrás y estrellada contra una montaña en una curva; los vidrios de las ventanas del asiento del copiloto y del puesto trasero quedaron totalmente destrozados y, aunque el general Hoyos aseguró que murieron en un combate, algunos cuerpos quedaron amontonados en el platón de la camioneta; otro con uniforme y arnés de militar, derrumbado en la silla de la parte trasera, y el chofer quedó a dos metros de la camioneta tirado en la carretera. El video fue grabado minutos después del hecho, pues el hombre que sostiene el celular deja ver que alrededor del lugar no hay militares y que, por el contrario, lo acompañan varios civiles. En el video también se escucha que el equipo de sonido de la camioneta quedó encendido con una canción premonitoria para los ocho disidentes: Ciclón, ciclón, de Rodolfo Aicardi.

El hecho no es menor, pues el general Hoyos no dijo en el comunicado, que leyó para la televisión, otros datos también relevantes del suceso. Por ejemplo, relató que habían caído ocho terroristas, pero no que dos de ellos eran menores de edad (con 14 y 17 años) y que habían sido reclutados tres meses antes en el corregimiento de Brisas, en el vecino municipio de Patía. Dos días después del hecho, el portal Tiempo Real, de Popayán, reveló que Yina Fernanda Gómez Mosquera, de 14 años, estaba dentro de una de las bolsas blancas, exhibidas en una tarima, en el césped del comando de la Tercera División en la capital del Cauca. La información se conoció por una mujer que dijo ser familiar de la menor, quien denunció el hecho: “Era una niña, no tenía razón y conocimiento de que empuñar las armas no era lo correcto, sus padres son muy pobres y eso lo aprovechó este grupo armado ilegal para reclutar a la fuerza a la niña”, le relató la mujer a la emisora 1.040 am.

El general Hoyos también dijo que en el hecho murió el líder de la estructura de disidentes de las Farc en la región, Kevin Andery Vargas, quien fue identificado de inmediato para entregar la información a los medios de comunicación ese 15 de abril. “Era el encargado de la consecución de recursos por medio de extorsiones y comercialización de alcaloides y el tercer cabecilla de toda esa organización ilegal, que llegó a la región desde el norte del Cauca”. Después, el 17 de abril, el Comando Específico del Cauca dio a conocer la identidad de los otros muertos: Luis Alexánder Cedano Escué, Yoiner Heladio Quisicué Ipia (21 años), Didier Hernán Cunda Mosquera (22), Luis Elver Noscué Velasco (30), Darminson Muñoz Buitrón y el menor de 17 años, que aparece en la foto con un fusil AR-15 y que era conocido como Maicol. De él las autoridades no detallan más información ni de Yina Fernanda, la niña de 14 años.

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La inspección judicial

El informe, diligenciado por la Policía Judicial y conocido por El Espectador, detalla la operación y se la atribuye a la compañía Bromo de la vigesimonovena Brigada del Ejército. En él se afirma que las tropas salieron a las 8 de la noche (del 13 de abril) vía terrestre y desde la carretera Panamericana donde hay una base, cerca de la cabecera municipal de El Patía. Durante tres horas treparon la carretera pavimentada y sinuosa y luego en dos horas descendieron por las faldas rústicas de la cordillera occidental hasta llegar, a la una de la madrugada, al centro poblado de Argelia. Allí, dice el informe, inteligencia militar corroboró que efectivamente había presencia regular de una comisión integrada por 15 a 20 hombres fuertemente armados pertenecientes al GAO (Grupo Armado Organizado) Carlos Patiño al mando de un hombre apodado Kevin, que se encontraban entre los corregimientos de El Mango y Sinaí y que estaban buscando y amenazando de muerte a exguerrilleros que firmaron el Acuerdo de Paz y a líderes sociales.

Los soldados se trasladaron en furgones hacia el corregimiento del Sinaí, adonde llegaron a las 5 de la mañana y, según lo relató el capitán Anderson Quiroga Hernández, comandante de la compañía Bromo en dicho informe, se dividieron en dos grupos y tomaron posición para realizar “un ataque planeado mediante la técnica de ataque frontal, maniobra de emboscada”. Entre el matorral se escondieron y, solo diez horas después, agregó el capitán Quiroga, a las 3 de la tarde (no a las 10 a.m., como aseguran los testigos), un cabo le informó por radio desde la parte alta del lugar, en el corregimiento de Sinaí, que un vehículo tipo camioneta, color blanco, con unos sujetos en su interior y otros en el platón, se aproximaba por la carretera principal. “Todos con armas largas”, le reiteró. “Una vez identificado plenamente el objetivo militar procedemos a abrir fuego”, aseguró el capitán Quiroga, contradiciendo lo que el general Hoyos le informó a la opinión pública, un día después de los hechos, el 15 de abril, de que se trató de un combate en el que murieron ocho terroristas.

En la inspección judicial se escribió que el cuerpo de Yina Fernanda estaba sin identificar y que contenía cinco orificios producidos por proyectiles de arma de fuego. Que ese día lucía un buzo color amarillo con azul, con logotipos del BBVA y el escudo del equipo Boca Juniors; un pantalón de sudadera color café oscuro sin logotipo y un par de botas negras de caucho. La describieron como “una mujer de tez trigueña, contextura delgada, de aproximadamente 20 a 25 años, de un metro con sesenta a un metro con sesenta y cinco centímetros de estatura, cabello largo color castaño”.

El 16 de abril, Yina Fernanda fue enterrada en el corregimiento Las Brisas, en las montañas de la cordillera occidental. Sus familiares, ninguno con escolaridad, reclamaron el cadáver en Popayán, pero ninguna institución los buscó para relatarles lo que había sucedido. La familia tiene miedo de que los asesinen en venganza por denunciar el reclutamiento de su hija de 14 años y por eso guardan silencio.

Fue una operación legítima: Ejército

Este diario buscó la versión del Ejército sobre las contradicciones entre el reporte oficial y los testimonios de los pobladores. El general Marcos Mayorga, comandante del Comando Específico del Cauca, dijo que la operación fue ejecutada legítimamente y que todo el ruido sobre la muerte de los dos menores de edad hace parte de la propaganda negra para invalidar la acción en la que murieron los ocho disidentes.

El general señala que la versión de que la operación fue ejecutada por un grupo de narcotraficantes fue descartada. “Nosotros, a raíz de unos rumores que salieron por parte de la comunidad, solicitamos la presencia de la inspección del Ejército; ellos vinieron a hacer la investigación y los resultados arrojan que la operación tiene una trazabilidad completa, producto de una inteligencia de más de dos meses, y asegura que la operación fue transparente, fue limpia”.

(Vea: Los seis libros que el Ejército pagó y aún no publica)

Sobre las versiones de que no hubo combate sino una emboscada, el oficial explicó que “en la doctrina militar Damasco se prevén varias maniobras en las operaciones ofensivas, dentro de las que está la emboscada”.

A la pregunta de por qué el Ejército no reportó la muerte de dos menores de edad en esa operación, el general Mayorga contestó: “Nosotros no tenemos la posibilidad de saber qué edad tiene la gente que murió en el combate, eso ya es del resorte de Medicina Legal, que hace la necropsia y establece identidades”.

Y aseguró que a pesar de que las unidades militares le hicieron inteligencia durante dos meses a este grupo, no pudieron establecer que en él había menores de edad. “La inteligencia no avanza hasta identificar a las personas y las cédulas; la inteligencia nos da una ubicación y la conformación del grupo, el tipo de armamento y demás situaciones. Ni la comunidad que estaba alrededor de los sujetos conocía quiénes eran, porque eran nuevos en el sector”.

Sobre los menores de edad que murieron en el operativo, el alto oficial señaló: “Eran una muchacha de 14 años y un muchacho de 17. En el derecho internacional humanitario, después de que alguien pasa los 16 ya puede autodeterminar su orientación política e ideológica para pertenecer a un grupo o no. Con respecto a la señorita de 14 años, la mamá salió en medios a decir que ella desde los 11 manifestaba querer pertenecer al grupo irregular, que a los 14 años se fue a ese grupo. Como dijo la mamá textualmente, ella murió en su ley, murió en lo que quería ser. Aquí el cuestionamiento es para los padres, para el grupo irregular que reclutó una niña menor de edad”.

Además de las contradicciones entre los comunicados oficiales del Ejército y las versiones de la comunidad, sobre esta operación también se pronunció el senador Roy Barreras, quien cuestionó a los militares por no entregar información de los menores de edad los días posteriores a los que ocurrieron los hechos.

*Espere mañana la segunda parte de este informe sobre las amenazas de la columna Carlos Patiño contra los líderes sociales.

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