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El compromiso con el desarrollo sostenible y la búsqueda de soluciones al cambio climático se han convertido en prioridades inaplazables para el sector educativo. No en vano es parte de los planes de acción que se integran con las labores de docencia, investigación y extensión con un objetivo claro: la protección del entorno.
“En nuestra universidad, esa convicción está consignada en la planeación estratégica, donde la sostenibilidad se ubica como un eje transversal que orienta todas las iniciativas”, asegura Fernando Morón Polo, director de Planeación y Sostenibilidad de la Universidad Simón Bolívar.
La apuesta de ofrecer una educación superior para la sostenibilidad está pensada en forjar profesionales que comprendan la urgencia del cambio climático y aporten soluciones pertinentes. Las estrategias, en algunos casos, se alinean con las directrices del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, como la creación del Centro de Investigación e Innovación en Cambio Climático y Biodiversidad (Adaptia).
Desde Adaptia, Unisimon lidera proyectos de investigación aplicada en energías renovables, gestión del agua, movilidad sostenible y eficiencia energética. Además, fomenta alianzas interdisciplinares para robustecer la respuesta frente a la crisis climática, como controlar los efectos de la sequía y la salinidad en fincas productivas mediante el uso de hidrogeles de agua y una bacteria del manglar negro que resiste condiciones de estrés. La iniciativa contempla estaciones de monitoreo de los parámetros físicos y químicos de suelos y bosques de manglar de los departamentos del Atlántico, Magdalena y Cesar, en llave con el centro de investigación en inteligencia artificial y robótica, AudacIA.
“Como centros de generación, creación y difusión del conocimiento, de la formación integral, del análisis de los saberes, el cultivo del pensamiento crítico, las Instituciones de Educación Superior están llamadas a asumir los lineamientos en la materia y, sobre todo, a implementar acciones concretas y eficaces”, sostiene el rector de Unisimón, José Consuegra Bolívar.
Campus ecológicos
La instalación de paneles solares, sistemas de recolección y reutilización de aguas pluviales y aires acondicionados, y la ampliación de zonas de bicicletas y patinetas son otros pasos que transforman los campus universitarios en espacios más ecológicos.
Para mitigar de su huella de carbono, Unisimón adquirió certificados por intermedio de CO2Cero: con ello se busca compensar el 30 % de las emisiones en el proyecto Forestal CO2Cero Caribe, promueve la reforestación en Magdalena y Cesar e impulsa la remoción de más de 178.000 toneladas de CO2 equivalente, bajo un enfoque de economía circular.
Esas medidas y la firma del manifiesto “Campus Universitarios Sostenibles” del Consejo Colombiano de Construcción Sostenible (CCCS) reflejan la visión estratégica. “Con el manifiesto nos comprometemos a alinear nuestras acciones con un marco de referencia nacional y fortalecer lo que ya venimos desarrollando en la gestión de nuestro campus”, asegura Morón.
Porque las universidades no solo deben enseñar sostenibilidad, sino vivirla y demostrar con hechos su impacto positivo en el entorno. “Un Unisimón continuaremos con iniciativas para reducir nuestra huella de carbono, priorizar las energías renovables, fortalecer la gestión hídrica e incentivar la movilidad limpia”, agrega.
Prácticas reconocidas
Las estrategias de Unisimón están respaldadas por la categoría Oro del Sistema de Gestión Basura Cero, otorgada por ICONTEC, que acredita la adopción de modelos de economía circular y ecología industrial centrados en la reducción, reutilización, aprovechamiento y valorización de residuos. El Sello de Sostenibilidad ESG Verified, en la misma categoría Oro, confirma sus buenas prácticas ambientales, sociales y de gobernanza y su voluntad de promover una cultura de sostenibilidad en todas las áreas de trabajo.
El trabajo de Unisimón ha sido reconocido: es una de las universidades que más contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), según el ranking Times Higher Education (THE) 2024. El liderazgo nacional que ostenta en reducción de la pobreza, promoción de la igualdad de género y disminución de desigualdades, junto a la presencia de más del 93 % de estudiantes de estratos socioeconómicos 1, 2 y 3, la convierten en un referente para la construcción de sociedades más justas e inclusivas.
“Hasta ahora hemos compensado el 30 por ciento de las emisiones totales; de cara al futuro, se ha propuesto avanzar hacia la reducción de la huella de carbono en un 70 por ciento para 2040 y alcanzar la neutralidad en 2050″, adelanta Morón.
De cara a esa meta se priorizarán más fuentes de energía renovable, sistemas de monitoreo inteligente, la reutilización de aguas lluvias y las estrategias de movilidad sostenible. También se integrará mucho más la sostenibilidad en los planes de estudio, con el fin de formar estudiantes capaces de impulsar la innovación y el cambio en un entorno de crecientes desafíos ambientales.
El rector Consuegra subraya que es urgente la adaptación al cambio climático. “De acuerdo con el Documento Semilla de Actualización de la Política de Educación Ambiental, de los ministerios de Ambiente y Desarrollo Sostenible y de Educación Nacional, el propósito va más allá de incluir contenidos ambientales en los currículos: convertirla en un proceso que impregne todas las dimensiones de la vida social”.