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Coherencia macroeconómica y justicia social: demandas presupuesto del SENA 2024

Se puede ver que el panorama de este y el próximo año son relativamente favorables en materia macro.

14 de septiembre de 2023 - 11:30 a. m.
Sindesena, sindicato de empleados públicos del SENA.
Sindesena, sindicato de empleados públicos del SENA.
Foto: Cortesía
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Si a la economía le va bien, al SENA y a otras entidades también les debería ir bien. Es decir, debe existir una correlación positiva entre buen desempeño macroeconómico y la inversión pública. Está coherencia solo se rompe si un gobierno privilegia el ajuste fiscal a la inversión pública y el desarrollo social, por ejemplo, si se obsesiona con superávits fiscales que solo benefician a los banqueros y limitan el crecimiento de las fuentes reales que sustentan la generación de riqueza en una sociedad: el trabajo y la innovación.

Esa ruptura en la coherencia macroeconómica es un legado del neoliberalismo y del peso del capital financiero internacional, el cual ata a los países con deuda a los designios de una estructura financiera fundada en la injusticia. Ahora bien, no se puede negar el peso de la deuda y las responsabilidades financieras, pero no se puede ser más papista que el papa en el ajuste fiscal; y tampoco se puede discriminar en los presupuestos, máxime con entidades tan necesarias para materializar las disposiciones del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, como es el caso del SENA.

Los parámetros para la programación presupuestal son realmente buenos, y ojalá persistentes, siendo que esto último dependerá, entre otras, de la posibilidad de canalizar el gasto público en actividades económicas que favorezcan el ritmo de crecimiento y la distribución del ingreso. Los siguientes datos son tomados del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, y muestra los supuestos macroeconómicos en la elaboración del Presupuesto General de la Nación (PGN) para la vigencia de 2024:

  • Inflación doméstica fin de periodo, IPC. %: 7,2 en 2023 y 5,1 en 2024
  • Devaluación promedio periodo, %: 11,4 en 2023 y -3,1 en 2024
  • Tasa de cambio promedio periodo $: 4.758 en 2023 y 4.611 en 2024
  • PIB real (variación %): 1,3 en 2023 y 2,8 en 2024
  • PIB nominal (miles de millones de $): 1.551.861 en 2023 y 1.657.963 en 2024
  • PIB nominal (variación 5%): 7,9 en 2023 y 6,8 en 2024
  • Importaciones (millones US$): 65.682 en 2023 y 67.299 en 2024
  • Crecimiento importaciones totales, %: -8.6 en 2023 y 2.5 en 2024

Se puede ver que el panorama de este y el próximo año son relativamente favorables en materia macro: la inflación cederá, el crecimiento económico se duplicará en relación con el dato esperado para este año y el ritmo de devaluación seguirá en tendencia decreciente (lo cual alivia la deuda en moneda extranjera). Así las cosas, hay espacio para la inversión pública, y el SENA debe ser foco de mayores asignaciones para un país que busca transformaciones en todos los sectores económicos.

Al respecto, no nos cansaremos de repetirlo: el SENA es una entidad pública cuya misión es garantizar la materialización del derecho a la formación profesional integral de los trabajadores de Colombia, de aquellos con contrato formal de trabajo o de quienes no tienen estás prerrogativas, siendo varios de ellos clasificados en la economía popular y comunitaria. Así, además de contribuir con la productividad, el SENA también permite el reconocimiento del trabajo, de la generación de valor y el desarrollo social.

Para entender las razones de este reclamo presupuestal, primero se describirán los vasos comunicantes y luego se analizarán los datos. Al respecto conviene señalar que macroeconomía y SENA se relacionan por variables como empleo y transferencias del orden nacional en la parte de ingresos, pero también en productividad y desarrollo social en la parte del multiplicador del gasto público.

Por el lado del empleo es noticia por estos días el descenso en la tasa desempleo a un dígito (9,3% a junio de 2023) y la generación de puestos de trabajo formales, que en el caso de empleados públicos (independientemente de su nivel salarial) o de los trabajadores de altos salarios (>= 10 SMLMV) representan mayores recursos para la entidad vía aumento del recaudo de contribuciones parafiscales (salario social de los trabajadores). En efecto, de acuerdo con datos del SENA, el incremento en las contribuciones parafiscales entre 2022 y 2023 fue 11,7%, y se espera para 2024 aumente 7,7% (1,45 billones de pesos, aproximadamente).

En relación con las transferencias del orden nacional, por disposiciones de la Ley 1819 de 2016, el SENA debe recibir 1.4 puntos porcentuales del recaudo del impuesto sobre la renta y complementarios de personas jurídicas, recursos que constituyen rentas de destinación específica del presupuesto de inversión en cada vigencia. La reforma tributaria del año pasado (Ley 2277 de 2022) aumentó la tributación directa (a personas naturales y empresas) haciendo más progresivo el sistema tributario colombiano; y, por tanto, la base sobre la cual se calculan los recursos de destinación específica que le corresponden al SENA aumentó significativamente.

En este sentido, se coincide parcialmente con los cálculos presupuestales de la entidad, pues si bien se solicita al gobierno nacional una transferencia (aporte nacional) mínimo de 3,47 billones de pesos (y no 3 billones como está en el proyecto de Ley que hace trámite en el congreso , y que sería apenas el valor actualizado de la garantía presupuestal), el valor de la deuda histórica que tiene el gobierno nacional (por incumplimiento de la garantía presupuestal entre 2013 y 2022) con el SENA no resulta claro, pues para abril se establecían tres pagos igual durante igual número de vigencias por valor de 591 mil millones de pesos (y así completar una deuda estimada en 1,78 billones de pesos), para el mes de mayo los datos suministrados apenas tratan de tres pagos extras del gobierno nacional por valor de 350 mil cada uno (reduciéndose así, por arte de magia, la deuda histórica a apenas 1,05 billones de pesos).

En razón a lo anterior, el presupuesto de ingresos del SENA para 2024 debería ser como mínimo 6,34 billones de pesos, que resultarían de la suma del aporte nacional (3,47 billones), los recursos propios de la entidad (en particular parafiscales) que totalizarían 2,28 billones de pesos y el aporte extra (primera cuota de tres) del gobierno nacional por pago de la deuda histórica por valor de 591 mil millones de pesos.

Estos recursos presupuestales que en su mayoría entrarían a inversión social, representarían un aprovechamiento del SENA para fines y objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 (Ley 2294 de 2023), en particular lo relacionado con las transformaciones y el impulso a sectores económicos como el agropecuario la industria y de las economías populares y comunitarias.

De esta manera, la garantía de un derecho como la formación ocupacional serviría para el crecimiento económico, pues la formación de los trabajadores y la generación de condiciones para su organización a nivel productivo, no solo contribuyen a resolver la crisis a nivel distributivo que ha ocasionado una seguidilla de políticas de corte neoliberal (reformas laborales y tributarias), también colaboran de forma armoniosa con objetivos como el crecimiento económico bajo parámetros de transición como la sostenibilidad ambiental. De esta manera, el SENA es un catalizador para la multiplicación de los beneficios del gasto público tanto en el sector formal de la economía como en las economías populares y comunitarias.

En razón a lo anterior, como sindicato misional y comprometido con las garantías de los trabajadores de Colombia y la búsqueda de la materialización de propósitos del PND, solicitamos del Ministerio de Hacienda y Crédito Público coherencia a nivel político y macroeconómico: que se transfieran al SENA recursos de inversión por valor de 4,1 billones de pesos en 2024 (aporte nacional + pago primera cuota de la deuda histórica), y se garantice de esta forma, no solo la continuidad de la misión del SENA, sino su pleno aprovechamiento de sus sinergias a nivel social y productivo para que el país tenga crecimiento y desarrollo socioeconómico.

Ya va siendo hora de que el gobierno nacional, el gobierno del cambio, por fin entienda la naturaleza del SENA y su misión, y que, aunado a la garantía de un derecho como la formación profesional, se aproveche su potencial transformador e impulsor en la generación de riqueza, y no como una máquina para la generación espuria de indicadores en asuntos tan ajenos (pero tan reiterados) como la consecución de metas en educación superior. Ya pasó un cuarto de hora, que no se pierda otro, que no se pierda la oportunidad del tiempo para transformar nuestra sociedad y nuestra economía.

SINDESENA JUNTA NACIONAL

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