Colombia, ¿potencia mundial de la vida?
El pasado viernes 5 de mayo de 2023, se aprobó en Cámara y Senado, el Plan Nacional de Desarrollo (PND), la hoja de ruta para los siguientes treinta y nueve meses que le quedan al incierto gobierno del presidente Gustavo Petro. El PND denominado: Colombia Potencia Mundial de la Vida, entre otras perlas, le siguió dando vida al monopolio que en los últimos años ostenta el poder en el manejo del gas en la nación. El PND contiene 373 artículos y una inversión para el cuatrienio de 1.154 billones de pesos.
Por: Alfredo Serrano Zabala, escritor y periodista.
Senadores y representantes opositores al gobierno del presidente Petro y algunos oficialistas le metieron mano al articulado y suprimieron artículos “controversiales” por considerarlos preocupantes, entre ellos el que tenía que ver con el gas, todo enmarcado en lo que denominaron; integración vertical en servicios esenciales.
Del recientemente aprobado Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente de Colombia Gustavo Petro, quedó suprimido el artículo 364 que pretendía la creación de actividades de producción, transporte, distribución y comercialización de gas natural y abría la puerta para su importación. La decisión estuvo precedida por el apoyo irrestricto del nuevo ministro de Hacienda, el economista Ricardo Bonilla.
Según Bonilla, el Artículo 364 que procuraba la integración del gas en Colombia, no se necesitaba porque el actual gobierno podía pedirle a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) que reglamente esa cadena.
La determinación de la eliminación del Artículo 364 del Plan Nacional de Desarrollo tuvo un gran vencedor, se trata de la monopólica empresa Promigas, propiedad del magnate colombiano Luis Carlos Sarmiento Angulo, quién de la mano del controvertido, ex fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez, conservó el botín que representa tener el control del gas, y de paso, impidieron la integración del transporte, distribución y comercialización del preciado insumo.
Lo impensable es que, en pleno poder del mandato de Gustavo Petro, el gobierno del cambio, hombres como Néstor Humberto Martínez y el multimillonario Luis Carlos Sarmiento Angulo, se movieron como “Pedro por su casa” en el congreso de la República, manteniendo el control del monopolio del gas en Colombia… Sorpresas nos da la vida.
Para el exministro de minas y energía Tomás González, mientras Colombia realiza la transición energética, es decir, cambia la forma en la que el país produce y consume para llevarla a niveles de emisiones muy bajos, a 2030 al 51 % y a 2050 cero emisiones, ese cambio de fuentes de energía amerita un esfuerzo integral, para ir ampliando la oferta de energía limpia y avanzado, por ejemplo, al uso del hidrógeno y tecnologías como la nuclear a pequeña escala.
Lo anterior, irá reduciendo la demanda para salir del uso del carbón, el petróleo y el gas, pero hay que hacerlo ordenadamente, indicó González. Todo esto está enmarcado en una de las cinco grandes trasformaciones del gobierno Petro: Transformación Productiva, Internacionalización y Acción Climática, que se traduce en la diversificación del aparato productivo hacia las energías limpias.
El Artículo 364, excluido del Plan Nacional de Desarrollo, buscaba la integración en toda la cadena de valor del gas natural en Colombia y según sus malquerientes intentaba que la cadena de valor del gas natural quedase en manos de pocos agentes. Los defensores del artículo, por el contrario, consideraban que el artículo en mención, intentaba asegurar el abastecimiento y la confiabilidad del servicio público de gas natural en la nación.
“Las empresas que ejerzan actividades del servicio público domiciliario de gas natural podrán desarrollar de manera integrada las actividades de producción, comercialización, comercialización de gas importado, transporte, distribución, comercialización”, decía el texto eliminado del Plan Nacional de Desarrollo.
Con la caída del artículo 364 del PND del gobierno del presidente Gustavo Petro y que recién entra en vigor, el gran ganador y quién se catapultó con el monopolio del negocio del gas en el país, fue el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, dueño de Promigas, compañía que transporta el gas en Colombia.
Lo que hoy está pasando en Colombia lo presagió hacia el año 2006, el fallecido senador santandereano Hugo Serrano Gómez, cuando advirtió que existía el riesgo real de que el transporte de gas natural quedara en un ciento por ciento en manos de un particular, con graves incidencias en los sectores de distribución y comercialización, como efectivamente hoy se patentó con la caída del artículo 364 del PND.
La empresa Promigas nació 1976 y su tarea fue construir una red que uniera los campos de gas en la Costa Atlántica con redes de distribución en Barranquilla y Cartagena. Sus dueños eran en su totalidad provenientes del sector privado: Prisma Energy, el Grupo Sarmiento, Amalfi, Protección e Inversiones Harinera del Valle.
El 7 de diciembre de 2006, Colombia amaneció con la noticia de la adquisición de Ecogás por parte de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá. La EEB le había ganado la puja por quedarse con Ecogás (en aquel entonces la mayor transportadora y distribuidora de gas en Colombia) a Promigas. La -EEB- ofreció $3,25 billones por la empresa (US$1,400 millones), superando la oferta de $2,8 billones que hizo el consorcio conformado por Promigas y Prisma Energy International, una antigua filial de Enron, la multinacional estadounidense que cayó en bancarrota en el año 2002. Esa transacción frenó de tajo la intención que tenía Luis Carlos Sarmiento Angulo de ser el dueño absoluto de ese sector en el país.
El portal La Silla Vacía en plena cuarentena, el 7 de junio de 2020, llamaba la atención porque el gas en Colombia estaba en manos de tres pulpos; Luis Carlos Sarmiento Angulo, la EPM y Brookfield, ello cuando el consumo del gas se había disparado en todo el territorio nacional.
“Diez millones de hogares colombianos, comercios e industrias están conectados al servicio de gas natural a través de las tuberías instaladas en su mayoría por empresas distribuidoras pertenecientes a tres grupos económicos, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo y el Fondo de inversiones canadiense Brookfield Asset Management y EPM. Esto independiente de que las facturas lleguen a nombre de Vanti en Bogotá, Gases de Occidente en Cali, Surtigas en la Costa o EPM en Medellin”, publicó la Silla Vacía.
En Colombia la producción de gas se origina en sitios como el mar Caribe, el Magdalena Medio, el departamento del Cesar, y en la región del Catatumbo y es transportado a los centros de distribución a través de la red de Promigas.
Luis Carlos Sarmiento, que desde 1977 era accionista de Promigas, logró comprar la mayoría de la entidad en 2011, tras adquirir la participación de Ashmore Energy Intenacional, en conjunto con el Grupo de Energía de Bogotá que hoy posee el 25 % y fondos de capital privado que hoy junto con particulares que controlan el restante 10 %.
Según el informe de la Silla Vacía, Promigas es hoy la empresa transportadora de gas más grande de América Latina. Maneja el transporte del 52 % del gas natural que se consume a través de una red de 3.000 km de redes de gasoductos, de los cuales el 38 % está dirigido a los hogares colombianos, y cuyo consumo se disparó con la pandemia.
Para los investigadores, Juan Benavidez y Sergio Cabrales, en su trabajo titulado: Hacia un mercado único de gas natural en Colombia, de marzo de 2020 y realizado para los 50 años de Fedesarrollo, el mercado de gas natural de Colombia tiene numerosas fricciones, complejidades y fallas de mercado y regulatorias (escaso número de actores en producción, integración vertical en diferentes mercados, ausencia de un mercado spot, mercado de contratos ilíquidos en producción y de transporte, ausencia de instalaciones de almacenamiento, reservas que se desarrollan de manera aleatoria y gradual, expansión del transporte por demanda que influyen de manera poderosa en su evolución.
Los investigadores concluyen que el principal problema de abastecimiento del país radica en que las fuentes domésticas (existentes) no se dinamizan por una combinación de las causas, dentro de las que se destacan la ausencia de conexión directa de los dos submercados (Costa e Interior) y el cobro del transporte por distancia, a pesar de que sean más económicas que el gas importado.
El portal Forbes Colombia, en informe del 23 de marzo de 2023, indicó que la empresa Promigas alcanzó en el año 2022 utilidades por 1.1 billones de pesos. Según el informe de Forbes Colombia, Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas indicó que en la vigencia 2022, conectó a 467.575 nuevos usuarios al servicio de gas natural. El grupo transporta y distribuye gas natural a través de 23 empresas en Colombia y Perú. Promigas transporta el 46 % del gas total en Colombia y aspira a llegar en el año 2023 a un total de 6.5 millones de usuarios, indicó su presidente Juan Manuel Rojas.
En plata blanca, el asunto se traduce de la siguiente manera; Promigas y Sarmiento Angulo mandaron a tumbar del Plan Nacional de Desarrollo la cláusula que hubiera permitido que otros actores se hubiesen integrado a la cadena, (Artículo 364 del PND), solo les importó ellos porque ya hacen parte de ese círculo, son transportadores con Promigas y distribuidores y comercializadores a través de Surtigas, además hacen importación y regasificación por ser mayoritarios de la terminal de regasificación de Gas Natural Licuado (GNL) de la Sociedad Portuaria El Cayao ESPEC en Cartagena. Con otro agravante, a ellos no les aplicó la regla que le impusieron a todos demás porque ya estaban “integrados” antes que entrara en vigor la norma en 1996.
Lo cierto es que la aplanadora de Luis Carlos Sarmiento Angulo y del polémico abogado Néstor Humberto Martínez Neira, arrasó en el congreso de la República y logró imponer su criterio y poder para continuar afianzando el monopolio del manejo del gas en Colombia, tumbando del Plan Nacional de Desarrollo el artículo 364.
Y eso que estamos en el gobierno del cambio.
Por: Alfredo Serrano Zabala, escritor y periodista.
Senadores y representantes opositores al gobierno del presidente Petro y algunos oficialistas le metieron mano al articulado y suprimieron artículos “controversiales” por considerarlos preocupantes, entre ellos el que tenía que ver con el gas, todo enmarcado en lo que denominaron; integración vertical en servicios esenciales.
Del recientemente aprobado Plan Nacional de Desarrollo del gobierno del presidente de Colombia Gustavo Petro, quedó suprimido el artículo 364 que pretendía la creación de actividades de producción, transporte, distribución y comercialización de gas natural y abría la puerta para su importación. La decisión estuvo precedida por el apoyo irrestricto del nuevo ministro de Hacienda, el economista Ricardo Bonilla.
Según Bonilla, el Artículo 364 que procuraba la integración del gas en Colombia, no se necesitaba porque el actual gobierno podía pedirle a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) que reglamente esa cadena.
La determinación de la eliminación del Artículo 364 del Plan Nacional de Desarrollo tuvo un gran vencedor, se trata de la monopólica empresa Promigas, propiedad del magnate colombiano Luis Carlos Sarmiento Angulo, quién de la mano del controvertido, ex fiscal general de la nación, Néstor Humberto Martínez, conservó el botín que representa tener el control del gas, y de paso, impidieron la integración del transporte, distribución y comercialización del preciado insumo.
Lo impensable es que, en pleno poder del mandato de Gustavo Petro, el gobierno del cambio, hombres como Néstor Humberto Martínez y el multimillonario Luis Carlos Sarmiento Angulo, se movieron como “Pedro por su casa” en el congreso de la República, manteniendo el control del monopolio del gas en Colombia… Sorpresas nos da la vida.
Para el exministro de minas y energía Tomás González, mientras Colombia realiza la transición energética, es decir, cambia la forma en la que el país produce y consume para llevarla a niveles de emisiones muy bajos, a 2030 al 51 % y a 2050 cero emisiones, ese cambio de fuentes de energía amerita un esfuerzo integral, para ir ampliando la oferta de energía limpia y avanzado, por ejemplo, al uso del hidrógeno y tecnologías como la nuclear a pequeña escala.
Lo anterior, irá reduciendo la demanda para salir del uso del carbón, el petróleo y el gas, pero hay que hacerlo ordenadamente, indicó González. Todo esto está enmarcado en una de las cinco grandes trasformaciones del gobierno Petro: Transformación Productiva, Internacionalización y Acción Climática, que se traduce en la diversificación del aparato productivo hacia las energías limpias.
El Artículo 364, excluido del Plan Nacional de Desarrollo, buscaba la integración en toda la cadena de valor del gas natural en Colombia y según sus malquerientes intentaba que la cadena de valor del gas natural quedase en manos de pocos agentes. Los defensores del artículo, por el contrario, consideraban que el artículo en mención, intentaba asegurar el abastecimiento y la confiabilidad del servicio público de gas natural en la nación.
“Las empresas que ejerzan actividades del servicio público domiciliario de gas natural podrán desarrollar de manera integrada las actividades de producción, comercialización, comercialización de gas importado, transporte, distribución, comercialización”, decía el texto eliminado del Plan Nacional de Desarrollo.
Con la caída del artículo 364 del PND del gobierno del presidente Gustavo Petro y que recién entra en vigor, el gran ganador y quién se catapultó con el monopolio del negocio del gas en el país, fue el empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo, dueño de Promigas, compañía que transporta el gas en Colombia.
Lo que hoy está pasando en Colombia lo presagió hacia el año 2006, el fallecido senador santandereano Hugo Serrano Gómez, cuando advirtió que existía el riesgo real de que el transporte de gas natural quedara en un ciento por ciento en manos de un particular, con graves incidencias en los sectores de distribución y comercialización, como efectivamente hoy se patentó con la caída del artículo 364 del PND.
La empresa Promigas nació 1976 y su tarea fue construir una red que uniera los campos de gas en la Costa Atlántica con redes de distribución en Barranquilla y Cartagena. Sus dueños eran en su totalidad provenientes del sector privado: Prisma Energy, el Grupo Sarmiento, Amalfi, Protección e Inversiones Harinera del Valle.
El 7 de diciembre de 2006, Colombia amaneció con la noticia de la adquisición de Ecogás por parte de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá. La EEB le había ganado la puja por quedarse con Ecogás (en aquel entonces la mayor transportadora y distribuidora de gas en Colombia) a Promigas. La -EEB- ofreció $3,25 billones por la empresa (US$1,400 millones), superando la oferta de $2,8 billones que hizo el consorcio conformado por Promigas y Prisma Energy International, una antigua filial de Enron, la multinacional estadounidense que cayó en bancarrota en el año 2002. Esa transacción frenó de tajo la intención que tenía Luis Carlos Sarmiento Angulo de ser el dueño absoluto de ese sector en el país.
El portal La Silla Vacía en plena cuarentena, el 7 de junio de 2020, llamaba la atención porque el gas en Colombia estaba en manos de tres pulpos; Luis Carlos Sarmiento Angulo, la EPM y Brookfield, ello cuando el consumo del gas se había disparado en todo el territorio nacional.
“Diez millones de hogares colombianos, comercios e industrias están conectados al servicio de gas natural a través de las tuberías instaladas en su mayoría por empresas distribuidoras pertenecientes a tres grupos económicos, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo y el Fondo de inversiones canadiense Brookfield Asset Management y EPM. Esto independiente de que las facturas lleguen a nombre de Vanti en Bogotá, Gases de Occidente en Cali, Surtigas en la Costa o EPM en Medellin”, publicó la Silla Vacía.
En Colombia la producción de gas se origina en sitios como el mar Caribe, el Magdalena Medio, el departamento del Cesar, y en la región del Catatumbo y es transportado a los centros de distribución a través de la red de Promigas.
Luis Carlos Sarmiento, que desde 1977 era accionista de Promigas, logró comprar la mayoría de la entidad en 2011, tras adquirir la participación de Ashmore Energy Intenacional, en conjunto con el Grupo de Energía de Bogotá que hoy posee el 25 % y fondos de capital privado que hoy junto con particulares que controlan el restante 10 %.
Según el informe de la Silla Vacía, Promigas es hoy la empresa transportadora de gas más grande de América Latina. Maneja el transporte del 52 % del gas natural que se consume a través de una red de 3.000 km de redes de gasoductos, de los cuales el 38 % está dirigido a los hogares colombianos, y cuyo consumo se disparó con la pandemia.
Para los investigadores, Juan Benavidez y Sergio Cabrales, en su trabajo titulado: Hacia un mercado único de gas natural en Colombia, de marzo de 2020 y realizado para los 50 años de Fedesarrollo, el mercado de gas natural de Colombia tiene numerosas fricciones, complejidades y fallas de mercado y regulatorias (escaso número de actores en producción, integración vertical en diferentes mercados, ausencia de un mercado spot, mercado de contratos ilíquidos en producción y de transporte, ausencia de instalaciones de almacenamiento, reservas que se desarrollan de manera aleatoria y gradual, expansión del transporte por demanda que influyen de manera poderosa en su evolución.
Los investigadores concluyen que el principal problema de abastecimiento del país radica en que las fuentes domésticas (existentes) no se dinamizan por una combinación de las causas, dentro de las que se destacan la ausencia de conexión directa de los dos submercados (Costa e Interior) y el cobro del transporte por distancia, a pesar de que sean más económicas que el gas importado.
El portal Forbes Colombia, en informe del 23 de marzo de 2023, indicó que la empresa Promigas alcanzó en el año 2022 utilidades por 1.1 billones de pesos. Según el informe de Forbes Colombia, Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas indicó que en la vigencia 2022, conectó a 467.575 nuevos usuarios al servicio de gas natural. El grupo transporta y distribuye gas natural a través de 23 empresas en Colombia y Perú. Promigas transporta el 46 % del gas total en Colombia y aspira a llegar en el año 2023 a un total de 6.5 millones de usuarios, indicó su presidente Juan Manuel Rojas.
En plata blanca, el asunto se traduce de la siguiente manera; Promigas y Sarmiento Angulo mandaron a tumbar del Plan Nacional de Desarrollo la cláusula que hubiera permitido que otros actores se hubiesen integrado a la cadena, (Artículo 364 del PND), solo les importó ellos porque ya hacen parte de ese círculo, son transportadores con Promigas y distribuidores y comercializadores a través de Surtigas, además hacen importación y regasificación por ser mayoritarios de la terminal de regasificación de Gas Natural Licuado (GNL) de la Sociedad Portuaria El Cayao ESPEC en Cartagena. Con otro agravante, a ellos no les aplicó la regla que le impusieron a todos demás porque ya estaban “integrados” antes que entrara en vigor la norma en 1996.
Lo cierto es que la aplanadora de Luis Carlos Sarmiento Angulo y del polémico abogado Néstor Humberto Martínez Neira, arrasó en el congreso de la República y logró imponer su criterio y poder para continuar afianzando el monopolio del manejo del gas en Colombia, tumbando del Plan Nacional de Desarrollo el artículo 364.
Y eso que estamos en el gobierno del cambio.