El conflicto armado en Colombia afecta de manera desproporcionada a las niñas y mujeres jóvenes. La exposición prolongada a la violencia, el desplazamiento forzado y el aumento de agresiones sexuales son más prevalentes entre ellas que entre sus contrapartes masculinas. Eso fue lo que se evidenció en el reporte del Estado Mundial de las Niñas en Colombia, realizado por la Federación PLAN Internacional.
Intentado responder a los siguientes cuestionamientos:
¿Cómo influyen la edad, el género y otras características interrelacionadas en el impacto del conflicto experimentado por las personas jóvenes?, o, ¿cuáles son sus esperanzas para el futuro?, el informe evidencia que las niñas y mujeres jóvenes enfrentan un riesgo desproporcionado de violencia y discriminación debido a su género.
Esto está atravesado también por temas de machismo, lamentablemente todavía las niñas siguen siendo subvaloradas en nuestra sociedad por su edad y por su género. Su voz no es tenida en cuenta a la hora de revisar cuales son las afectaciones de una comunidad que enfrenta el conflicto armado, por eso es tan importante este estudio que nos permite visibilizar sus vivencias y experiencias”,
comenta Ángela Beatriz Anzola, presidenta ejecutiva de la Fundación PLAN.
Este año el informe se centró en las afectaciones de los conflictos en las personas jóvenes entre los 15 y 24 años, prestando atención al papel que desempeña el género en la experiencia que viven en los conflictos y la vulnerabilidad hacia estos.
En el país participaron 998 personas de 23 departamentos, 499 eran niñas y mujeres jóvenes y 499 eran niños y hombres jóvenes, todos ellos vivieron algún conflicto.
El 31 % de las personas participantes afirman haber experimentado más de 15 años de conflicto, con un mayor impacto en niñas y jóvenes mujeres (35.6 %), en comparación con niños y jóvenes hombres (26.7%).
Las personas participantes señalaron algunas diferencias de género en materia de seguridad, afirmando que las niñas son más vulnerables que los niños o los hombres. Y esto se evidencia en que las niñas y jóvenes mujeres reportaron un mayor aumento de agresiones sexuales en su comunidad debido al conflicto armado, en comparación con los niños y hombres jóvenes (44 % frente a 31 % de los hombres).
Asimismo, en la percepción de seguridad que se pierde por consecuencia de:
A la par, los tipos de violencias que han incrementado en las comunidades a causa del conflicto armado suelen estar marcados por un enfoque de género:
Esto está atravesado también por temas de machismo, lamentablemente todavía las niñas siguen siendo subvaloradas en nuestra sociedad por su edad y por su género. Su voz no es tenida en cuenta a la hora de revisar cuales son las afectaciones de una comunidad que enfrenta el conflicto armado, por eso es tan importante este estudio que nos permite visibilizar sus vivencias y experiencias”, revela el reporte.
Estos alarmantes datos confirman la importancia de realizar acciones que permitan que cada día más niñas, niños y jóvenes puedan tener experiencias de vida libres de violencia y guerra.
En palabras de Ángela Anzola, “la idea es reconocer lo que se está viviendo en términos de conflicto y violencia, y evidenciar la falta de oportunidades que tienen las niñas y niños en Colombia”.
Y la inseguridad también se refleja en la falta de oportunidades que en muchos casos obligan a las personas a vincularse a ofertas ilegales. De acuerdo con lo documentado, al 26 % de niños y jóvenes encuestados les han pedido hacer parte de un grupo armado, a diferencia del 9.1 % de niñas y mujeres jóvenes.
Entre las motivaciones, las personas participantes declararon que, cuando se habían unido a un grupo armado, lo habían hecho por:
En este punto también el género vuelve a ser relevante, pues la mayoría de las personas participantes coincidieron en que era más habitual que los niños y los hombres se unieran a grupos armados. También se destaca que las niñas y las mujeres se unen porque buscan protección saliendo con alguien de un grupo armado.
A pesar de esta desolador panorama, las y los participantes reflejan optimismo y resiliencia, además de proponer y querer ser parte de las consultas y diálogos para la consolidación de la paz, también recalcan la importancia de acciones como:
En cuanto a educación, el 30.6 % reportaron haber perdido clases debido al conflicto, por razones como:
Otro tema muy importante son los impactos en salud mental, porque ellos manifestaron que los cambios emocionales y su bienestar se ven muy afectados. Y si uno mezcla esto con que además viven en la ruralidad, donde es limitado el acceso a servicios psicológicos, se convertirte en un escenario complejo para tramitar sus vivencias y emociones”, afirma Anzola.