El proyecto de ley Julián Esteban buscará reducir las muertes en la vía
Con el nombre de Julián Esteban Gómez, quien murió arrollado en un siniestro, el proyecto de ley entra al tercer debate, para busca reducir la velocidad en las vías, y que los carros y las vías sean más seguros, entre otras modificaciones.
Hay una tragedia que año tras año cobra más vidas en Colombia: los siniestros en la vías colombianas. En el año 2021, el país alcanzó un récord de 7.270 fallecimientos y más de 16.000 lesionados: muertes que pudieron ser evitadas si existiese una política pública clara y efectiva en materia de seguridad vial. La cifra de fallecidos del año pasado posiciona a Colombia como el país con la tasa más alta de fallecidos por mes en la región.
Una de esas lamentables pérdidas fue la del niño Julián Esteban Gómez, reconocido por ser un ciclista con alto potencial y quien soñaba con ser ciclista profesional, como su ídolo Egan Bernal. Julián Esteban es recordado por su manifestación espontanea a través del llanto, donde evidenció sus sentimientos de cariño y alegría cuando el deportista del Team Ineos ganó el Tour de Francia. Su fallecimiento ocurrió el 18 de julio de 2021 cuando entrenaba en compañía de sus familiares en una de las vías principales del departamento de Cundinamarca. Este hecho lamentable ocurrió al ser arrollado por un vehículo de gran tamaño en medio de un siniestro vial.
Por esto, con el nombre de Julián Esteban Gómez, el proyecto de ley que ya fue aprobado por el Senado de la República y esta semana cursa su último debate en Cámara de Representantes, busca mejorar la regulación que permita un mejor licenciamiento para conducir, servir como referente para gestionar la velocidad en zonas urbanas y carreteras nacionales – creando los planes de seguridad vial, creando un marco legal que permitan que los carros sean más seguros, entre otras modificaciones a las leyes vigentes.
“La vida me enseñó que lo más bonito se te apaga en un minuto”, dice Fernanda Torres, madre de Julián Esteban, quien fue contactada por ‘Conduce a 50, Vive al 100′ para que el Proyecto de Ley 408 de 2021 fuera rebautizado con el nombre de su hijo. “En una reunión me preguntaron si estaba de acuerdo con ponerle su nombre a la ley porque creían que lo de mi hijo era una caso emblemático. A mí me pareció una bonita obra, me gusta el contexto del proyecto y espero, de todo corazón, que salga bien para que recordemos a los que han fallecido en siniestros viales no como números, sino como lo que eran: personas”.
Esta iniciativa, que tuvo como ponente a la senadora Ana María Castañeda en el Senado de la República, y como ponentes en Cámara de Representantes a los representantes Rodrigo Rojas y Emeterio Montes de Castro, promueve una visión del sistema seguro; es decir, que deja de imputar la responsabilidad exclusivamente a quienes usan las vías. Es así que provee un marco normativo coherente trabajando sobre todos los componentes del sistema vial: entorno-hombre-vehículo.
El articulado se centra en temas como la construcción de infraestructura segura, establecimiento de velocidades seguras según el entorno, adopción de normativa de vehículos seguros, creación de un registro de siniestros viales que incluyan lesionados y fallecidos, así como vehículos involucrados, y medidas que incentivan el cumplimiento de las normas de tránsito como las licencias de conducción por puntos. Lo anterior, pretende reducir las fatalidades y lesiones en el tránsito, por medio de un enfoque integral que reconoce al ser humano como actor vulnerable y asume la baja tolerancia del cuerpo humano a la energía liberada tras un choque o atropello.
“Este es un proyecto de ley integral que tiene varios elementos, pero si quitas alguno, queda cojo. Pero en especial hay algo clave y es la velocidad. Se requiere un apoyo más decidido de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), ya que esta ley es una herramienta clave para salvar vidas, que es el objetivo mismo de creación de la agencia”, afirmó Juan Pablo Bocarejo, profesor de la Universidad de los Andes y uno de los líderes de ‘Conduce a 50, Vive al 100′ y quien ha sido uno de los abanderados de esta iniciativa.
La siniestralidad afecta de forma desmedida a los usuarios de motocicleta en todo el territorio nacional, seguido de los peatones. Según la Agencia de Seguridad Vial (ANSV), los usuarios de moto y los peatones son los que ponen el mayor número de víctimas fatales. De los 7.270 casos registrados el año pasado, 4.312 correspondieron a los primeros y 1.566 a los segundos. De igual manera es como también perdieron la vida 566 conductores de carro y 471 ciclistas. Lo más complejo y lamentable es que la tendencia durante esta última década no ha cambiado. De hecho, el 2021 fue el peor año de la década, y la situación en el presente año 2022 las cifras no auguran un buen resultado. Durante el primer trimestre, el incremento de decesos fue de 11,8 por ciento, frente al mismo período de 2021.
Para frenar este problema de salud pública en el país, el Proyecto de Ley 408 de 2021 dicta normas para garantizar los derechos a la vida, a la integridad personal, y a la salud de los individuos mediante la seguridad vial bajo un enfoque de sistema seguro.
Dentro del articulado del proyecto de ley se encuentran exigencias como la adopción de todas las normas técnicas en cada eslabón de la cadena de producción y comercialización de vehículos. Para esto, el proyecto plantea la obligación al ministerio, en conjunto con la ANSV, de unificar y armonizar todas las regulaciones relacionadas con la seguridad vial vehicular de manera que sean consistentes con la normativa internacional.
En el proyecto se establece la obligatoriedad de incorporar en el diseño vial especificaciones que prevengan y disuadan comportamientos de los usuarios que puedan poner en riesgo su vida, su integridad personal y su salud o la de terceros. En este punto, se deberán prever mecanismos de disuasión de comportamientos de los usuarios que pongan en riesgo su vida o la de terceros, en particular, la de los usuarios vulnerables.
Asimismo, en la construcción de nueva infraestructura vial se deberá prever los posibles desarrollos inmobiliarios y/o transformaciones de ocupación del suelo de corto, mediano y largo plazo que modifiquen los cambios en los patrones de tráfico en detrimento de la seguridad del flujo de modos y usuarios vulnerables de la vía.
Igualmente, dentro de las modificaciones también está contemplado un sistema de puntos de la licencia de conducción. Esta medida busca persuadir a los actores viales a no transgredir las normas de tránsito e inicialmente agrega 24 puntos a cada conductor, y los va perdiendo, dependiendo la gravedad de la falta cometida (A, B, C, D y E o F). Si los pierde todos, se suspende la licencia de conducción por seis meses.
También se estipula el correcto uso del suelo en los planes futuros de desarrollo urbano, con el fin que no atenten contra la seguridad vial, un registro de todo el parque automotor que esté involucrado en siniestros viales, y hasta modificaciones específicas que exigen que las motocicletas transiten ocupando un carril, y una implementación de planes de gestión de velocidad bianuales, que estén encaminados a diagnosticar zonas de alto riesgo y aplicación de medidas de pacificación de tráfico, así como un mayor control y educación sobre los efectos del exceso de velocidad.
Hay una tragedia que año tras año cobra más vidas en Colombia: los siniestros en la vías colombianas. En el año 2021, el país alcanzó un récord de 7.270 fallecimientos y más de 16.000 lesionados: muertes que pudieron ser evitadas si existiese una política pública clara y efectiva en materia de seguridad vial. La cifra de fallecidos del año pasado posiciona a Colombia como el país con la tasa más alta de fallecidos por mes en la región.
Una de esas lamentables pérdidas fue la del niño Julián Esteban Gómez, reconocido por ser un ciclista con alto potencial y quien soñaba con ser ciclista profesional, como su ídolo Egan Bernal. Julián Esteban es recordado por su manifestación espontanea a través del llanto, donde evidenció sus sentimientos de cariño y alegría cuando el deportista del Team Ineos ganó el Tour de Francia. Su fallecimiento ocurrió el 18 de julio de 2021 cuando entrenaba en compañía de sus familiares en una de las vías principales del departamento de Cundinamarca. Este hecho lamentable ocurrió al ser arrollado por un vehículo de gran tamaño en medio de un siniestro vial.
Por esto, con el nombre de Julián Esteban Gómez, el proyecto de ley que ya fue aprobado por el Senado de la República y esta semana cursa su último debate en Cámara de Representantes, busca mejorar la regulación que permita un mejor licenciamiento para conducir, servir como referente para gestionar la velocidad en zonas urbanas y carreteras nacionales – creando los planes de seguridad vial, creando un marco legal que permitan que los carros sean más seguros, entre otras modificaciones a las leyes vigentes.
“La vida me enseñó que lo más bonito se te apaga en un minuto”, dice Fernanda Torres, madre de Julián Esteban, quien fue contactada por ‘Conduce a 50, Vive al 100′ para que el Proyecto de Ley 408 de 2021 fuera rebautizado con el nombre de su hijo. “En una reunión me preguntaron si estaba de acuerdo con ponerle su nombre a la ley porque creían que lo de mi hijo era una caso emblemático. A mí me pareció una bonita obra, me gusta el contexto del proyecto y espero, de todo corazón, que salga bien para que recordemos a los que han fallecido en siniestros viales no como números, sino como lo que eran: personas”.
Esta iniciativa, que tuvo como ponente a la senadora Ana María Castañeda en el Senado de la República, y como ponentes en Cámara de Representantes a los representantes Rodrigo Rojas y Emeterio Montes de Castro, promueve una visión del sistema seguro; es decir, que deja de imputar la responsabilidad exclusivamente a quienes usan las vías. Es así que provee un marco normativo coherente trabajando sobre todos los componentes del sistema vial: entorno-hombre-vehículo.
El articulado se centra en temas como la construcción de infraestructura segura, establecimiento de velocidades seguras según el entorno, adopción de normativa de vehículos seguros, creación de un registro de siniestros viales que incluyan lesionados y fallecidos, así como vehículos involucrados, y medidas que incentivan el cumplimiento de las normas de tránsito como las licencias de conducción por puntos. Lo anterior, pretende reducir las fatalidades y lesiones en el tránsito, por medio de un enfoque integral que reconoce al ser humano como actor vulnerable y asume la baja tolerancia del cuerpo humano a la energía liberada tras un choque o atropello.
“Este es un proyecto de ley integral que tiene varios elementos, pero si quitas alguno, queda cojo. Pero en especial hay algo clave y es la velocidad. Se requiere un apoyo más decidido de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), ya que esta ley es una herramienta clave para salvar vidas, que es el objetivo mismo de creación de la agencia”, afirmó Juan Pablo Bocarejo, profesor de la Universidad de los Andes y uno de los líderes de ‘Conduce a 50, Vive al 100′ y quien ha sido uno de los abanderados de esta iniciativa.
La siniestralidad afecta de forma desmedida a los usuarios de motocicleta en todo el territorio nacional, seguido de los peatones. Según la Agencia de Seguridad Vial (ANSV), los usuarios de moto y los peatones son los que ponen el mayor número de víctimas fatales. De los 7.270 casos registrados el año pasado, 4.312 correspondieron a los primeros y 1.566 a los segundos. De igual manera es como también perdieron la vida 566 conductores de carro y 471 ciclistas. Lo más complejo y lamentable es que la tendencia durante esta última década no ha cambiado. De hecho, el 2021 fue el peor año de la década, y la situación en el presente año 2022 las cifras no auguran un buen resultado. Durante el primer trimestre, el incremento de decesos fue de 11,8 por ciento, frente al mismo período de 2021.
Para frenar este problema de salud pública en el país, el Proyecto de Ley 408 de 2021 dicta normas para garantizar los derechos a la vida, a la integridad personal, y a la salud de los individuos mediante la seguridad vial bajo un enfoque de sistema seguro.
Dentro del articulado del proyecto de ley se encuentran exigencias como la adopción de todas las normas técnicas en cada eslabón de la cadena de producción y comercialización de vehículos. Para esto, el proyecto plantea la obligación al ministerio, en conjunto con la ANSV, de unificar y armonizar todas las regulaciones relacionadas con la seguridad vial vehicular de manera que sean consistentes con la normativa internacional.
En el proyecto se establece la obligatoriedad de incorporar en el diseño vial especificaciones que prevengan y disuadan comportamientos de los usuarios que puedan poner en riesgo su vida, su integridad personal y su salud o la de terceros. En este punto, se deberán prever mecanismos de disuasión de comportamientos de los usuarios que pongan en riesgo su vida o la de terceros, en particular, la de los usuarios vulnerables.
Asimismo, en la construcción de nueva infraestructura vial se deberá prever los posibles desarrollos inmobiliarios y/o transformaciones de ocupación del suelo de corto, mediano y largo plazo que modifiquen los cambios en los patrones de tráfico en detrimento de la seguridad del flujo de modos y usuarios vulnerables de la vía.
Igualmente, dentro de las modificaciones también está contemplado un sistema de puntos de la licencia de conducción. Esta medida busca persuadir a los actores viales a no transgredir las normas de tránsito e inicialmente agrega 24 puntos a cada conductor, y los va perdiendo, dependiendo la gravedad de la falta cometida (A, B, C, D y E o F). Si los pierde todos, se suspende la licencia de conducción por seis meses.
También se estipula el correcto uso del suelo en los planes futuros de desarrollo urbano, con el fin que no atenten contra la seguridad vial, un registro de todo el parque automotor que esté involucrado en siniestros viales, y hasta modificaciones específicas que exigen que las motocicletas transiten ocupando un carril, y una implementación de planes de gestión de velocidad bianuales, que estén encaminados a diagnosticar zonas de alto riesgo y aplicación de medidas de pacificación de tráfico, así como un mayor control y educación sobre los efectos del exceso de velocidad.