El SENA en las economías populares: así avanza el piloto del Valle del Cauca
En esta región se condensan graves problemáticas sociales, por eso en este proyecto, que tiene una metodología propia y es susceptible de aplicación en cualquier regional del SENA, se espera que igualmente compatible con las transformaciones económicas y sociales de que trata la Ley del PND.
El departamento del Valle del Cauca, y en particular la ciudad de Cali, fueron epicentro del estallido social de 2021. Esto, claramente no fue una casualidad: en esta región se condensan graves problemáticas sociales (pobreza, desigualdad, exclusión), carencia de oportunidades de trabajo para jóvenes y adultos y una dinámica de violencia atravesada por negocios como el narcotráfico.
Sin embargo, en medio de la adversidad puede florecer la oportunidad de la mano con la creatividad y el compromiso por la construcción de ciudadanía a nivel territorial.
Al respecto, quizás resulta conveniente contar un hecho anecdótico: cuando se dio el estallido social, Sindesena Junta Nacional y su equipo pedagógico se encontraban redactando “Tejiendo una propuesta SENA para el fortalecimiento de la formación profesional integral”, un documento de investigación que, como su nombre lo indica, tiene la pretensión de proteger un derecho de las trabajadoras y los trabajadores de Colombia como es la formación ocupacional (al margen de niveles educativos o estratificación socioeconómica) y a su entidad garante: el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA.
En ese documento se delineó por primera vez un plan concreto de garantía del derecho a la formación profesional integral a un grupo de trabajadores carente de todo tipo de prerrogativas: los trabajadores de las economías populares. Este grupo de trabajadores que representan la mayoría en Colombia (6 de cada 10), pero que curiosamente son clasificadas en una categoría estadística denominada “informalidad”.
En este documento se sentaron las bases de un modelo de atención diferenciado desde el SENA, en el cual se asume que: 1). En las economías populares se genera valor a través del trabajo de familias y comunidades; 2). Es indispensable reconocer la existencia de oficios, saberes y ocupaciones “ocultos” pero fundamentales para el avance del sistema económico y social; 3). El emprendimiento en las economías populares, también llamado “rebusque”, no es basado en la oportunidad de negocios sino en la necesidad de sobrevivencia; y 4). Contrario a lo que a priori se puede pensar, en estas economías se genera innovación mediante procesos propios, desarrollo de artefactos, entre otros.
Con esta línea base a nivel teórico, que contó con el apoyo de investigadores del Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (GSEID) de la Universidad Nacional de Colombia, se logró posteriormente la incorporación de estrategias generales en el programa de gobierno de los candidatos Gustavo Petro y Francia Márquez; ideas que luego se fortalecieron con la promulgación de la Ley 2294 de 2022 (Ley del Plan Nacional de Desarrollo - PND 2022-2026).
En efecto, en la búsqueda de garantizar derechos a los trabajadores, y en particular para el reconocimiento de la economía popular, Sindesena no ha cesado en su labor. Por eso, en equipo con los centros de formación de la Construcción y Gestión Tecnológica de Servicios del Valle de Cauca, se diseñó, formuló y está en proceso de implementación un proyecto piloto de atención a las economías populares, el cual tiene una metodología propia y es susceptible de aplicación en cualquier regional del SENA, siendo igualmente compatible con las transformaciones económicas y sociales de que trata la Ley del PND.
La metodología se basa en precedentes de atención desarrollados por el SENA a comunidades populares urbanas y rurales a finales de los años 1980 (particularmente CIPACU - Capacitación para la Integración de las Comunidades Urbanas), siendo adaptados a la realidad concreta del país y a los avances tecnológicos de nuestro tiempo. Así, el trabajo con las comunidades populares urbanas da especial énfasis al inventario de necesidades de los territorios, la construcción participativa de diagnósticos y la formación en ocupaciones pertinentes para el nivel local o regional.
Al final del proceso de atención, los habitantes de barrios o comunas, no solo se forman ocupacionalmente, también desarrollan habilidades para analizar y construir planes de vida y de desarrollo en sus comunidades, crear emprendimientos y fortalecer liderazgos. En otras palabras, la acción del SENA bajo esta modalidad de atención empodera a las comunidades, al tiempo que reconoce e impulsa las economías populares.
En este primer piloto de atención, que ya está en marcha, se atienden a 390 personas de las comunas 11, 12, 13, 14, 15, 16, 20, 21 de la ciudad de Cali. En este proceso de formación, además de las necesidades identificadas por las comunidades, también se tiene una oferta “de oficio” del SENA. En tal sentido, se estructuró una oferta de formación, que se atenderá desde los ejes de hambre cero, cuidado personal e infraestructura comunitaria para la vida, las cuales integran diferentes áreas del conocimiento y darán respuesta a demandas de sectores productivos de la ciudad.
En esta primera fase de ejecución, el Piloto de Formación Profesional Integral para el Fortalecimiento de las Economías Populares del Valle del Cauca beneficiaría aproximadamente a 600 personas del municipio de Santiago de Cali.
El proyecto permitirá el fortalecimiento de capacidades participativas y asociativas para gestión comunitaria, desarrollo de emprendimientos asociativos que potencien las economías populares y comunitarias y transformará patrones de consumo y sociotécnicos para impulsar la producción agroecológica y sostenible. Además, se espera la generación de espacios de diálogo y reconciliación; fortalecimiento de vínculos que promuevan la construcción de tejido social para contribuir a la reparación material mediante procesos de formación y acompañamiento en el desarrollo de iniciativas económicas y culturales; la preparación y formación de las Juntas de Acción Comunal para que adelanten los procesos de gestión y organización; y resignificar el aporte económico y social de las mujeres tanto al interior como fuera del hogar en la transformación y recuperación del tejido social.
Es conveniente señalar que a este proceso se sumó la alcaldía de Cali con sus estrategias “Cali Incluyente” y “Territorios TIO”, y se pretende contar con el apoyo de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), siendo que esta última podría facilitar bienes que están en abandono y con potencial de pérdida como motos y carros que pueden servir en procesos de formación ocupacional. Además, el SENA puede formar a las comunidades para que sean administradores de bienes y negocios, dando materialización así a la propuesta de alianzas público-populares de que trata el PND 2022-2026 (art. 100 y 101).
De esta manera, una labor mancomunada entre la entidad y un sindicato misional como Sindesena, demuestra que si es posible la acción concreta de la política pública para garantizar derechos y contribuir al desarrollo social y productivo a nivel comunitario. Con esta evidencia adicional, insistimos para que más entidades reconozcan y se sumen a este proceso, y ojalá se repliquen experiencias en otras ciudades y regiones del país.
El SENA no solo es la entidad más querida por los colombianos, es quizás la entidad con más potencial para atender las demandas de una sociedad que busca la construcción de la paz en armonía con saltos de productividad e inclusión social.
El departamento del Valle del Cauca, y en particular la ciudad de Cali, fueron epicentro del estallido social de 2021. Esto, claramente no fue una casualidad: en esta región se condensan graves problemáticas sociales (pobreza, desigualdad, exclusión), carencia de oportunidades de trabajo para jóvenes y adultos y una dinámica de violencia atravesada por negocios como el narcotráfico.
Sin embargo, en medio de la adversidad puede florecer la oportunidad de la mano con la creatividad y el compromiso por la construcción de ciudadanía a nivel territorial.
Al respecto, quizás resulta conveniente contar un hecho anecdótico: cuando se dio el estallido social, Sindesena Junta Nacional y su equipo pedagógico se encontraban redactando “Tejiendo una propuesta SENA para el fortalecimiento de la formación profesional integral”, un documento de investigación que, como su nombre lo indica, tiene la pretensión de proteger un derecho de las trabajadoras y los trabajadores de Colombia como es la formación ocupacional (al margen de niveles educativos o estratificación socioeconómica) y a su entidad garante: el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA.
En ese documento se delineó por primera vez un plan concreto de garantía del derecho a la formación profesional integral a un grupo de trabajadores carente de todo tipo de prerrogativas: los trabajadores de las economías populares. Este grupo de trabajadores que representan la mayoría en Colombia (6 de cada 10), pero que curiosamente son clasificadas en una categoría estadística denominada “informalidad”.
En este documento se sentaron las bases de un modelo de atención diferenciado desde el SENA, en el cual se asume que: 1). En las economías populares se genera valor a través del trabajo de familias y comunidades; 2). Es indispensable reconocer la existencia de oficios, saberes y ocupaciones “ocultos” pero fundamentales para el avance del sistema económico y social; 3). El emprendimiento en las economías populares, también llamado “rebusque”, no es basado en la oportunidad de negocios sino en la necesidad de sobrevivencia; y 4). Contrario a lo que a priori se puede pensar, en estas economías se genera innovación mediante procesos propios, desarrollo de artefactos, entre otros.
Con esta línea base a nivel teórico, que contó con el apoyo de investigadores del Grupo de Socioeconomía, Instituciones y Desarrollo (GSEID) de la Universidad Nacional de Colombia, se logró posteriormente la incorporación de estrategias generales en el programa de gobierno de los candidatos Gustavo Petro y Francia Márquez; ideas que luego se fortalecieron con la promulgación de la Ley 2294 de 2022 (Ley del Plan Nacional de Desarrollo - PND 2022-2026).
En efecto, en la búsqueda de garantizar derechos a los trabajadores, y en particular para el reconocimiento de la economía popular, Sindesena no ha cesado en su labor. Por eso, en equipo con los centros de formación de la Construcción y Gestión Tecnológica de Servicios del Valle de Cauca, se diseñó, formuló y está en proceso de implementación un proyecto piloto de atención a las economías populares, el cual tiene una metodología propia y es susceptible de aplicación en cualquier regional del SENA, siendo igualmente compatible con las transformaciones económicas y sociales de que trata la Ley del PND.
La metodología se basa en precedentes de atención desarrollados por el SENA a comunidades populares urbanas y rurales a finales de los años 1980 (particularmente CIPACU - Capacitación para la Integración de las Comunidades Urbanas), siendo adaptados a la realidad concreta del país y a los avances tecnológicos de nuestro tiempo. Así, el trabajo con las comunidades populares urbanas da especial énfasis al inventario de necesidades de los territorios, la construcción participativa de diagnósticos y la formación en ocupaciones pertinentes para el nivel local o regional.
Al final del proceso de atención, los habitantes de barrios o comunas, no solo se forman ocupacionalmente, también desarrollan habilidades para analizar y construir planes de vida y de desarrollo en sus comunidades, crear emprendimientos y fortalecer liderazgos. En otras palabras, la acción del SENA bajo esta modalidad de atención empodera a las comunidades, al tiempo que reconoce e impulsa las economías populares.
En este primer piloto de atención, que ya está en marcha, se atienden a 390 personas de las comunas 11, 12, 13, 14, 15, 16, 20, 21 de la ciudad de Cali. En este proceso de formación, además de las necesidades identificadas por las comunidades, también se tiene una oferta “de oficio” del SENA. En tal sentido, se estructuró una oferta de formación, que se atenderá desde los ejes de hambre cero, cuidado personal e infraestructura comunitaria para la vida, las cuales integran diferentes áreas del conocimiento y darán respuesta a demandas de sectores productivos de la ciudad.
En esta primera fase de ejecución, el Piloto de Formación Profesional Integral para el Fortalecimiento de las Economías Populares del Valle del Cauca beneficiaría aproximadamente a 600 personas del municipio de Santiago de Cali.
El proyecto permitirá el fortalecimiento de capacidades participativas y asociativas para gestión comunitaria, desarrollo de emprendimientos asociativos que potencien las economías populares y comunitarias y transformará patrones de consumo y sociotécnicos para impulsar la producción agroecológica y sostenible. Además, se espera la generación de espacios de diálogo y reconciliación; fortalecimiento de vínculos que promuevan la construcción de tejido social para contribuir a la reparación material mediante procesos de formación y acompañamiento en el desarrollo de iniciativas económicas y culturales; la preparación y formación de las Juntas de Acción Comunal para que adelanten los procesos de gestión y organización; y resignificar el aporte económico y social de las mujeres tanto al interior como fuera del hogar en la transformación y recuperación del tejido social.
Es conveniente señalar que a este proceso se sumó la alcaldía de Cali con sus estrategias “Cali Incluyente” y “Territorios TIO”, y se pretende contar con el apoyo de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), siendo que esta última podría facilitar bienes que están en abandono y con potencial de pérdida como motos y carros que pueden servir en procesos de formación ocupacional. Además, el SENA puede formar a las comunidades para que sean administradores de bienes y negocios, dando materialización así a la propuesta de alianzas público-populares de que trata el PND 2022-2026 (art. 100 y 101).
De esta manera, una labor mancomunada entre la entidad y un sindicato misional como Sindesena, demuestra que si es posible la acción concreta de la política pública para garantizar derechos y contribuir al desarrollo social y productivo a nivel comunitario. Con esta evidencia adicional, insistimos para que más entidades reconozcan y se sumen a este proceso, y ojalá se repliquen experiencias en otras ciudades y regiones del país.
El SENA no solo es la entidad más querida por los colombianos, es quizás la entidad con más potencial para atender las demandas de una sociedad que busca la construcción de la paz en armonía con saltos de productividad e inclusión social.