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Al hablar de enseñanza uno de los temas a los que se alude con frecuencia es la innovación y la necesidad de repensarse los procesos que llevan a la formación de los profesionales del siglo XXI. En lo que coinciden diferentes expertos es que se debe estar a la vanguardia para traducir las necesidades del mercado y formar en las competencias que se necesitan en medio de la llamada cuarta revolución industrial.
Por ello hablamos con el emprendedor y speaker en Innovación Billy Crissien, miembro de la Sala General de la Universidad Ean, quien nos compartió sus reflexiones en torno a los retos de las instituciones de educación superior y el menester de actualizar la educación.
Los avances tecnológicos han traído consigo transformaciones y el área educativa no es ajena a estos cambios…
Siempre hemos afrontado momentos de mutación y la pandemia fue clave para entender su importancia. La educación no va a desaparecer, eso es claro; pero como toda industria tiene revoluciones y es clave que se adapte a las necesidades de hoy. Hay algunas organizaciones que tienen la oportunidad de transformarse y otras que no se dan siquiera la oportunidad, porque no están preparadas ni tienen la capacidad, pero en la Ean lo tenemos como propósito institucional.
¿Cómo será entonces la educación del futuro?
Desde antes de la llegada del Covid-19 avanzábamos de la mano de la tecnología, entendimos que es una aliada y no una enemiga a la que hay que derrotar como algunos insisten. Muchas de las universidades en Colombia siguen siendo lideradas por sus fundadores, quienes no tienen presente la transformación digital. Eso es un error enorme y por eso en nuestra junta directiva nos imaginamos el futuro de la educación superior. Esto nos ha impulsado a tomar decisiones en infraestructura, modelos educativos, herramientas de actualización y capacitación del personal docente.
En ese aspecto ustedes se han aventurado con su plataforma EanX. ¿Qué tal ha sido la recepción?
Así es, somos conscientes de que existen barreras en el desarrollo de habilidades y en el acceso a una educación de calidad. Por eso creamos nuestra propia plataforma EdTech. La lanzamos en marzo de 2021 y en la primera etapa tuvimos más de 100.000 personas inscritas de manera gratuita, la abrimos completamente al público por tres meses. Esperábamos 30.000 suscriptores y en el segundo mes ya teníamos más de tres veces de lo que habíamos proyectado.
Eso nos demuestra que la educación del hoy implica disponibilidad 24/7. Por esta razón, ofrecemos cursos certificados en ocho academias diferentes que implican una experiencia 100% autónoma en línea. Como lo pueden notar, esto es un avance a la educación personalizada y libre en la que cada uno decide qué tipo de conocimientos quiere adquirir a partir de sus intereses.
La pandemia implicó cambios pedagógicos en las aulas; sin embargo, el regreso a la normalidad trajo un retroceso tecnológico en algunos casos…
Totalmente, muchos guardaron en cajas los dispositivos usados en pandemia e hicieron como si no pasara nada. Garrafal error. En la Ean desde 1992 venimos haciendo virtualidad progresiva, de manera que no fue complejo para nosotros, pues ya veníamos adelantando procesos de capacitación con los docentes.
No perdimos ni un día porque estar a la vanguardia hace parte de nuestra filosofía institucional. Empezamos con esto por nuestra visión disruptiva y eso nos ha permitido avanzar en otros aspectos claves como equidad, emprendimiento, sostenibilidad e inclusión.
Me llama la atención su idea de que la innovación debe ir de la mano con la vanguardia para no quedarse en la formación convencional…
Sí y es algo que no se suele mencionar. En 2019 asumí un reto y fue concretar la transformación tecnológica en la Ean, por eso nuestra insistencia en que todo el equipo docente debe aprender sobre la metodología virtual a través de herramientas tecnológicas. Cambiamos software, procedimientos, de manera que pareciera que nos hubiéramos estado preparando para la pandemia.
Tanto así que ese mismo año presentamos la solicitud de un registro calificado en el Ministerio de Educación, para tener una modalidad híbrida que la bautizamos PAT (Presencialidad Asistida por Tecnología), nos la negaron porque los porcentajes de virtualidad no cumplían los parámetros estipulados, lo que denota un atraso.
¿Cree entonces que el ministerio necesita actualizarse y replantear los términos y condiciones de los programas educativos?
Sí, estoy de acuerdo con la reforma de la Ley 30 de 1992. Esa es una incógnita que tenemos desde todas las universidades, recordemos que en ella se modernizó el sistema de educación superior colombiano y se introdujeron figuras como el Sistema Nacional de Acreditación.
Nos ayudó a lograr lo que tenemos, sin embargo, 31 años después podemos decir que, es en cierta medida antigua frente a las necesidades actuales.
Frente al reto de la virtualidad o la asistencia mediada por tecnología es importante la autonomía estudiantil y la disciplina, más en tiempos de distracción constante. ¿Cómo aportar al enfoque de autoaprendizaje?
¡Uy! Excelente pegunta. Es clave reformularse los mecanismos para dictar las clases y entender sus ventajas; pero la experiencia es una gran maestra. Nosotros le enseñamos a nuestros estudiantes cómo ser autónomos y eso también aplica para el mundo laboral. Momento en el que entran las llamadas ‘habilidades blandas’ que para mí son más ‘habilidades humanas’ como la autodisciplina, la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la adaptabilidad. Todo esto en aras de lograr un desarrollo holístico que permita que los aprendizajes sean constantes y en todas las áreas. Eso implica que el sector educativo también aprenda y se forme en la educación del mañana.
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