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Alrededor del mundo es común que cada 8 de marzo miles de mujeres llenen las calles con gritos y cantos en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, sin embargo, en Nicaragua esto no ocurre hace muchos años. El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la violación a los derechos humanos, la represión a la libertad de opinión y a la oposición, y la falta de garantías para las mujeres consiguió que organizaciones civiles históricamente separadas unieran su voz para estar del mismo lado.
“#DelMismoLado significa que diferentes actores de la sociedad civil que tienen su propio objetivo y que a veces tienen interés contrapuestos, como los que podemos tener las feministas con ciertos discursos de la jerarquía católica, entendieran que cuando se trata de denunciar la violación sistemática a los DDHH o cuando se trata de defender valores democráticos podemos y debemos estar del mismo lado”, dijo María Teresa Blandón, socióloga y feminista, vocera de la Articulación Feminista de Nicaragua, quien también habló con El Espectador sobre el panorama de derechos humanos, garantías hacia la mujer y la sociedad nicaragüense, explico la importancia de los movimientos sociales para la recuperación de la democracia en el país centroamericano y destacó que ya es hora para que todos y todas estén #DelMismoLado.
¿Cuándo y por qué nace la Articulación Feminista de Nicaragua?
Nace en el año 2008 y nace como una necesidad de conjuntar esfuerzos de las más diversas expresiones organizativas, redes, alianzas, movimientos que existen en el país hace 4 décadas. Nos juntamos porque sabíamos que estamos enfrentando situaciones muy complicadas, como el retorno al poder de un señor que fue acusado por su hijastra por violación, no podíamos esperar políticas muy proclives a los derechos de las mujeres, como efectivamente pasó. Y en realidad hay unos casos de severos retrocesos, como los derechos sexuales y reproductivos, y de la violencia machista; además de la pobreza y la desigualdad.
Durante todo estos años hemos venido actuando conjuntamente, y esa alianza política y ética dentro de las feministas se ha fortalecido durante los últimos cinco años, a partir de la agudización de la crisis sociopolítica y de derechos humanos que vive Nicaragua y las masacres que perpetró el régimen Ortega - Murillo en contra de las gente que salió a protestar pacíficamente a las calles, y cobró al menos 355 vidas. A partir de ahí, la articulación fue menester, fortalecimos las redes de activos, de cooperación y colaboración para poder, por un lado, denunciar la violación de DDHH gravísima que ocurre en Nicaragua, pero también para apoyar a las víctimas de la represión. Nosotras sabíamos que era preciso fortalecer alianzas en lo interno del movimiento para denunciar la violación a los derechos de las mujeres, pero también para crear redes de apoyo y solidaridad, y eso fue lo que hicimos.
¿Cuál es la realidad de las mujeres en el país?
Hay varias maneras de ver la realidad de las mujeres en cualquier país. Una de ellas es desde el punto de vista legal - institucional, y otra desde el punto de vista formal. Desde lo legal este país cuenta con una ley de igualdad de derechos y oportunidades, con una ley integral contra la violencia hacia las mujeres, con algunos programas de asistencia para las mujeres más pobres, con una estrategia de derechos sexuales y reproductivos (heredada del gobierno anterior), pero también hay una enorme brecha entre los derechos formalmente consignados y la realidad de las mujeres.
Basta decir que Nicaragua es uno de los países más pobres, y con las más profundas brechas de desigualdad en el continente, y eso tiene un peso enorme sobre la vida de las mujeres. Hay una ley de igualdad de derechos y oportunidades que no tiene ninguna relación con el conjunto de políticas económicas y sociales que desarrolla el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Hay una ley contra la violencia que no se aplica porque los mecanismo no funcionan, porque no hay recursos, porque no hay voluntad política. Hay una estrategia de derechos sexuales y reproductivos, pero resulta que somos unos de los países con maternidad de niñas y adolescentes más altos en la región, casi el 28 % del total de embarazos ocurren en niñas y adolescentes menores de 19 años.
El feminicidio ha ido creciendo, cada año cerramos entre 65 y 72 feminicidios. Eso ha venido siendo una constante en los últimos 16 años. Y hablo de los últimos 16 años porque ha estado el mismo hombre y partido en el control del gobierno, es decir, Daniel ortega y Rosario Murillo, como los máximos líderes del frente sandinista.
El problema es que no hay políticas de prevención, el problema es que los mecanismo que se habían creado, por ejemplo, la Dirección Nacional de Comisarias de la Mujer y la Niñez, dejaron de existir desde el año 2015 porque se les ocurrió eliminarlas. El problema es que hay una gran impunidad, la mayor parte de esos feminicidios que ocurren cada año se quedan en la impunidad, no se investigan, se abandona el proceso o no se reciben a tiempo las denuncias; y hemos tenido por lo menos 4 casos de feminicidas que han sido liberados por el Estado antes de que cumplieran el 50 % de la condena.
Y otro problema es el cinismo hecho política. Decidieron hace 3 años establecer la pena de cadena perpetua para los que cometieran crímenes horrendos, pero de que sirve que a asesinos que han cometido crímenes horrendos se le condena a la cárcel de por vida, si no hay políticas de prevención, no hay políticas de atención expedita a las mujeres que van a interponer denuncias a la policía.
Tradicionalmente las colectivas feministas y la Iglesia Católica no suelen remar hacia el mismo lado. ¿Cuénteme cómo nace este trabajo común entre feministas e Iglesia y cuál es el valor de esta articulación para el país y quizá para los procesos sociales de América Latina y el mundo?
La articulación feminista es un espacio laico, es un espacio que no tienen ninguna adscripción ni religiosa, ni partidaria, somos un espacio secular. Y la iglesia tiene sus propias estructuras. El tema es que tanto la Iglesia como el movimiento feminista nicaragüense han hecho una apuesta por los DDHH, para denunciar la represión y para pedir la democracia en nuestro país. Creo que cuando los distintos actores de la sociedad civil, aun reconociendo la diferencia y tensiones históricas, son capaces de juntarse para luchar por un bien común, en este caso la democracia es un bien común, es evidente que eso constituye un valioso aporte.
Porque eso nos hace entender que no necesitamos pensar igual, que nos podemos reconocer en nuestras diferencias, pero sabiendo que hay valores que son universales, y que la gente que es congruente con esos valores puede luchar del mismo lado. Este es un aporte enorme para lograr que nuestros países se acaben con la polarización, que como sabemos es la madre de todas las violencias. Acabar con esos discursos polarizantes, y juntarnos en los aspectos vitales que nos unen como sociedad sin duda alguna es una enseñanza invaluable para Nicaragua, pero también para todas las sociedades.
Pero cualquier actor que haga eso en Nicaragua se convierte en un enemigo del régimen Ortega - Murillo. Eso es lo que nos junta, más allá de las diferencias históricas, está claro que el tema de los DDHH, la defensa de las víctimas y el reclamo de democracia para el país es lo que nos junta.
¿Qué opinión le merece la respuesta internacional sobre los hechos que ocurren en su país?
Hay una expectativa importante hacia los gobiernos que se declaran de izquierda en América latina, tal vez, porque el régimen de Daniel ortega se ha declarado de izquierda, aunque esto es falso. Pero otros presidentes de izquierda se van a sentir avergonzados de tener que cargar con el lastre que representa la dictadura Ortega - Murillo. Tal vez por eso la opinión pública cree que los gobiernos de izquierda podrían influir, pero la realidad ha dicho lo contrario. Ni Daniel ortega es de izquierda, ni por tanto está cerca de estos gobiernos que se declaran de izquierda, como el de Petro, el de Borich, o Lula.
Los esfuerzos que han hecho algunos de estos presidentes por tratar de hacer entrar en razón al régimen Ortega - Murillo, por lo menos hasta ahora, han sido infructuosos. Ortega ha insultado tanto a los gobiernos de izquierda, como los que se declaran de centro, como los que se declaran de derecha. En realidad es un paria en la comunidad de países democráticos en la región y en el mundo.
Quiere aislarse, no quiere rendir cuentas, no quiere hacerse cargo de los tratados internacionales que ha suscrito el Estado de Nicaragua. Nosotras agradecemos y la sociedad nicaragüense agradece los esfuerzos que han hecho gobiernos de distintas orientaciones ideológicas, pero estos años han demostrado que Ortega no tiene ninguna vocación democrática, y ningún respeto por la comunidad internacional.
¿Cuál sería el canal, el proceso o la manera para que en Nicaragua puedan trabajar hacia un mismo objetivo?
Es imposible en dictadura. Para que todos trabajemos en la misma dirección, en igualdad, en justicia, en el desarrollo y progreso para todo el país, necesitamos recuperar la democracia, ese es el camino. Recuperar la democracia utilizando todas las vías cívicas y pacíficas que podemos disponer como sociedad. Necesitamos una oposición democrática, necesitamos lograr una elección sin el régimen Ortega - Murillo, porque mientras ellos estén en el control del poder no vamos a poder avanzar hacia la recuperación de la democracia en nuestro país.
¿Su vida corre peligro?
Todas las personas en Nicaragua que tienen una posición política crítica o que han denunciado derechos humanos corren peligro. Hace 2 semanas fueron liberadas 222 nicaragüenses que estuvieron presos únicamente por pronunciarse en contra de la represión y por reclamar respeto a los derechos de los y las nicaragüenses. Esos 222, más 94 fueron despojados de su nacionalidad, y los bienes de muchas de esas personas están siendo confiscados por el Estado. De tal manera que la libertad de los nicaragüenses sí corre peligro. No se salva nadie, actualmente condenaron a un obispo a 26 años y 4 meses de prisión por las mismas razones, por haber denunciado la violación de DDHH, por haber pedido al régimen que parara la represión y que respetara los DDHH y la constitución de la Republica de Nicaragua.
Si desea conocer más sobre la situación del país centroamericano, y contribuir por un cambio positivo en Nicaragua puede visitar la página web de la campaña #DelMismoLado y dejar su firma en:
https://www.change.org/p/apoya-a-las-v%C3%ADctimas-de-la-dictadura-en-nicaragua