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La Universidad El Bosque se consolidó como un referente internacional en robótica. Sus destacadas participaciones en diferentes competencias alrededor del globo ubican a la institución en esta posición de prestigio, que se sustenta en la disciplina y sinergia logradas por estudiantes, docentes y el apoyo de la Vicerrectoría de Investigaciones, la Decanatura de Ingeniería y el Programa de Ingeniería Electrónica.
Hace unas semanas, la universidad fue noticia por los resultados obtenidos en el Robotchallenge 2024, que se desarrolló en Rumania. El semillero de robótica de la Universidad El Bosque participó con 11 robots en cuatro categorías: Minisumo 500g (llegaron a los puestos 13, 16 y 22), Robots Velocistas Turbinados (puesto 15 y 16 entre 56 equipos) y Guerra de Robots 1 y 3 libras (puesto 8 de 46).
En diálogo con El Espectador, Holman Ariza, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad El Bosque, habló sobre el semillero, su participación, su mensaje a la comunidad académica, los resultados y proyecciones del equipo.
¿Cómo surgió el semillero de robótica de la Universidad El Bosque?
El semillero nació al identificar su necesidad en las áreas de electrónica e ingeniería de sistemas, ya que necesitábamos potenciar las capacidades y habilidades de nuestros estudiantes para transformarlas en algo mucho más grande. Entonces, en 2013 nace la idea de crear el semillero de robótica. En su momento ya visualizábamos que era una de las grandes tendencias a nivel mundial, una de las líneas del saber. Así que nos teníamos que involucrar nosotros como ingenieros, para que nos permitiera desarrollar productos y participar en diferentes eventos a nivel nacional e internacional.
¿Cómo fue el proceso de preparación para las competencias?
La preparación fue bastante ardua. Para llegar a participar en el Campeonato Europeo de Robótica tuvimos que ganar competiciones previas y obtener los puntos necesarios para clasificar. También, conseguir las acreditaciones para poder viajar. Logramos la clasificación en abril, en el campeonato de Runibot. A partir de ahí nos dedicamos a rediseñar los robots, reorganizar su programación, revisar los sistemas mecánicos y su estructura física para poder mejorarlos y hacerlos más competitivos a nivel internacional. Sabíamos que no solo nos enfrentaríamos a unos pocos países, sino que prácticamente todo Europa estaría participando.
El evento involucró a más de 23 países. Nuestros estudiantes del semillero demostraron mucho empeño, a pesar de tener sus clases normales del semestre. Trabajaron los sábados, domingos, festivos, de día y de noche, para mejorar lo que ya teníamos. Aunque sabíamos que nuestros modelos eran competitivos, queríamos llevar algo aún mejor al campeonato.
¿Cuál fue el rol de la Vicerrectoría de Investigaciones en el desarrollo de este proyecto?
La Vicerrectoría de Investigaciones ha sido un gran aliado del semillero, especialmente para nuestros estudiantes. Ha sido ese apalancamiento que necesitaban para tomar la decisión de viajar y representar a la universidad. Sin duda, la Vicerrectoría de Investigaciones hace una gran apuesta por la investigación y también por los semilleros. Se trata de un apoyo que ha sido incondicional durante muchos años, beneficiando a unos 80 o 90 estudiantes. No solo en esta oportunidad que viajamos a Rumania, también en años anteriores donde fuimos a Japón, México y Ecuador. Es un apoyo fundamental para seguir desarrollando y potenciando la investigación en la universidad y en el país.
¿Cómo fue su mentoría y el apoyo durante el proceso?
Llevo 11 años con el semillero y hemos tenido la oportunidad de trabajar con más de 180 estudiantes. Ha sido un reto muy bonito que hemos decidido asumir con mucha responsabilidad y eso me ha permitido ofrecerles a nuestros estudiantes la mayor parte de mi conocimiento. Sin duda, su mayor motivación es que se identifiquen con el proyecto de la robótica, todos sus diseños y su programación. Las orientaciones que les brindo básicamente son a nivel estructural, de programación, de estrategias de juego, y así buscamos esa afinidad con ellos.
¿Qué significa para la Universidad los resultados obtenidos?
Para la universidad significa un logro muy importante, ya que a nivel nacional nos reconocen como una de las universidades más fuertes y líderes en los procesos de robótica. Si observamos, por ejemplo, los resultados en la categoría de minisumos en el Robotchallenge de Rumania, donde participaron 210 robots, ocupamos los puestos 13, 16 y 20… sin duda, un logro destacado. El proceso fue igualmente interesante en la categoría de robot de batalla. En esta, participaron aproximadamente 80 y nosotros alcanzamos el puesto octavo. En la categoría de velocistas, con una cantidad similar, logramos los puestos 15 y 16. Fue muy gratificante enterarnos de que nuestros competidores y oponentes estaban muy atentos a la delegación de Colombia, porque sabían que enfrentarse a nosotros era un reto. Este resultado marca un hito relevante para la robótica en la Universidad El Bosque, así como para el proceso del semillero en estos 11 años, durante los cuales hemos demostrado una clara evolución. Hoy en día, somos un referente para otros equipos.
¿Cómo impacta la participación en estos eventos al semillero y a la universidad en general?
El semillero motiva a nuestros estudiantes, quienes regresan de las competencias con gran entusiasmo, deseando mejorar sus prototipos y alcanzar el título de campeones. Además, los compañeros que no viajan también se sienten inspirados y se motivan a unirse al semillero. Esto contribuye a formar mejores profesionales. Respecto a la universidad, seguimos siendo un referente, ya que no todas las instituciones tienen la oportunidad de participar en eventos internacionales. La Universidad El Bosque ha logrado una destacada representación en varios países, obteniendo múltiples títulos a nivel internacional.
¿Cuáles son los planes para seguir creciendo como semillero de robótica?
Tenemos una organización pensada para el 2025, donde participaremos en campeonatos muy fuertes como el suramericano que se va a realizar en Brasil en mayo; apuntamos al Rumibot que es el torneo de robótica más grande de Colombia que también se va a llevar a cabo en el primer semestre del 2025, y en el segundo semestre, estaremos planeando nuevamente el viaje a Rumania. Los muchachos quedaron como con ese sin sabor de no haber logrado el podio, porque lo habían podido alcanzar. La meta es el otro año estar en podios y lograr los objetivos trazados. También estamos desarrollando nuestras propias tecnologías y eso es un plus muy grande para los estudiantes, pues ellos mismos están desarrollando sus circuitos PCB o tarjetas de control para los robots. Es tecnología totalmente colombiana, hecha por nuestros estudiantes, eso es un valor agregado enorme.