¿Por qué invertir en segunda vivienda en Colombia?
Amarilo le apunta a brindar esta alternativa de inversión con proyectos pensados en las necesidades de las familias actuales, que buscan ya no solo cumplir el sueño de tener vivienda propia, sino adquirir inmuebles para valorizar su patrimonio a largo plazo.
Invertir en vivienda propia es uno de los primeros pasos para la construcción de un patrimonio, ya que los inmuebles se convierten en activos que generan rentabilidad y que pueden ser heredados a las generaciones futuras.
Entendiendo esto, Colombia está experimentando un crecimiento exponencial en la construcción de viviendas en todo el territorio, lo que representa una gran oportunidad para el comercio, el desarrollo inmobiliario y el turismo. A su vez, este crecimiento trae consigo un nuevo deseo para los colombianos y es invertir en segunda vivienda o en vivienda de descanso, ya que se convierte en una opción atractiva y en un negocio bastante dinámico para diversificar sus inversiones.
Por lo tanto, una segunda vivienda, cumple, entre otras cosas, el objetivo de fortalecer ese patrimonio, convertirse en una inversión en el mediano o largo plazo y brindarle a la familia un espacio para disfrutar en temporadas vacacionales.
En este orden de ideas, Amarilo, una de las constructoras más importantes del país, no solo le apunta a ayudar a los colombianos a cumplir el sueño de comprar su primera vivienda propia, sino que también brinda esta alternativa de inversión con proyectos pensados en las necesidades de cada una de las familias actuales.
Y es que estas no solo son una oportunidad de inversión, sino también una opción perfecta para relajarse y alejarse del ajetreo de las grandes ciudades, ya que los proyectos que ofrece suelen estar ubicadas en lugares turísticos con ambientes cálidos y con planes para toda la familia.
Las formas más comunes de generar rentabilidad son, en primer lugar, arrendarla en temporadas que no vaya a ser utilizada por la familia para que genere ingresos y, en segundo lugar, tener el inmueble por cierto tiempo y luego venderlo. Este tipo de viviendas puede llegar a costar menos que un inmueble en las grandes ciudades y, por lo tanto, tener una valorización mucho más alta.
Asimismo, a largo plazo, una segunda vivienda aumenta el patrimonio de la familia y no solo mejora el estilo de vida, también el valor de las posesiones de quien la adquiera. Además, puede asegurar un espacio para su retiro, ya que poco a poco, las personas pueden ir ambientando su vivienda vacacional con elementos que le gustaría tener y que vaya a disfrutar luego de su jubilación.
Para más información sobre los proyectos y opciones de compra que ofrece Amarilo, haga clic aquí.
Invertir en vivienda propia es uno de los primeros pasos para la construcción de un patrimonio, ya que los inmuebles se convierten en activos que generan rentabilidad y que pueden ser heredados a las generaciones futuras.
Entendiendo esto, Colombia está experimentando un crecimiento exponencial en la construcción de viviendas en todo el territorio, lo que representa una gran oportunidad para el comercio, el desarrollo inmobiliario y el turismo. A su vez, este crecimiento trae consigo un nuevo deseo para los colombianos y es invertir en segunda vivienda o en vivienda de descanso, ya que se convierte en una opción atractiva y en un negocio bastante dinámico para diversificar sus inversiones.
Por lo tanto, una segunda vivienda, cumple, entre otras cosas, el objetivo de fortalecer ese patrimonio, convertirse en una inversión en el mediano o largo plazo y brindarle a la familia un espacio para disfrutar en temporadas vacacionales.
En este orden de ideas, Amarilo, una de las constructoras más importantes del país, no solo le apunta a ayudar a los colombianos a cumplir el sueño de comprar su primera vivienda propia, sino que también brinda esta alternativa de inversión con proyectos pensados en las necesidades de cada una de las familias actuales.
Y es que estas no solo son una oportunidad de inversión, sino también una opción perfecta para relajarse y alejarse del ajetreo de las grandes ciudades, ya que los proyectos que ofrece suelen estar ubicadas en lugares turísticos con ambientes cálidos y con planes para toda la familia.
Las formas más comunes de generar rentabilidad son, en primer lugar, arrendarla en temporadas que no vaya a ser utilizada por la familia para que genere ingresos y, en segundo lugar, tener el inmueble por cierto tiempo y luego venderlo. Este tipo de viviendas puede llegar a costar menos que un inmueble en las grandes ciudades y, por lo tanto, tener una valorización mucho más alta.
Asimismo, a largo plazo, una segunda vivienda aumenta el patrimonio de la familia y no solo mejora el estilo de vida, también el valor de las posesiones de quien la adquiera. Además, puede asegurar un espacio para su retiro, ya que poco a poco, las personas pueden ir ambientando su vivienda vacacional con elementos que le gustaría tener y que vaya a disfrutar luego de su jubilación.
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