Tierra cruda, el material del futuro de la construcción
Sus características de sostenibilidad y su bajo costo económico hacen de la tierra una fuente atractiva para construir. Además, los expertos e investigadores de su potencial lo encuentran igual de efectivo que el cemento. Este es uno de los temas centrales de la Cátedra Europa 2023.
Se estima que el sector de la construcción es responsable del 40 % del consumo energético y del 35 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Un panorama que ha llevado a la búsqueda de nuevas formas de construir para cambiar esta tendencia. En este contexto el uso de la tierra cruda aparece como una opción más que atractiva por su bajo impacto ambiental, pues económicamente tiene un costo muchísimo más bajo que cualquier otro material.
En el marco de la Cátedra Europa de Uninorte, este lunes, 2 de octubre, se reunieron varios estudiosos de este material para discutir los retos y el potencial que se proyecta con su uso. En cuentas amplias, la construcción con tierra cruda disminuiría el impacto de este sector en el medio ambiente: los expertos estiman que la producción de un metro cúbico de ladrillo cocido emite 2,8 toneladas de CO2, mientras que un bloque de tierra comprimido del mismo volumen produce 100 kilos.
Thierry Joffroy, arquitecto e investigador de la Universidad de Grenoble-Alpes y director del equipo de investigación CRAterre, quien ha trabajado con organizaciones como la ONU en conservación del patrimonio arquitectónico de tierra y además ha desarrollado metodologías que permitan aprovechar al máximo este recurso, hizo parte del panel de expertos, y recordó que este no es un método de construcción nuevo; nació hace más de 12 000 años.
Sin embargo, durante el siglo XX, con las dos guerras mundiales y los recurrentes bombardeos que sufrieron las ciudades europeas, gran parte de las obras de infraestructura construidas con esta técnica en Europa se perdieron. Para su posterior reconstrucción, el uso de la tierra cruda perdió relevancia. Por dos razones: la guerra acabó con la vida de mano de obra especializada en este método de construcción; y los gobiernos quisieron construir con técnicas modernas, basadas en el uso del hormigón, bajo el supuesto de que era un material más resiliente.
Al mismo tiempo, estas nuevas técnicas y materiales empezaron a predominar en el campo de la formación de nuevos profesionales de la construcción en occidente. Poco a poco, el conocimiento sobre el uso de tierra pasó a un segundo plano y se consideró un material de segunda categoría, que se utilizaba en lugares de la periferia global.
Fue hacia la década de 1970, contó Joffroy, cuando la preocupación por el impacto ambiental de la construcción abrió el panorama a buscar la sostenibilidad. En este contexto, a finales de esa década, nació CRAterre, un centro de investigación y enseñanza que destina sus esfuerzos a la construcción con tierra.
Entre los beneficios que hallaron de usar la tierra para construir, está la facilidad para acceder al material, lo que produce un ahorro en transporte. A su vez, al no requerir un procesamiento complejo para hacerlo apto, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Por último, tiene un rendimiento muy similar al ladrillo cocido. Tres razones suficientes para pensar que el futuro de la construcción puede ir en ese camino.
Darío Angulo, gerente general de tierraTEC, también invitado al panel de expertos, señaló otros beneficios de la construcción con tierra. Por ejemplo, destacó que es un material térmico, acústico, ecológico, económico, y regulador de humedad. Angulo dio una muestra de los trabajos que han realizado con su empresa en diferentes partes de Colombia.
Por otro lado, Santiago Rivero, fundador de Casa Taller de la Tierra, y Yalmar Vargas, director del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de Uninorte, compartieron experiencias de su trabajo conjunto en proyectos de construcción de vivienda social rural con comunidades indígenas del Magdalena y La Guajira.
Todos los invitados coinciden en que la construcción con materiales de tierra cruda es una alternativa que ha crecido en los últimos años y que aumentará en relevancia en la medida que la humanidad se enfrenta con el reto del cambio climático. Por ello, se han visto acciones que promueven el uso de este material como el desarrollo de un marco normativo que fomenta este tipo de construcción, ya no solo como una forma de preservar patrimonio ancestral construido, sino también como el futuro de las edificaciones.
En las horas de la tarde, se llevó a cabo la actividad Maleta pedagógica, en la que se hará una muestra de algunas de las 12 diferentes técnicas en tierra que se pueden utilizar para la construcción.
Aquí puede encontrar más información.
Se estima que el sector de la construcción es responsable del 40 % del consumo energético y del 35 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Un panorama que ha llevado a la búsqueda de nuevas formas de construir para cambiar esta tendencia. En este contexto el uso de la tierra cruda aparece como una opción más que atractiva por su bajo impacto ambiental, pues económicamente tiene un costo muchísimo más bajo que cualquier otro material.
En el marco de la Cátedra Europa de Uninorte, este lunes, 2 de octubre, se reunieron varios estudiosos de este material para discutir los retos y el potencial que se proyecta con su uso. En cuentas amplias, la construcción con tierra cruda disminuiría el impacto de este sector en el medio ambiente: los expertos estiman que la producción de un metro cúbico de ladrillo cocido emite 2,8 toneladas de CO2, mientras que un bloque de tierra comprimido del mismo volumen produce 100 kilos.
Thierry Joffroy, arquitecto e investigador de la Universidad de Grenoble-Alpes y director del equipo de investigación CRAterre, quien ha trabajado con organizaciones como la ONU en conservación del patrimonio arquitectónico de tierra y además ha desarrollado metodologías que permitan aprovechar al máximo este recurso, hizo parte del panel de expertos, y recordó que este no es un método de construcción nuevo; nació hace más de 12 000 años.
Sin embargo, durante el siglo XX, con las dos guerras mundiales y los recurrentes bombardeos que sufrieron las ciudades europeas, gran parte de las obras de infraestructura construidas con esta técnica en Europa se perdieron. Para su posterior reconstrucción, el uso de la tierra cruda perdió relevancia. Por dos razones: la guerra acabó con la vida de mano de obra especializada en este método de construcción; y los gobiernos quisieron construir con técnicas modernas, basadas en el uso del hormigón, bajo el supuesto de que era un material más resiliente.
Al mismo tiempo, estas nuevas técnicas y materiales empezaron a predominar en el campo de la formación de nuevos profesionales de la construcción en occidente. Poco a poco, el conocimiento sobre el uso de tierra pasó a un segundo plano y se consideró un material de segunda categoría, que se utilizaba en lugares de la periferia global.
Fue hacia la década de 1970, contó Joffroy, cuando la preocupación por el impacto ambiental de la construcción abrió el panorama a buscar la sostenibilidad. En este contexto, a finales de esa década, nació CRAterre, un centro de investigación y enseñanza que destina sus esfuerzos a la construcción con tierra.
Entre los beneficios que hallaron de usar la tierra para construir, está la facilidad para acceder al material, lo que produce un ahorro en transporte. A su vez, al no requerir un procesamiento complejo para hacerlo apto, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero. Por último, tiene un rendimiento muy similar al ladrillo cocido. Tres razones suficientes para pensar que el futuro de la construcción puede ir en ese camino.
Darío Angulo, gerente general de tierraTEC, también invitado al panel de expertos, señaló otros beneficios de la construcción con tierra. Por ejemplo, destacó que es un material térmico, acústico, ecológico, económico, y regulador de humedad. Angulo dio una muestra de los trabajos que han realizado con su empresa en diferentes partes de Colombia.
Por otro lado, Santiago Rivero, fundador de Casa Taller de la Tierra, y Yalmar Vargas, director del Departamento de Arquitectura y Urbanismo de Uninorte, compartieron experiencias de su trabajo conjunto en proyectos de construcción de vivienda social rural con comunidades indígenas del Magdalena y La Guajira.
Todos los invitados coinciden en que la construcción con materiales de tierra cruda es una alternativa que ha crecido en los últimos años y que aumentará en relevancia en la medida que la humanidad se enfrenta con el reto del cambio climático. Por ello, se han visto acciones que promueven el uso de este material como el desarrollo de un marco normativo que fomenta este tipo de construcción, ya no solo como una forma de preservar patrimonio ancestral construido, sino también como el futuro de las edificaciones.
En las horas de la tarde, se llevó a cabo la actividad Maleta pedagógica, en la que se hará una muestra de algunas de las 12 diferentes técnicas en tierra que se pueden utilizar para la construcción.
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