El Centro Pompidou, en Francia, la Terminal 4 del Aeropuerto de Barajas, España, y el Edificio Lloyd’s, en Londres, son tan solo algunos de los notables, reconocidos y distinguidos trabajos del arquitecto italiano Richard Rogers (1933-2021). Todas, obras de alto impacto, internacionalmente conocidas por su aprovechamiento del espacio, sostenibilidad y, claro, su diseño.
En Bogotá, un proyecto del mismo arquitecto busca, además, posicionarse como un símbolo de la capital del país, reinventar y promover la renovación del Centro Internacional de la ciudad. Se trata de las Torres Atrio, ubicadas en la Calle 28# 13ª-75, un complejo que ya cuenta con su torre norte y que el próximo año inaugurará su Centro Cultural.
Jairo Corrales es el presidente de Pei Asset Management. En diálogo con El Espectador, el directivo habló sobre la importancia de las Torres Atrio, su potencial en la renovación del Centro Internacional de Bogotá y las ventajas que ofrecen a las empresas que buscan invertir en espacios flexibles, ubicados en lugares estratégicos, así como sostenibles y que trascienden la vanguardia.
Empecemos hablando de la inversión en Atrio, ¿por qué Pei decidió invertir en Atrio?
Pei es un vehículo de inversión inmobiliaria que invierte en activos que generan renta y tienen potencial de valorización. Actualmente, cuenta con un portafolio de casi 10 billones de pesos y más de 160 activos, distribuidos en categorías como oficinas, centros comerciales y bodegas. En el caso de Atrio, cumple con las condiciones de inversión del Pei, ya que es un edificio corporativo de alta especificación. Además de ofrecer buena rentabilidad, Atrio contribuye al desarrollo sostenible, ya que está certificado con el sello LEED Gold, lo que garantiza altos estándares de sostenibilidad. Sobre las razones para invertir en Atrio, hay que señalar que son tanto económicas, por su rentabilidad y potencial de valorización, como por sus características de diseño y construcción que apoyan la sostenibilidad, un punto muy importante para las organizaciones nacionales e internacionales.
¿Cuál cree que ha sido el impacto de Atrio en la transformación urbana y económica del Centro Internacional de Bogotá?
Como en la mayoría de las ciudades capitales en América Latina, en Bogotá se generan “clusters”, complejos, agrupaciones de edificios de oficinas que llamamos “distritos de oficinas”. Particularmente, en Bogotá, tenemos un distrito de oficinas en la calle 72, en la 100, en la 116 y en el Centro Internacional. Por un tiempo, estos espacios se trasladaron al norte de Bogotá y por eso se desarrolló Atrio, con su ubicación como gran ventaja, pues está muy bien servido de vías, con la 26 que está atendida por TransMilenio, la troncal de la Caracas, vamos a tener la primera línea del metro, la estación final del Regiotram, entonces esta ubicación atiende esos puntos fundamentales que son tesis de inversión inmobiliaria. Buscamos atraer a compañías nacionales e internacionales de gran tamaño, que generalmente tienen un número de empleados grande, pero también de proveedores aliados que los visitan con frecuencia. Contamos con una posición céntrica que disminuye los recorridos de las personas.
Al tratarse de uno de los edificios más altos de Colombia, ¿cómo cree que Atrio impacta en la percepción de Bogotá como una ciudad global?
Es crucial desarrollar proyectos en altura en Bogotá, pues permite optimizar el uso del suelo y reducir costos asociados a la expansión urbana. Atrio es un ejemplo de renovación urbana en una zona consolidada, y utiliza normas especiales para edificaciones de gran altura, evitando el consumo de más tierras en, por ejemplo, la sabana de la ciudad. Su diseño incluye una torre de 42 pisos, una segunda torre de 65 pisos y un centro cultural de baja altura, sumando 180 mil metros cuadrados de área rentable. Como mencioné, su ubicación estratégica, cerca del aeropuerto y de entidades gubernamentales, refuerza su papel como un ícono urbano y posiciona a Bogotá como una ciudad global. Cuando esté finalizado, el edificio albergará a unas 25.000 personas. Además, su diseño integra el edificio con el espacio público, con un primer piso abierto y elementos de vegetación, entre otros que contribuyen a su impacto visual y funcional para el sector y la ciudad.
¿Cuál es el papel de Atrio en la estrategia de Pei Asset Management para atraer arrendatarios nacionales e internacionales y cómo ha respondido el mercado inmobiliario?
Por sus especificaciones, Atrio puede atender los requerimientos de cualquier tipo de compañía a nivel nacional o global. Hoy las empresas buscan flexibilidad en sus plantas, como habilitar una sala de juntas adicional, de convertir una sala de juntas en oficinas, etc. Por eso, desde la concepción de la estructura se contó con esta ventaja, ya que son plantas grandes, entre 1.500 y 2.000 m2 que pueden alojar fácilmente entre 100 y 200 personas. Recientemente firmamos un contrato con una compañía británica que tenía requerimientos como contar con una carga eléctrica alta, tener flexibilidad, unos sistemas de ascensores muy rápidos, y todo eso lo encontró en Atrio. Pero también podemos tener compañías más pequeñas que se adaptan perfectamente a lo que el edificio tiene. El edificio incluye en su piso 25 una zona de amenidades, de juegos, una de descanso, y otra para tomar alimentos.
¿Cómo se alinea Atrio con la tendencia global hacia ciudades más compactas y sostenibles?
La sostenibilidad es uno de los pilares de Pei Management, entendida de manera integral, abarcando el aspecto ambiental, el social y el de gobierno corporativo. Sobre lo ambiental, Atrio fue construido bajo estándares exigentes, obteniendo la certificación LEED BD+C Core & Shell nivel Oro. Aunque no alcanzó una certificación superior debido a la necesidad de importar algunos materiales, el edificio se concibió respetando el medio ambiente desde el inicio. En su operación, Atrio reduce el consumo de energía en un 15 %, en comparación con edificios convencionales, gracias a su diseño arquitectónico y a sus sistemas de iluminación eficientes. El impacto en el consumo de agua es aún mayor, con una reducción de hasta el 40 %, gracias a la recolección y al reciclaje de aguas lluvias para uso sanitario. Este enfoque ofrece importantes ahorros a los arrendatarios.
Pei contribuye al desarrollo urbano del Centro Internacional
Pei forma parte de la iniciativa AsoSandiego, que busca mejorar la seguridad y promover el desarrollo ordenado en la zona. A pesar de que persisten las percepciones negativas en la zona, las estadísticas muestran que la delincuencia en esta área es menor que en otras zonas de Bogotá, como las calles 72 o la 116. La colaboración entre grandes usuarios de la zona ha sido clave para estos avances, incluyendo la vigilancia privada y el apoyo de la Policía.
Atrio se encuentra en una zona en plena transformación y su impacto será más evidente cuando se finalicen las obras del Metro y otros proyectos. Además, el terreno cercano adquirido por el Distrito será la futura Estación Central, donde convergerán distintos medios de transporte. Esta infraestructura atraerá desarrollo inmobiliario, incluyendo comercio, vivienda y oficinas, revitalizando una antigua zona de tolerancia.