Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Quiero un equipo que juegue buen fútbol y que divierta a la gente”. Así, con seguridad, lo dijo el técnico de la selección colombiana de fútbol antes de su debut oficial con el equipo tricolor. No le importó que al frente estuviera Argentina, con Messi incluido. No se guardó nada e hizo un planteamiento ofensivo ante la albiceleste. Ganó 2-0 y comenzó de la mejor manera su etapa oficial en reemplazo de José Pékerman. Roger Martínez y Duván Zapata hicieron los goles en la húmeda noche de Salvador de Bahía, Brasil.
El 4-3-3 que probó en los juegos amistosos ante Panamá y Perú fue el mismo esquema que utilizó en este partido que se disputó en el estadio Arena Fonte Nova. Un esquema movible, que fue variando dependiendo de las circunstancias del juego. Como titulares salieron David Ospina, en el arco; Stefan Medina, Yerry Mina, Dávinson Sánchez y William Tesillo, en defensa; Juan Guillermo Cuadrado, Wilmar Barrios, Matheus Uribe, como volantes; y James, Falcao y Luis Fernando Muriel en ataque. (Vea aquí el análisis de El Espectador desde el Arena Fonte Nova)
Claro que ese 4-3-3 pasó a ser un 4-4-2, cuando el equipo necesitaba defender. James por derecha o Muriel por izquierda debían bajar unos metros para completar la línea. Luis Fernando Muriel salió lesionado desde el minuto 13 y quien entró a cumplir correctamente esa función fue Roger Martínez, siempre voluntarioso en defensa y efectivo y rápido en ataque.
El primer tiempo fue un juego excelente para Colombia. Desde hace muchos años no se veía a un equipo tan suelto ante un rival tan duro como el argentino, con jerarquía, vocación ofensiva y libertad. No hubo esquemas tácticos rígidos, más bien libertad. Y eso se notó en la confianza de los jugadores que tocaron a placer y sólo les faltó meter el gol para que la primera parte fuera perfecta.
En el segundo tiempo, Argentina salió con una actitud diferente. Dejó de esperar tanto, adelantó las líneas y puso en aprietos a una Colombia que dudó y de nos ser por Ospina, el juego hubiese sido diferente.
Las ganas y la actitud nunca se negociaron y el técnico Queiroz tampoco se conformó con el empate. Aunque sacó a Cuadrado para darle paso a Lerma, un cambio defensivo, rearmó el 4-3-3 y a James le dio la libertad para no tener que devolverse tantos metros hacia atrás. Cuando mejor jugaba Argentina, llegó el gol de Colombia. James Rodríguez lanzó un cambio de frente desde la izquierda hacia la derecha, controló de pecho Roger Martínez, quien encaró, y remató de derecha para vencer a Franco Armani.
Júbilo en las tribunas del estadio Arena Fonte Nova. Colombianos y brasileños, juntos, alentando a la tricolor, que jugó de uniforme azul, pantaloneta anaranjada y medias azules. Argentina se desesperó, Messi no pudo hacer nada, pues siempre fue bien controlado por parte de Wilmar Barrios, una de las figuras de la noche.
Al minuto 85, apareció el gol de la tranquilidad. Duván Zapata, quien ingresó por Radamel Falcao García, recibió un centro preciso a ras de piso de Jéfferson Lerma y de un derechazo fulminante, envió el balón al fondo de la red, venciendo a Armani.
Colombia comenzó con pie derecho su participación en esta Copa América. Es un triunfo que ilusiona, no sólo con poder llegar lejos en este certamen, sino con lo que viene más adelante. El plan Queiroz sale bien, sus ideas se están viendo en la cancha y lo más importante de todo es que está demostrando que es un hombre que cumple lo que dice. Propuso un buen fútbol y eso hizo su equipo en cancha.
Sus apuestas por ahora son las soluciones. Stefan Medina, William Tesillo y Roger Martínez le cumplen, así como todo el resto del equipo. El próximo reto será el próximo miércoles ante Catar, en el estadio Morumbí de Sao Paulo.