Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La enfermedad COVID-19 provocada por el nuevo coronavirus se ha propagado con gran rapidez por el planeta, con cerca de 725.000 casos confirmados. Para frenar la propagación de esta pandemia se están aplicando en todo el mundo medidas estrictas para contenerla, cerrando ciudades e incluso países enteros. (Lea Hospitales de Colombia: preparándose para un enemigo casi de ciencia ficción)
Este cese de la actividad se ha visto reflejado en una reducción significativa de las concentraciones de los contaminantes, sobre todo en grandes ciudades. Coincidiendo con la adopción de medidas de cuarentena, el satélite europeo Sentinel-5P del programa Copernicus ha cartografiado recientemente la polución en Europa y China, confirmando una importante disminución del dióxido de nitrógeno (NO2), uno de las principales sustancias nocivas que emiten los vehículos y la industria. (Esta es la situación del coronavirus en Colombia en tiempo real)
Científicos del Real Instituto Meteorológico de los Países Bajos (KNMI) han utilizado datos de Sentinel-5P para monitorizar tanto el estado del tiempo como la contaminación en Europa. De esta forma se ha confirmado una fuerte reducción en las concentraciones de NO2 sobre ciudades europeas como Madrid, Barcelona, Milán y París.
“Así –añade–, la caída porcentual de las concentraciones puede diferir ligeramente de la caída en las emisiones. Los modelos de química atmosférica, que observan los cambios diarios en el tiempo meteorológico, deben combinarse con técnicas de modelización inversa para cuantificar las emisiones a partir de observaciones por satélite. Al combinar datos de un periodo específico, de diez días en este caso, la variabilidad meteorológica se promedia parcialmente y podemos empezar a ver el impacto de los cambios debidos a la actividad humana”.
El equipo del KNMI, en colaboración con científicos de todo el mundo, ha empezado a trabajar en un análisis más detallado empleando datos terrestres, datos atmosféricos y modelización inversa para interpretar las concentraciones observadas y poder calcular mejor la influencia de las medidas de confinamiento.
“Para obtener estimaciones cuantitativas de los cambios en las emisiones debidos al transporte y la industria, tenemos que combinar los datos del instrumento Tropomi del satélite Sentinel-5P de Copernicus con modelos de química atmosférica”, explica Henk, “unos estudios que ya han comenzado, pero que aún van a tardar en completarse”.
También se están observando con atención otros países del norte de Europa, como los Países Bajos y el Reino Unido, pero los científicos han detectado una mayor variabilidad debida a sus condiciones meteorológicas inestables, un factor que también hay que tener en cuenta. Nuevas mediciones tomadas este mes ayudarán a evaluar los cambios en el dióxido de nitrógeno sobre el noroeste del continente.
* Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus.