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Los casos de Covid-19 crecen en el país, especialmente en Bogotá, donde se reportan casi la mitad de los contagios. Y, si bien, el personal de salud está al frente del cañón para hacerle frente a esta situación, es bien sabido que muchos hospitales han tenido serias dificultades para equipar a su personal con la indumentaria de protección adecuada para atender a pacientes contagiados con el virus. Esta preocupación retumbó en la cabeza de una pareja de jóvenes bogotanos que decidieron tomar acción y utilizar sus conocimientos con la única intención de ayudar.
Los protagonistas son Karol Marín, enfermera profesional de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales (UDCA), y su novio Nicolás Lugo, diseñador gráfico de LCI Bogotá. El proyecto ya está en marcha y se trata de fabricar máscaras de protección a base de acetato y poliestireno, para donarlas a los hospitales públicos y a los centros geriátricos que más las necesiten. La idea nació luego de que Karol publicó en sus redes sociales un video comparativo en el que se mostraba cómo se protegen los médicos en China y cómo lo hacen en Colombia.
La impresión que tuvo Nicolás fue tal, que se pasó toda la noche pensando en el tema. "Fue muy triste, dije: no puede ser que estén utilizando bolsas plásticas como los motociclistas, para cubrirse de una lluvia". A la mañana siguiente, como si se tratara de una "revelación divina", el diseñador se encontró en Facebook una publicación que describía cómo en otro país estaban realizando máscaras de protección para el personal médico con máquinas 3D.
Se emocionó a tal punto que compartió la idea con sus padres y con Karol. De inmediato, se fue para la oficina de publicidad y diseño donde trabaja con su padre, descargó el archivo necesario y lo montó en la única máquina 3D con la que cuenta esta empresa familiar. Pero la ilusión duró poco. La máquina se demoraba cinco horas para fabricar una sola careta.
"Decidí, entonces, hacer mi propio diseño, más sencillo, pero se demoraba dos horas y seguía siendo mucho tiempo si queríamos producir muchas máscaras. Entonces, se me ocurrió que podíamos fabricar una pieza similar, pero utilizando la cortadora láser. Hice el diseño y luego la prueba", contó Nicolás a El Espectador. Pues la idea resultó y la herramienta se convirtió en la principal aliada del proyecto, gracias a que se tarda 14 segundos cortando el poliestireno y 12 cortando el acetato.
Poco a poco y con base en las recomendaciones de Karol, el diseño tuvo pequeños ajustes, hasta lograr la careta que hoy están produciendo. "Las hemos armado, probado y funcionan. Sabemos que no son de la mejor calidad, porque son de ensamble, pero con un buen cuidado pueden durar uno o dos meses. Estamos produciendo una careta en tres o cuatro minutos. Yo corto, mi papá ensambla, Karol pone el caucho y mi mamá limpia", contó el joven.
Y tanto se han involucrado los papás de Nicolás en esta iniciativa, que fueron los primeros donantes de la materia prima. El papá les entregó un rollo de acetato de 40 kilos, mientras que la mamá, amante de la costura, donó varios metros de caucho para ajustar las máscaras. Los jóvenes estiman que con este insumo podrán fabricar entre 300 y 350 caretas, todas para regalar.
"Hasta ahora tenemos 40 máscaras. Apenas el lunes pasado nos trajeron este nuevo material y a partir de hoy (miércoles 8 de abril) empezamos la producción en línea, La idea es sacar entre 100 y 150 diarias, que entregaremos a hospitales que no cuenten con recursos suficientes. Sabemos que muchos las necesitan, pero queremos activar a estas personas que están brindando una ayuda inmensa. Sé el grado de exposición en el que está el personal de la salud y ellos también deben cuidarse y cuidar a sus familias. Es vital que los ayudemos", expresó Karol.
Así son las máscaras de protección
Para realizar cada máscara, la pareja utiliza una pieza de acetato, dos de poliestireno y caucho. Para empezar, el poliestireno es muy utilizado en productos publicitarios, por ello, Nicolás y su padre contaban con una buena cantidad de este material que han destinado para la creación de las caretas.
Por otro lado, aunque saben que el material idóneo con el que se fabrican este tipo de máscaras es el PET G, aseguran que la adquisición de este producto está complicada y costosa, pues una lámina (de la que saldrían 20 caretas), que antes costaba $30.000, ahora se consigue por $100.000. Ante esta dificultad, optaron por usar acetato, un material de similares características y más económico. "Lo que pasa es que el acetato tiene un pequeño porcentaje de polarizado, entonces no es totalmente transparente. Sin embargo, es funcional, práctico y, lo más importante, protege muy bien", afirmó Nicolás.
Pero para entender mejor el asunto, través de un video, Karol y Nicolás explican cómo es que fabrican estas máscaras de protección.
Ayuda para seguir ayudando
Como lo han reiterado Karol Marín y Nicolás Lugo, el único objetivo de esta iniciativa es donar elementos de protección para que sean utilizados por el personal de la salud que labora en hospitales de bajos recursos y por los cuidadores de adultos mayores en centros geriátricos, que tampoco cuentan con estos implementos. Sin embargo, aceptan que no pueden hacerlo solos y van a necesitar de la solidaridad de otros.
"Nuestra intención es donarlos, pero también recibir en donación la materia prima. Las empresas que sé que fabrican nos venden, pero necesitamos un regalo. Hasta el momento nadie, fuera de mi familia, nos ha ayudado. La idea es que mañana jueves (9 de abril) empecemos a donar las que vamos fabricando, pero estamos buscando más material", afirmó Nicolás.
Así las cosas, la invitación es para que quien desee unirse y potenciar esta iniciativa, done la materia prima que se requiere (acetato calibre 20, poliestireno calibre 40 y 60, y caucho negro). Los interesados en aportar pueden comunicarse a los teléfonos 3138618221 y 3057840398. Además, los encuentran por Facebook como: Nikolas Lugo Sarmiento y Karol Marin Molano. "Queremos que esto sea tan masivo como el problema, que, de pronto, las usen los contagiados, los celadores de los hospitales y cada persona que así lo requiera", concluyeron.
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