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La propuesta “Diseño, manufactura y validación de cámara/camilla despresurizada para el aislamiento de pacientes infectados con el virus COVID-19 y la protección del personal de salud” fue seleccionada en la convocatoria Mincienciatón del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la cual tenía el fin de encontrar soluciones a las problemáticas de salud pública generadas por la actual emergencia sanitaria.
El Grupo de Investigación en Diseño de Estructuras Compuestas Avanzadas (Dadcomp), dirigido por el profesor Juan Manuel Meza, en alianza con el Grupo de Investigación en Biosuperficies, ambos de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín, y las empresas Compoestructuras y Precimec conformaron el equipo de trabajo multidisciplinar de médicos, administradores, ingenieros y tecnólogos que creará la cámara para aislar y transportar pacientes de forma segura, ya que esta no permitirá la salida del virus.
La cámara de aislamiento tiene dos componentes principales: una estructura en forma de semicilindro construido en materiales poliméricos y un sistema de ventilación. Además cuenta con una entrada de aire que pasa por un filtro para mejorar su calidad y una salida conectada a una bomba de vacío que funciona tanto con una batería eléctrica recargable como con una toma de la red eléctrica.
Entre la salida de aire y la bomba hay un filtro EPA, el cual impide la salida de virus. De esta forma, debido a que dentro de la cabina la presión es levemente menor que en el exterior, aún si la cabina fuera perforada, siempre habrá un flujo de aire continuo en esta que solo podría salir a través del punto de menor presión, es decir el filtro, lo que permite que el aire que sale de la cabina sea de mejor calidad.
Estos dispositivos, que permiten transportar de forma segura pacientes por tierra o aire, son utilizados especialmente para transportar pacientes desde lugares que carecen de hospitales con unidades de cuidados intensivos, lo que evita el contagio del personal operativo y de salud que interactúa con el paciente.
La cámara de aislamiento comercial más barata cuesta en el mercado 6,5 millones de pesos (sin incluir los costos de importación); sin embargo, en esta contingencia no hay unidades disponibles ni en Colombia ni en el extranjero. Por esto surge la necesidad de elaborar un modelo propio para atender la emergencia por COVID-19 en el país, que pueda construirse de manera fácil, rápida y económica con materias primas que se consigan con suficiente inventario en Colombia.
La propuesta de la UNAL costaría cerca de 3,5 millones de pesos, de la cual Colciencias financiará el diseño, producción y entrega de 40 cabinas de aislamiento y 40 camillas de transporte. Actualmente se optimiza el diseño preliminar y se espera tener construidos los primeros prototipos el próximo 25 de abril. Después de una evaluación preliminar en laboratorio se harán los ajustes necesarios de diseño y ergonomía para garantizar que no salgan fluidos ni aire contaminado de la cabina.
Las primeras unidades completamente operacionales se entregarán en la segunda semana de mayo y se les hará seguimiento de operación en ambulancias y hospitales para, si es necesario, aplicar correctivos en el diseño y mejorar el modelo definitivo, del cual se espera obtenga tasas de producción y entrega a los hospitales de al menos cuatro unidades diarias.
Para concluir los distintos niveles de desarrollo del producto, hasta llegar al grado de comercialización, es probable que se requieran pruebas de laboratorio adicionales a los que se realizarán durante los próximos dos meses.
También se espera que ante la necesidad urgente de mitigar la contingencia por COVID-19, las autoridades competentes permitan el uso de estos dispositivos mientras se concluyen los procesos de aprobación y certificación, esto dado que los materiales utilizados no representan un riesgo para el paciente o el personal médico si se cumplen los procedimientos de asepsia y a que los filtros ya cumplen con las certificaciones pertinentes.
“Esta es una oportunidad de poner al servicio de la gente los conocimientos que usamos para otros temas de ingeniería”, comenta el profesor Meza, quien destaca el enorme compromiso de las empresas aliadas para sacar la iniciativa adelante.
“Aunque nuestra experticia no está en el campo de aplicaciones médicas, pues nuestro grupo diseña componentes estructurales en materiales compuestos, con la participación de otro grupo de materiales y de una empresa que fabrica componentes aeronáuticos y otra que fabrica implantes, sacaremos adelante esta propuesta”, asegura el docente.
Al momento de esta publicación, en Colombia ha