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Este jueves 30 de abril es uno de los días más esperados, pero a la vez temido, por millones de trabajadores colombianos: luego de 37 días de confinamiento por la propagación del COVID-19, no es claro cuántas empresas podrán pagar la nómina en esta quincena. Desde el comienzo los principales gremios advirtieron que la mayoría de las compañías no puede soportar más de un mes sin ventas. El oxígeno se está acabando, incluso para financiar los salarios. Es decir, el país podría estar entrando en un punto de inflexión para el sustento de los hogares.
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Lo que más preocupa es la escala del posible incumplimiento salarial de la nómina de este 30 de abril: en Colombia hay 1´636.280 micro, pequeñas y medianas empresas (pymes), las cuales generan 80 % del empleo del país, lo que representa casi 18 millones de ocupados (de las cuales la mitad son informales). Según Acopi, el 30 % de las pymes ya no cuenta con el flujo de caja para cumplir con sus obligaciones, entre ellas las salariales. Entonces, según estas cuentas, más de cinco millones de trabajadores podrían estar en riesgo de no recibir su salario esta quincena.
La presidenta de Acopi, Rosmery Quintero, explica que “las más afectadas son las micro y pequeñas empresas, pues las medianas tienen más probabilidades de acceder a financiación por medio de bancos o incluso tener algún colchón para pagar la nómina. De hecho, nuestras encuestas encontraron que 85 % de las microempresas no tenían ahorros para sobrevivir durante la cuarentena”.
En efecto, el tema de la financiación para las nóminas ha sido un asunto controversial. El viernes pasado los bancos colombianos emitieron una carta en la que explican que “desde el 20 de abril hemos realizado 54.789 solicitudes de garantías equivalentes a $4,6 billones, que se convertirán en créditos para el pago de nómina de las 32.613 pymes y microempresas beneficiadas por un valor equivalente a $2,8 billones”. Además, se comprometieron a apoyar todas las líneas desarrolladas por el Gobierno, como los préstamos respaldados en hasta 90 % por el Fondo Nacional de Garantías.
Sin embargo, tal como se contó en reportaje en este diario, publicado el pasado 26 de abril, son persistentes las quejas de los usuarios, sobre todo microempresarios, por el difícil acceso para estos préstamos. Son frecuentes los reclamos respecto a la dificultad para comunicarse con las entidades financieras y la falta de preparación de las mismas para dar información sobre los préstamos. (Lee el reportaje completo aquí)
Precisamente, por la baja afluencia de crédito para la financiación de las pymes, Fenalco propuso que durante la emergencia las nóminas sean cofinanciadas por partes iguales entre el Gobierno, las empresas y los trabajadores. Esto implicaría una reducción salarial del 33 %, dado que el artículo 50 del Código Sustantivo del Trabajo permite hacer acuerdos temporales para recomposición de las condiciones laborales. No obstante, la propuesta fue altamente criticada por la Confederación General del Trabajo (CGT) al considerarla un sinsentido por sacrificar el ya empobrecido bolsillo de los trabajadores colombianos, según el sindicato.
El problema es que no solo la quincena de este 30 de abril podría estar en peligro. Si bien desde este 27 de abril el Gobierno empezó a abrir gradualmente la economía, permitiendo operar a la construcción y algunos subsectores de manufacturas, el proceso podría tardar semanas para que represente un impacto positivo. En Bogotá, por ejemplo, el registro y aprobación de los protocolos de las miles de empresas de estos sectores habilitados podría tardar semanas.
De hecho, para Enrique Guilles, profesor de economía de la Universidad EAN, “aún cuando las empresas vuelvan a operar, la reactivación económica podría tardar meses. Si pensamos en la recuperación de forma escalonada y sectorial, este año no volveremos a estar en los niveles de actividad normales. Todas las predicciones para el PIB dan negativo”.
Además, la crisis puede destruir el tejido empresarial que tardó décadas en forjarse; puede perderse todo el trabajo que se ha venido realizando en términos de formalización. Y lo mismo puede pasar en generación de empleo, pues Asocajas ha reportado que más de 450.000 colombianos han solicitado ayudas al cesante .
Las empresas colombianas ya han pagado dos quincenas desde que comenzó la cuarentena, pero es claro que la liquidez se está terminando, y cumplir las próximas nóminas será una lucha constante, lo que las pone en alto riesgo de quiebra o de tener que despedir trabajadores por no poder cubrir sus nóminas.
¿Qué hacer si no me pagan el sueldo?
Si bien el país vive un período de emergencia, los derechos laborales se mantienen y deben respetarse. Por ejemplo, no se puede realizar ninguna reducción salarial sin un acuerdo entre el trabajador y el empleador, y cualquier despido debe hacerse con las indemnizaciones y pago de las prestaciones correspondientes.
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Para Iván Daniel Jaramillo, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, “en este momento el desconocimiento de derechos laborales en materia de pago del salario se debe tramitar a través de querellas ante el Ministerio del Trabajo, para que ejerza la fiscalización laboral rigurosa anunciada en la circular 022 de 2020. En caso de afectarse algún derecho fundamental (vida, mínimo vital, igualdad etc.) resulta viable reclamar su protección a través de una acción de tutela cuya presentación y trámite se desarrolla en forma virtual en esta coyuntura”.
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