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España ha sido uno de los países más afectados por el brote del coronavirus con 13.716 infectados y 598 muertos hasta el mediodía del miércoles. Por ello, el gobierno ha adoptado una serie de medidas para enfrentar la crisis entre las que se encuentran la cuarentena nacional y el despliegue de patrullas de Ejército en las ciudades principales. Pero ¿qué pueden hacer los militares en este caso?
El debate se ha dado al interior de varios gobiernos. En Estados Unidos, por ejemplo, los precandidatos a la presidencia por el lado demócrata, Bernie Sanders y Joe Biden, han pedido llamar a las Fuerzas Armadas para que ayuden a luchar en la crisis. El primero pidió a la Guardia Nacional. El segundo al Ejército. “Estamos em guerra con el virus”, dijo Biden durante el debate demócrata del domingo. Pero, como dicen Bryan Bender y Lara Seligman, analistas del portal Politico.com, el “ejército no es un remedio instantáneo” y hay límites sobre lo que pueden hacer durante la crisis.
El presidente estadounidense Donald Trump ha dicho que podría ser necesario llamar al Ejército. Su secretario de Defensa, Mark Esper, ya dijo que están dispuestos a ayudar, aunque aseguró que este debe ser el “último recurso” para tener en cuenta. Para algunos, el sector de Defensa debería estar haciendo más por la crisis, pero hay que recordar que los militares tienen limitaciones por ley.
En el caso estadounidense, a menos que el Congreso lo autorice, el Ejército tiene prohibido usar sus capacidades para hacer cumplir las leyes nacionales, pues para eso está la policía. Así que tienen prohibido interceptar vehículos, realizar incautaciones, arrestos, vigilancia o trabajo encubierto. Y no ha indicios de que el Legislativo vaya a cambiar eso en corto plazo.
La Guardia Nacional y la Guardia Costera sí podría desempeñar las tareas anteriormente mencionadas, por lo que podría bloquear carreteras o, en una medida severa, impedir que los ciudadanos visiten a familiares o amigos para reducir el riesgo de contagio.
En este tipo de emergencias, los militares consideran que su función de respuesta es “brindar apoyo para prepararse, prevenir, proteger, responder y recuperarse de incidentes domésticos”, y este se “proporciona en respuesta a solicitudes de las autoridades civiles y previa aprobación de las autoridades correspondientes”. Así que las tropas no comenzarán a desplegarse hasta que alguna agencia gubernamental se lo pida. Llegado el momento, los expertos indican que, si bien dado el caso el Ejército puede ayudar, hay que tener claro que no son quienes llegarán a resolver los problemas del gobierno. Estos son algunos ejemplos de las tareas que los uniformados podrían desempeñar. Le puede interesar: ¿Qué está pasando con el coronavirus a nivel mundial?
Atención primaria
La mayoría de las naciones está luchando por “aplanar la curva” para mantener los casos relativamente bajos y así no saturar a los centros de salud. Uno de los mayores problemas que enfrentamos es la escasez de camas de hospital y de aparatos respiratorios. Además, los médicos que atienden la crisis tienen signos de agotamiento tras las arduas jornadas de trabajo.El sector de Defensa podría conseguir equipos para el personal médico y ayudar a levantar unidades de cuidados intensivos de emergencia en los hospitales. Aunque hay que tener en cuenta, como explica el Departamento de Defensa, que las carpas que sirven de hospitales de emergencia tienen una capacidad limitada.
También podrían aportar centros de atención médica que ya están construidos. Los dos barcos médicos de la Marina, el USNS Mercy y el USNS Comfort, pueden manejar emergencias médicas a gran escala. Ambas contienen 12 quirófanos totalmente equipados, 1,000 camas de hospital.
“Si, por ejemplo, una comunidad tiene un brote grande y hay necesidad de apoyo en la sala de emergencias o de trauma, un barco hospitalario está perfectamente diseñado para hacerlo. Es difícil llevar el barco del hospital a St. Louis, pero a lo largo de las costas es una opción para usar”, dijo Paul Friedrichs, general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
El gobernador de Nueva York, Andre Cuomo, ya informó que una de estas naves se dirige a las costas de su estado para cooperar en las labores de atención médica. Los ejércitos también cuentan con miles de doctores que se pueden sumar a las tareas de ayuda, aliviando la escasez de personal en algunas zonas.
Logística y control de multitudes
Hay miles de pacientes que requieren atención al tiempo. Los militares son buenos en logística. Tienen camiones y almacenes, aviones de carga y helicópteros que pueden ayudar a facilitar tareas de transporte y organización. Todo esto es útil para las misiones de almacenamiento y de transportación. Esto ayudaría a racionalizar los esfuerzos. Además, los militares cuentan con equipos de comunicación de avanzada con la que los personales de hospitales podrían tener conferencias desde lugares remotos y fortalecer el trabajo en equipo.Los militares también podrían ser útiles para gestionar las grandes multitudes, aunque este sería un trabajo más indicado para la guardia Nacional. En Nueva York, epicentro de la epidemia en Estados Unidos, ya se han desplegado más de 100 efectivos para ayudar a planificar las misiones de detección del virus.
Además, “la confianza del público en el ejército podría ayudar a calmar los nervios y las dudas de que el gobierno de los Estados Unidos tiene la situación bajo control”, dijo Andrew Weber, funcionario de defensa biológica en el Pentágono durante 2011 a 2014. Lea también: Miedo al coronavirus dispara venta de armas en EE. UU.
Búsqueda de tratamientos o vacunas
El Ejército de Estados Unidos dirige también investigaciones médicas. De hecho, desde principios de marzo se comenzó a trabajar para encontrar una vacuna para el nuevo coronavirus. El equipo de investigación, que trabaja desde Maryland, ya ha lidiado con otras crisis como la del ébola y el zika con anterioridad.Varias agencias del Pentágono, como la Agencia de Reducción de Amenazas e Defensa y la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa también se encuentran trabajando en herramientas para ayudar a combatir el virus.
Los equipos del Pentágono ya han identificado una posible vacuna que se dirige a los "radios" o "proteína espiga", como la denominan los médicos, que ayuda al virus a adherirse y entrar en las células humanas. Aunque se está haciendo lo posible para acelerar la búsqueda de una vacuna, lo más seguro es que esta esté disponible para la población general de 12 a 18 meses. Vea también: En Estados Unidos realizan primera prueba con humanos de vacuna contra coronavirus
¿Y cuáles son los riesgos?
Si bien son muchas las opciones para recibir ayuda de los militares en este momento, también hay que tener en cuenta los riesgos colaterales que esto conlleva. Tener un gran número de uniformados en servicio cerca de las multitudes podría ayudar a propagar el virus sin que nos diéramos cuenta, considerando que los jóvenes, quienes son los que integran principalmente el Ejército, podrían ser portadores del virus sin presentar ningún síntoma en los primeros días. Por esta razón, el despliegue de fuerzas es una decisión que se mantiene como la última opción en algunos países.William D. Hartung, analista de seguridad del Centro de Política Internacional, dijo a Político.com que los funcionarios del Pentágono señalan acertadamente que existen limitaciones en el mundo real para depender de los militares como un jugador importante para responder a la crisis de COVID-19. “No hay sustituto para una respuesta civil robusta”, resalta. Sin embargo, dado que enfrentamos una emergencia nacional, el Departamento de Defensa debería mostrar un mayor sentido de urgencia y flexibilidad para determinar la mejor manera de agregar sus recursos existentes a la lucha contra el coronavirus”, concluye.
¿Habrá toque de queda en Estados Unidos?
Hasta ahora la Casa Blanca ha negado que el gobierno esté considerando un toque de queda nacional para limitar la interacción social en busca de una de las mejores respuestas en este momento: el aislamiento. Sin embargo, la opción está sobre la mesa, considerando que muchos ciudadanos han hecho caso omiso a las recomendaciones del gobierno.