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La inactividad de un importante grupo de sectores económicos, sumado a los recursos destinados en ayudas a la población vulnerable y la inversión en atención médica, han significado un duro golpe a las finanzas de Bogotá. El secretario distrital de Hacienda, Juan Mauricio Ramírez, explicó que cuando se presentó en febrero el Plan de Desarrollo al Consejo Territorial de Planeación, la expectativa de crecimiento económico de la ciudad para este año era del 3,5 %. Ahora, todos los pronósticos apuntan a que decrecerá.
El escenario más optimista, que aplica solo si la ciudad se mantiene un mes en confinamiento es que la caída será del -0,3 %, pero entre más tiempo el efecto será mayor. Por ejemplo, si el aislamiento obligatorio dura dos meses, el Producto Interno Bruto (PIB) de la capital se reducirá en -4,2 %. Y si se alarga a tres meses, la caída sería de un -8 %. Ramírez cree que el resultado final se acercará a la cifra intermedia.
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Aunque el secretario de Hacienda pronostica que Bogotá será la ciudad más afectada en sus finanzas, pues su PIB depende mucho de actividades que se han reducido o pospuesto, como la hotelería, los restaurantes, el turismo y actividades de aglomeración, como los conciertos, también anticipa que habrá luz al final del túnel, pues calcula que para abril de 2021 la economía de la capital no solo se habrá recuperado, sino que hasta el año 2030 registrará un crecimiento constante, que será entre 3,6 % y 4,1 % anual.
Panorama y salidas
Hay cifras que han obligado a la administración a buscar salidas en medio de la emergencia. Por ejemplo, fuera de que el gasto en la capital ha aumentado en $3,5 billones, la ciudad también dejará de recaudar en impuestos $1 billón, lo que significa este año una presión fiscal de $4,5 billones. Este panorama, en el que los ingresos corrientes de la ciudad para los próximos años se reducirán de $59 billones a $55 billones, llevó a que el Distrito se preguntara cómo llenar el vacío que deja esa pérdida económica.
“Subirle los impuestos a las empresas y a los bogotanos es una idea absurda, como también lo es decirle a las secretarías que recorten el gasto”, manifestó Ramírez. En su lugar, se consideró que la mejor alternativa sería acudir a la banca multilateral para buscar un crédito por $3,9 billones. En últimas, ese dinero tendrán que pagarlo los bogotanos de sus impuestos. Sin embargo, la deuda que adquiere el Distrito no presionará la economía de los ciudadanos en este momento, ya que su impacto será suavizado al diferir su pago en los próximos 10 o 15 años.
De la misma manera, aclaró que se adelantarán esfuerzos para concentrar el gasto en proyectos que contribuyan a la mitigación social y económica de la emergencia, y a responder a las necesidades del sector salud. A esto se suma la busqueda de la “máxima efectividad y eficiencia del gasto público”, y coordinar con el Gobierno nacional la mitigación social (seguir trabajando para aplanar la curva) y la reactivación económica de la ciudad (que esta semana arrancó con la construcción, las manufacturas y la industria de la bicicleta).
Reorientar recursos
También, y esto lo aclaró la secretaria distrital de Planeación, Adriana Córdoba, como era de esperarse, habrá cambios en el direccionamiento de recursos contemplados en el Plan de Desarrollo. Según lo descrito el martes en audiencia pública “se sacrificaron metas de todos los sectores” para enfrenar la crisis.
Por ejemplo, para espacio público (andenes, alamedas y demás) se habían destinado $1,9 billones, que contemplaba la intervención de 4,2 millones de metros cuadrados. Ahora de este presupuesto se sacarán $1,5 billones para atender otros sectores prioritarios. No obstante, para no sacrificar del todo las obras en espacio público, se usará el cupo de endeudamiento para reunir $1,1 billones, que alcanzarán para intervenir 3,4 millones de metros cuadrados.
También se verán afectados proyectos medioambientales, como el Sendero de Las Mariposas, del cual se reorientaron recursos para el programa Bogotá Solidaria en Casa. Seguridad también perderá presupuesto, pero se fortalecerá en $2,2 billones la inversión en convivencia y justicia, con inspectores de policía, para que ayuden en el control de la entrada paulatina de la reactivación económica.
En general, el ajuste presupuestal por efectos del COVID-19 ha significado un sacrificio de proyectos en 15 sectores, para beneficiar a dos en particular: Gobierno y Salud, los cuales han recibido una inyección adicional de $4,3 billones y $2,3 billones, respectivamente. Por ejemplo, de donde más han salido dineros son de Movilidad, Educación e Integración Social, de donde reorientaron $1,7 billones, $229.000 millones y $223.000 millones, respectivamente.
La secretaria general de la Alcaldía de Bogotá, Margarita Barraquer, destacó que en medio de este proceso los bogotanos podrán consultar en la plataforma que ha habilitado el Distrito, la ejecución de estos recursos y consultar los datos abiertos para que puedan investigar y conocer que las cosas, en medio de esta situación, se están haciendo de manera transparente.