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Una caída en la economía colombiana de 2,4 % en 2020, la primera recesión desde 1999, proyecta el Fondo Monetario Internacional (FMI) como consecuencia de las interrupciones a la actividad productiva generadas por la pandemia de coronavirus.
Así lo dio a conocer este viernes a través de un comunicado del directorio ejecutivo de la entidad, en el que además se mostró el respaldo a la ejecución del gasto anticíclico propuesto por el Ministerio de Hacienda y que ayer, 16 de abril, recibió el apoyo del Comité Consultivo de Regla Fiscal. Lea más sobre esto en: Calculan déficit fiscal en 4,9 % para 2020 (meta del Gobierno era 2,2 %)
"Dada la pandemia y la interrupción considerable de la actividad económica, los directores acogieron con beneplácito la creación del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME) para apoyar al sector de la salud, los hogares y las empresas; alentó el gasto anticíclico; y apoyó el uso de todo el espacio fiscal disponible para brindar más apoyo a la economía", asegura el documento.
Con miras al futuro, el organismo cree que, a medida que la pandemia disminuya y las condiciones externas mejoren, el crecimiento se recuperará en 2021 y permanecerá alrededor del 3,5 % a mediano plazo, "respaldado por los impulsores del crecimiento de la demanda interna de 2019—incluido el impulso de los flujos migratorios".
Al respecto, el FMI destacó que "a pesar de los vientos en contra en la región y de los choques globales, la economía colombiana se mantuvo resiliente en 2019 gracias a marcos de políticas muy sólidos y políticas públicas bien ejecutadas. La inmigración desde Venezuela, la inversión pública y privada, las remesas entrantes, unos salarios reales más altos y el aumento de la oferta de crédito al consumo respaldaron una fuerte demanda interna y elevaron el crecimiento económico al 3,3 % en 2019".
Y agregó: "un ajuste fiscal gradual, consistente con la regla fiscal, continuó proporcionando un apoyo fiscal adecuado. Sin embargo, al estancarse las exportaciones y con un crecimiento impulsado por la demanda, el déficit de la cuenta corriente se amplió al 4,3 por ciento, aumentando las vulnerabilidades externas incluso antes de que el COVID-19 y el choque petrolero golpearan en 2020".
Según los directores, ante la situación actual podría ser necesaria una mayor reducción de la tasa de interés, "siempre y cuando las expectativas de inflación permanezcan ancladas. En el contexto de una mayor volatilidad y dislocación en los mercados financieros, las acciones del banco central para apoyar la liquidez y el financiamiento han sido oportunas y apropiadas. Los directores exhortaron a continuar con una política regulatoria y de supervisión flexible y al uso de políticas macroprudenciales apropiadas".
Seún el comunicado, ven con "buenos ojos el fuerte compromiso de las autoridades con la regla fiscal y con la mejora de la transparencia fiscal. Para salvaguardar el gasto social y la inversión pública, los directores alentaron la movilización de ingresos adicionales a mediano plazo a través de impuestos estructurales más altos y mejoras en la administración tributaria".