“Se nos irá todo el año buscando recuperación”: Fenalco Bogotá

Juan Esteban Orrego, director ejecutivo de Fenalco Bogotá-Cundinamarca, habla sobre los alivios que puede impulsar el Gobierno para dar un respiro a los comerciantes.

Diego Ojeda / @diegoojeda95
17 de abril de 2020 - 03:00 a. m.
Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca. / Cortesía: Fenalco
Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca. / Cortesía: Fenalco
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La economía mundial no pasa por un buen momento. Cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) muestran que la región creció 0,1 % en 2019. Esta situación se agrava en 2020 por el coletazo del COVID-19, en especial en los comercios cerrados por la cuarentena. La Cepal también vaticina que la situación puede generar una contracción del -1,8 % del PIB regional, lo que significa un aumento del 10 % en el desempleo. Ante este escenario, Juan Esteban Orrego, director de Fenalco Bogotá-Cundinamarca, habla de las maniobras para reducir el golpe económico que tienen y tendrán los comerciantes.

 

¿Cuál es el panorama en Bogotá?

 

Es complejo. Poco más del 96 % de los comerciantes son de medianas y pequeñas empresas (mipymes). Cuando a la gente le hablan de comercio piensan en Éxito o Jumbo, grandes marcas, que aunque las hay son un pequeño grupo. La mayoría son comercios que viven del día a día para pagar su nómina y sacar adelante sus actividades. Esos son los que más nos preocupan y por los que hacemos más fuerza para buscar algún alivio.

 

¿Puntualmente, qué están pidiendo?

 

Que se anule la valorización y se reembolse ese recurso. Sería una gran ayuda, porque quienes tienen local tendrán un alivio que les ayudará a subsistir un poco más con su nómina, pues si se quedan sin trabajo se frena el consumo. También pedimos a la DIAN que devuelva los saldos a favor que tienen los empresarios, como la retención en la fuente o del IVA. Esos recursos están ahí y siempre ha existido un tabú a reclamarlos, por temor a represalias mediante inspecciones profundas a sus establecimientos. Ese recurso se necesita para que el empresario pueda tener liquidez sin endeudarse.

 

Elevó siete peticiones al Concejo. ¿Cuáles son las más urgentes?

 

La verdad, todas. Tenemos pocas opciones, porque estamos en una situación de supervivencia. Sé que suena duro decir que no se cobren impuestos en cierto periodo, que se reviertan otros, como el de la valorización, y que se entreguen los saldos a favor que tiene la DIAN, pero en la medida en que esa liquidez llegue al público, sin generar una inmensa deuda, las empresas podrán conservar sus nóminas. Estamos hablando de más de una quincena. Hay personas que viven de eso y si no se puede pagar, pues se debe salir de la gente o incluso cerrar empresas. Las deudas también deben ser congeladas, porque la gente no está produciendo. Además, otorgar posibilidades de pago más espaciados y con tasas preferenciales. Si se adopta esto podremos retornar más fácil a nuestra vida normal.

 

¿Cuántas personas se han visto afectadas por la no apertura de los comercios?

 

De los afiliados, unos 150.000 empleados en Bogotá. Es difícil decir cuántos están completamente inactivos, porque toca descontar las farmacias, mercados y domicilios; pero puedo decir que es una cifra significativa.

 

Muchos comerciantes han dicho que están trabajando a pérdida.

 

Es cierto. Muchos trabajan casi que solo por prestar un servicio a la comunidad. Hay restaurantes funcionando con domicilios y aún así los ingresos no les dan para alcanzar un equilibrio. Pero si estuvieran cerrados la situación sería peor. Por lo menos algo se hace para que la pérdida sea menor.

 

¿Qué hacer con los costos que se generan sin que se dé un uso, como los arriendos?

 

Se debe trabajar caso a caso, los inquilinos con los propietarios, porque todo tiene una lógica. Es claro que si el establecimiento está cerrado no genera ingresos, pero también que ese propietario tiene obligaciones que se derivan del alquiler, entonces se tendrá que llegar a unos acuerdos, como cobrar solo un porcentaje del arriendo o que se postergue para pagarlo en cuotas en otros meses.

Al no poder salir de las casas, ¿ha repuntado el “e-commerce”?

 

Sí, esta ha sido una actividad importante. Pero nos hemos dado cuenta de que la gente no lo está usando para temas de lujo, sino para artículos de primera necesidad y actividades que se están haciendo en casa con cosas de tecnología, con impresoras, computadores y sus accesorios.

 

¿Le tomará mucho tiempo al comercio poder recuperarse?

 

Nuestras cuentas indican que se nos irá todo el año buscando la recuperación. Seguro nos tocará entrar en una economía de guerra, porque las empresas bajarán sus gastos para subsistir y poco a poco buscar la manera de volver a florecer. A medida que se tenga mayor liquidez, el país se irá recuperando más rápido. Hemos visto mucha solidaridad, incluso conciencia de los trabajadores al comprender que en esta situación todos tenemos que poner.

 

¿En el gremio han distribuido ayudas?

 

Claro. Tenemos una alianza con Solidaridad por Colombia, en la que hemos recogido recursos para armar unos mercados y para los comerciantes con más necesidades. Vamos bien con ese tema.

 

¿Esto nos dejará enseñanzas?

 

Con seguridad. Habrá cambios en las reuniones. Por ejemplo, nacerá una cultura de hacerlas más a distancia y menos presenciales. Además del manejo de inventarios y previsiones para situaciones similares. Cuando uno mira la historia, las personas que han vivido en economías de guerra tienen una forma de actuar diferente. Personas mayores con las que uno conversa, a quienes les tocó de niños vivir las guerras mundiales, tienen comportamientos diferentes a la hora de guardar alimentos. Seguramente en el comercio también se verán cambios.

 

¿Por cuánto tiempo será soportable esta situación?

 

Podría vaticinar cosas horribles. Si la cuarentena se extiende, se afectará más la economía. No obstante, creo que lo que hizo el Gobierno fue correcto, porque, imagino, es fruto de un análisis científico. Estamos hablando de las vidas de las personas. Pero si se alarga, la sociedad comenzaría a reducirse a una economía básica, en la que importaría la supervivencia. Esperemos que con la ayuda de Dios salgamos con lo que se planteó como tiempo de cuarentena y empecemos a trabajar nuevamente, cumpliendo las medidas de sanidad y aislamiento.

Por Diego Ojeda / @diegoojeda95

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