Sin casos de contagio local por coronavirus los chinos aún no pueden cantar victoria

La buena noticia es que las medidas de China contra la epidemia han surtido el efecto desesado. La mala es que la epidemia simplemente está dormida. "La propagación viral se reanuda cuando lo hace el contacto social", explicó Marc Lipsitch, epidemiólogo de la U. de Harvard.

Pablo Correa
19 de marzo de 2020 - 12:58 p. m.
El gobierno chino anunció que dejó de detectar casos de contagio comunitario en Wuhan.  / AFP
El gobierno chino anunció que dejó de detectar casos de contagio comunitario en Wuhan. / AFP
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El mundo quedó boquiabierto cuando el gobierno chino decidió el 23 de enero bloquear y poner en cuarentena a la ciudad de Wuhan donde comenzó la pandemia de coronavirus. Hoy jueves el gobierno tuvo un respiro y la certeza de haber tomado una buena decisión: por primera vez las autoridades de salud  no detectaron casos de contagio comunitario. Una señal de que el virus SARS-CoV-2 por ahora está dormido, no derrotado. 

Paradójicamente, el éxito de los chinos los ha puesto en una nueva situación ante la pandemia. Ya que el virus se expandió por el mundo entero, su nuevo temor es que regrese por alguna de sus fronteras aéreas, marítimas o terrestres.  El reporte oficial del gobierno detectó 34 nuevas infecciones importadas. El conteo de casos en China registra hasta ahora 80.928 personas infectadas y 3.245 fallecimientos. 

Las buenas noticias que llegan de China no deben ser malinterpretadas. “Algo importante que parece que no se entiende ampliamente es que en Wuhan la epidemia paró temporalmente”, anotó desde su cuenta de Twitter la epidemióloga colombiana Zulma Cucunubá, vincultada al Imperial College de Londres,  “las medidas fueron efectivas en parar la transmisión. Pero, si al volver a la normalidad hay una nueva introducción, una nueva epidemia empezará”. Por esta razón el gobierno chino mantiene la mayoría de restricciones impuestas y está exigiendo cuarentenas de 14 días a todos los viajeros que lleguen a su territorio. Para ello ha dispuesto hoteles en los que deben cumplir con la medida. 

“Aunque poco a poco las grandes ciudades recuperan su aspecto normal, aún siguen en pie muchas de estas restricciones, y de modo oficial no hay fecha prevista, en ciudades como Pekín, para abrir de nuevo las escuelas”, reportó la periodista de El País de España Macarena Vidal, “los medios estatales multiplican sus informaciones sobre el regreso a sus lugares de origen de médicos que acudieron a prestar ayuda a los hospitales de Wuhan”. 

“No debemos permitir que se revierta la tendencia positiva obtenida mediante grandes esfuerzos”, advirtió el miércoles el presidente chino, Xi Jinping, en una reunión de altos cargos del Partido Comunista de China. Sin embargo, los médicos regresando a sus casas, los funcionarios celebrando, las noticias sobre el éxito de las medidas han generado falsas expectativas alrededor del mundo. 

Como lo han repetido múltiples expertos en epidemias, las medidas sólo funcionarán si se mantienen en el tiempo hasta que aparezca una solución como una vacuna - ya Estados Unidos, China, Rusia y los europeos anunciaron tener prototipos - o medicamentos antivirales. 

“Las opciones que tenemos no son muchas”, comentó Cucunubá, “igual tenemos que intentar disminuir la velocidad de la transmisión lo que más podamos ahora para que el sistema de salud pueda responder. Y al tiempo pensar en planes alternativos. Y no sabemos por cuánto tiempo los países tendrán que mantener ciertas medidas. Es triste pero nadie tiene la solución definitiva en este momento”. (Lea: ¿Cuánto tiempo vamos a durar en modo “coronavirus”?). 

Las estimaciones iniciales de los epidemiólogos apuntaban a que tras la erupción del virus en Wuhan, sin medidas de control, un 40% de la enorme población china podría infectarse, cerca de 500 millones de personas.  Un modelo de simulación matemática de los investigadores Lai Shengjie y Andrew Tatem, de la Universidad de Southampton, Reino Unido, demostró que si China hubiera implementado sus medidas de control una semana antes, podría haber evitado el 67% de todos los casos que al final registró. Si lo hubiera hecho 3 semanas antes, en los principios días de enero, habría reducido el número de infecciones al 5% del total.

Datos de otras ciudades en China, como lo registró la revista Nature han mostrado las ventajas de tomar decisiones con prontitud: "Las ciudades que suspendieron el transporte público, cerraron lugares de entretenimiento y prohibieron las reuniones públicas antes de su primer caso COVID-19 tuvieron un 37% menos de casos que las ciudades que no implementaron tales medidas, según un estudio obre las medidas de contención utilizadas en 296 ciudades chinas". 

El artículo de la revista Nature Lo que la respuesta del coronavirus de China puede enseñar al resto del mundo también reseña los estudios sobre efectos de medidas como las que en este momento ha comenzado a tomar Colombia frente al transporte aéreo y terrestre: "Múltiples análisis de viajes aéreos sugieren que las prohibiciones de viajes de Hubei, que impidieron que las personas que salían de la provincia en aviones, trenes o automóviles, frenaron la propagación del virus, pero no por mucho tiempo. Un estudio del 6 de marzo publicado en Science por científicos en Italia, China y los Estados Unidos encontró que cortar Wuhan retrasó la propagación de la enfermedad a otras ciudades en China en aproximadamente cuatro días". Ese mismo equipo sugiere que incluso bloquear el 90% de los viajes ralentiza la propagación del virus solo moderadamente a menos que se introduzcan otras medidas.

Lo que si parece efectivo, siguiendo el modelo de Tatem y Lai, es que la suma de todas las medidas adoptadas por los chinos (detección de casos, aislamiento de casos, distanciamiento social y restricciones de viajes) evitaron que los casos en China aumentaran 67 veces. No haber tomado esas medidas podría haber resultado en un escenario catastrófico de casi 8 millones de casos a fines de febrero.

El debate sobre qué hacer después de esta etapa inicial de contención y mitigación de la epidemia apenas comienza y, como lo apuntó la colombiana Zulma Cucucunubá, nadie tiene una respuesta clara. 

 

Por Pablo Correa

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