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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se enfrenta a uno de los mayores retos de su mandato, en una semana que expertos anticipan como la que puede ser “la más dura” por cuenta de la pandemia del coronavirus, que se ha cebado contra el país norteamericano.
Lo que no consiguieron momentos como el juicio político en su contra o las investigaciones por la denominada trama rusa, sí lo logró el COVID-19. Miembros del gobierno estadounidense han dicho que la semana que hoy inicia puede ser “nuestro Pearl Harbor”, comparándola con el sangriento ataque que sufrió la Marina estadounidense en 1945, en plena Segunda Guerra Mundial.
“Este va a ser nuestro momento de Pearl Harbor, nuestro momento del 11 de septiembre, solo que no tendrá una localización”, advirtió el administrador de la salud pública de Estados Unidos, Jerome Adams, quien luego envió un mensaje de advertencia.
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“Esta será la semana más dura y triste en la vida de la mayoría de los estadounidenses, sinceramente”, dijo a Fox News.
La cifra de muertos en Estados Unidos se acerca al sombrío hito de los 10.000, mientras el epicentro de la epidemia en el país, el estado de Nueva York, registra más de 4.000 fallecimientos y los hospitales se preparan para la llegada de nuevos pacientes infectados.
Anthony Fauci, el científico que asesora al presidente Donald Trump sobre la pandemia, advirtió de una inminente “escalada”, al señalar que los estadounidenses deben prepararse para “una mala semana”.
El mensaje coincidió con el expresado unas horas más tarde por Trump, quien aseguró que habrá “mucha muerte” de forma inminente, pero volvió a expresar su voluntad de que el país vuelva “pronto” a la normalidad, algo que contradice las recomendaciones de los expertos en salud pública.
“Esta será probablemente la semana más dura, entre esta semana y la próxima, y habrá mucha muerte”, dijo Trump en su rueda de prensa diaria.
Estados Unidos, el país con más contagios de coronavirus del mundo, alcanzó este domingo los 318.571 casos, el doble que hace una semana, con al menos 9.090 muertos por la enfermedad, según el recuento extraoficial del Centro de Sistemas, Ciencia e Ingeniería (CSSE), de la Universidad Johns Hopkins (Maryland).
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Mientras que España e Italia, que son respectivamente el segundo y tercer país en número de contagios, “están viendo cómo cae el número de casos” en su territorio, Estados Unidos “está a unos 12 días por detrás de ellos”, explicó la doctora Deborah Birx, quien dirige el grupo de trabajo de la Casa Blanca contra el coronavirus.
“Esperamos estar en la misma posición” que España e Italia próximamente, añadió Birx durante la rueda de prensa en la Casa Blanca.
Pero a pesar de la gravedad de la situación, Trump no ha querido dar una orden nacional para contener la epidemia, sino que les ha delegado esta responsabilidad a los gobernadores de los 52 estados del país para que tomen sus propias medidas de mitigación y confinamiento.
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, pidió a las autoridades federales de otras dependencias, principalmente a las que hoy están bajo el control de los republicanos, que urgan a sus habitantes a quedarse en sus casas. Por el momento, los estados de Arkansas, Oklahoma, Utah, Carolina del Sur, Iowa, Nebraska, Wyoming, Dakota del Norte y Dakota del Sur no lo han hecho.