¿Cómo afectan las emociones nuestro a entorno?

No hemos hecho conciencia de que somos seres creadores. Desde que nos levantamos y abrimos nuestra energía a todo aquello que pensamos o sentimos se crean unas experiencias. Estas se basan en los pensamientos, sentimientos y algo muy importante lo que expresamos.

Sabemos bien que la energía sigue el pensamiento, pero hemos sido sociedades educadas basadas en el miedo y, con ese sentimiento tomamos la gran mayoría de decisiones..

Con respecto a los miedos, gran parte han sido aprendidos. Los padres normalmente se encargan de reflejar un temor personal o una carencia emocional en sus hijos, por ejemplo, si un padre siente miedo al futuro, le va a transmitir a sus hijos ideas de acumular y de evitar moverse a lo que se encuentre fuera de la zona de confort. El mensaje a su familia será a que no abra las alas para experimentar la misión.

Para poder quedarse dentro de una aparente seguridad, que a la larga es un sistema de control, este esquema se repite con todos los miedos proyectados y así, los niños aprenden comportamientos y pensamientos que van incorporando a sus mentes como herramientas para la toma de decisiones en su vida.

Existen muchos más tipos de miedos aprendidos. Unos tan delicados que además involucran la culpa, por ejemplo el miedo al infierno o a cualquier otro castigo, todo se suma para que la mente genere más barreras y para que las personas permanezcan en estados de ansiedad como un factor de su vida cotidiana normal.   

Una vez, la mente se acostumbra a vivir en estado de ansiedad, se vuelve incapaz de observarse y queda siempre identificada, por lo tanto esta situación se repite una y otra vez sin vislumbrar una salida.  

Podemos trabajar en sacar esos pensamientos de la mente, para que deje de recrear todas aquellas experiencias que son generadas por la información de miedo que está allí codificada, consciente o inconscientemente. Para observarla, también hay que permitirse sentir todo aquello como lo que es, sin juicio sobre la experiencia, porque si lo hacemos, entonces volvemos a entrar a la mente sin permitirnos aprender del para qué de lo vivido.

El gran cambio en el desarrollo espiritual es el de dejar las referencias externas para integrar que la creación se realice desde la esencia. Es un cambio que toma tiempo y genera mucha confusión interna en su proceso, mientras se logra reprogramar hasta la última célula con la nueva información de luz. 

Cuando se hace este cambio, se retoma la conciencia en el propio poder y por lo tanto, la creación y dirección de la vida, entonces se sale de todos los viejos sistemas de creencias y control, como creer que la salvación o el castigo están fuera de uno mismo, esto lleva a comprender que el mundo en que vivimos es nuestro reflejo.

Tengamos claro: el miedo paraliza y por lo tanto paraliza todo aquello que vamos a vivir en nuestra vida, así que, ¡a trabajar el miedo!.

Foto: Flickr.