Demental, un thriller colombiano hecho con las uñas
Lo interesante de esta película no es la película en sí misma, sino cómo se hizo y quién la hizo. Sólo se necesitaron 30 millones de pesos, 7 días de rodaje, un puñado de actores de poca experiencia y el impulso de David Bohórquez, quien con sólo 24 años se coló en la cartelera de cine colombiano.
Este bogotano inició su prematura carrera en la década pasada, cuando se ganó una convocatoria para realizar el video de “Tréboles” de Aterciopelados. Después, se graduó de diseño gráfico y estudió ligeramente cine en Estados Unidos, pero se dio cuenta que se aprendía mucho más en la práctica que en la teoría.
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David Bohórquez, director.
Cuando estaba en Los Ángeles se dedicó a ‘stalkear’ al famoso director colombiano Simón Brand, hasta que consiguió ponerse en contacto con él. Al poco tiempo Bohórquez era testigo de rodajes de videoclips de artistas de la talla de Juan Luis Guerra.
“Usted nos va a quebrar”, le dijeron los papás cuando David regresó a Colombia con la convicción de grabar un largometraje. Sin embargo, nada detuvo a este arriesgado joven que fue capaz de darle vida a una película que ha generado mucha expectativa en redes sociales.
Pero, ¿se puede lograr un filme decente con un presupuesto tan bajo? Sí. ¿Queda bien? No siempre. En lo técnico y profesional, Demental es defectuosa en el uso de la luz y la calidad actoral. A veces, da la impresión de que es un cortometraje de universitarios primíparos. Pero a pesar de esto, terminó siendo un producto apto para mostrarse en una sala de cine.
En cuanto al argumento, Demental es un thriller psicológico que cuenta la historia de Laura Zuluaga, una escritora novata que está investigando el caso de un psicópata que asesinó a 14 estudiantes dentro de la facultad de filosofía de una prestigiosa universidad. En el transcurso de la historia, la cinta cae en todos los clichés del cine de terror: la imagen fantasmal en el reflejo del espejo, la cámara subjetiva al estilo de La bruja de Blair, el grupo de jóvenes perdido en el bosque… El director trata de ser imprevisible, crear duda y sembrar sospecha para darle pie al suspenso, pero en el intento produce confusión y, al final, todo el argumento resulta llena de vacíos, forzado e inverosímil.
Y en eso Bohórquez es honesto, pues dice sin pena que “nunca me senté a hacer una película intelectual”. Por eso quizás en una de las presentaciones en Bogotá, tres personas abandonaron la función antes del final y se escucharon comentarios del estilo “que me devuelvan la plata”.
Pero no todo son tomates. Es muy destacable el trabajo de edición que, siendo no lineal, consigue llevar de la mano al espectador y engañarlo como en las buenas tramas policiacas. Las locaciones fueron escogidas con detenimiento y bien aprovechadas para darle una atmósfera propia al filme.
Muchos no estarán conformes con Demental, pero nadie puede negar el esfuerzo de este jovencísimo director del que probablemente tendremos noticias más adelante.
Fotos: Facebook // Cortesía