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¿Cuál es la diosa que te acompañará este año según tu signo?

Mujeres mágicas, dulces y feroces a la vez, han vigilado a la humanidad a lo largo de la historia para dirigir al hombre por su camino.

Por Diana Castro Benedetti. Economista, profesora de yoga y experta en astrología y tarot
10 de enero de 2018
Helena, una diosa de Troya

Helena, una diosa de Troya

Las diosas se han mantenido ocultas por siglos. Aparecen y desaparecen en las sociedades como si tuvieran pánico de evidenciar su luz y su magia. En la cultura patriarcal, esconder lo femenino es necesario para que primen la guerra, la competencia, la autoridad, la muerte, la jerarquía, la fuerza y el control. Estas características se contraponen a las de la colaboración, la confianza, la vida, la armonía y la conciliación, más afines a la energía femenina. Estos seres divinos han viajado de tierra en tierra para manifestar su fiereza y dulzura, especialmente cuando no se encuentra el norte personal o colectivo. Y es en los desbalances cuando surgen las dudas y los miedos atávicos, y se reproducen los problemas hasta que se vuelve a retomar el curso de los destinos amables. Las diosas representan los dones de la fuerza femenina que, en forma de leyenda y belleza, aportan un prisma diferente a la vida cotidiana. Hoy, los días reclaman la sabiduría de ellas para que –con sus piedras y colores, con sus sonidos y bailes, con su dulzura y valentía– griten toda la sensualidad y creatividad que hombres y mujeres se merecen en tiempos de cambios. Las diosas son águilas, leonas, el viento, el rayo y la luna; también son serpientes con alas y mujeres lobo que están atentas al cuidado de la manada. Cada arquetipo representa la fuerza de la Tierra misma y de la capacidad intuitiva para construir un mundo nuevo. Sabias, inundan de luz y alegría a la humanidad.

 

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Diosa Aries

Aries y Guinevere, la diosa blanca 

 

Para el 2017, Aries recibe el don del amor. La diosa celta Guinevere trae la  fuerza de un amor real, muy pasional. Es llamada la fuerza del amor verdadero. Durante los próximos doce meses es necesario que Aries renueve su vitalidad con un pequeño ritual que sane las dificultades y los desacuerdos. Aries y los signos de fuego encontrarán que su afecto de pareja renace si lo invocan con velas blancas.

 

Soy la diosa celta del amor verdadero, Guinevere. Traigo la música de una nueva pasión, llena de encanto, dulzura, intensidad y romance. Mis dones son como la  primavera cuando florece la naturaleza y los ríos corren limpios para despedirse del invierno. En cada luna llena me visto de color blanco para los rituales con inciensos de rosas y sándalo. Vengo del lugar de la niebla y traigo la lluvia clara, y son mías todas las gotas que lavan los dolores y eliminan las memorias pasadas. Mis dones son la claridad y la franqueza, abro los caminos y despejo las dudas del corazón; a cada paso que doy, me acerco más a mi propio camino, hecho de amor y pasión. Soy la diosa que junta las almas gemelas. Soy la piedra del río Jordán, que –blanca, pulcra y firme– aclara las trochas y permite la limpieza de las relaciones pasadas; en ella inscribo los deseos para este año. Como diosa celta, vengo con el canto y la danza, con la gaita y el arpa. Como mis compañeras, decreto las alianzas beneficiosas. El amor llega para todos cada cruce de caminos. 
 

 

 

Diosa Tauro

Tauro e Isis, la diosa de la piedra turquesa

 

Para el 2017, Tauro recibe el don de la aguda y cristalina visión del futuro. Isis es la diosa que llega del antiguo Egipto y le ayuda a escoger los mejores caminos para cumplir el destino. Es la diosa que le permite a Tauro encontrar el itinerario perfecto para la plenitud de su corazón. Será preciso llevar consigo todo el año el azul turquesa o el azul índigo, que son los colores de la diosa. Asimismo, habrá que invocarla cada domingo antes de que caiga la noche o durante las noches claras y despejadas sin luna. 

 

Soy Isis y vengo del profundo Egipto. Vieja como la sal e inmortal como el sol, tengo una corona en mi cabeza que me da el poder de la visión. Puedo leer el futuro y saber qué será lo importante. En mi tercer ojo, en el centro de la frente, habita una turquesa azul índigo. Puedo saber cuándo una decisión es pertinente y con quién establecer una buena alianza. Los secretos ocultos me son revelados y nada queda oculto bajo el sol. Mis túnicas son de colores profundos como la noche, porque las estrellas me pertenecen y conozco el rumbo de las galaxias y de los cielos lejanos. A través de ellas cumplo los sueños y me comunico. Soy del sol y de la luna, no tengo esclavos ni carceleros, mi única ley es la libertad que declaro para honrar el camino que debo caminar. Soy protectora de mujeres y niños. Orión es mi guía para viajar por el espacio, fecundar las tierras y alejar los temores de viejas vidas. El sonido de las estrellas es mi alimento.

 

 

Diosa Géminis

Géminis y Pele, la diosa de la pasión

 

Para el 2017, Géminis recibe el don de la renovación. Pele es la diosa de los volcanes y los vientos. Otorga el paso a una nueva dimensión de bienestar y  conciencia. Géminis tendrá que deshacer todos los lazos con su pasado, en total reconciliación. Los viejos apegos y lo que ya no necesita son lastres para abrirse  un camino de total pasión por la vida. A mediados del año, en el solsticio de junio, Géminis celebrará su nueva condición. 

 

Soy Pele, una diosa que viene de las islas volcánicas de Hawái. Traigo los colores del mar y de las plantas de tierras cenizas. Viajo con la lava y con la energía de las profundidades de la Tierra. Soy rojo intenso y pasión. Transformo a mi paso todo lo que toco; deshago los lazos que ya no sirven y protejo los nuevos brotes para que sean la visión de un futuro renovado. No permito que el pasado contamine lo que toca con energías grises, usadas y tristes. Con mi danza sinuosa y la fuerza del calor de la Tierra, permito que se queme lo que huele a viejo y a muerto. Con el trueno obligo que los procesos de transformación se aceleren y le doy paso a la vida. Mis vocablos de aliento son el fuego y el aire, y viajo con ellos para avivar los cambios y los movimientos del corazón, los amores, las vidas, los cuerpos y las decisiones. No soy una diosa de grises, busco el blanco o el negro, el todo o la nada. Permito que se destruyan las células muertas y que renazcan las nuevas informaciones de celebración y gozo. Vengo a dar la mano a quienes están estancados, con miedo de avanzar y del futuro. Soy Pele, la mujer volcán, fuerza de la Tierra y de la transformación.

 

 

Diosa Cáncer

 

Cáncer y Mawu, la diosa africana de la luna

 

Para el 2017, Cáncer recibe el don de la abundancia brillante. Mawu es la diosa de la luna, que llega de África para garantizar su próspero bienestar. Le otorga la total certeza de que los recursos vitales estarán a su disposición cuando sea necesario. Cáncer dejará los miedos y, en especial, el temor a quedarse sin casa, trabajo o comida. Piscis y Escorpión serán protegidos de la diosa que llegó montada en un elefante para repartir oro brillante a seres queridos y amigos. 

 

Soy Mawu, la diosa que transita los ciclos de la vida. Camino el gran continente africano con un elefante como guía que me protege y me honra. Soy la diosa de la luna y de las mujeres, de la fertilidad y de la abundancia. Me permito fluir con los ríos y montañas del planeta, con los desiertos y los valles, con los manglares y las costas. Soy los pájaros, cada árbol y el aire. Las flores y los peces cantan mis sonidos. Vengo desde un lugar remoto de la Tierra para recordar que somos responsables del agua y de las estrellas marinas. Los animales son guía y sabiduría. Vengo a decir que nada puede ser dañado sin que sea repuesto y vengo a proteger los ciclos de todas las mujeres que dan vida. Mi nombre se refleja en cada nacimiento y mis faldas son largas como las raíces de los árboles. Soy mujer de danza y celebración. Los tambores son mi instrumento y los collares que llevan los tejidos de África me ayudan a guardar mi energía para los seres nuevos que llegan al planeta. El coral rojo es mi piedra protectora, quien lo usa me lleva  cerca. 

 

 

Diosa Leo

 

Leo y Lakshmi, la diosa de la alegría abundante

 

Para el 2017, Leo recibe los dones de la profunda alegría y abundancia. La diosa Lakshmi nació en la India y es el esplendor de la vida cósmica que se manifiesta en celebración. Dorada y llena de joyas, es una diosa que regala el futuro con una constante y visible lluvia de oro. Otorga sonrisas, alegría y felicidad. Es la diosa del infinito que se expande. Nadie puede resistir su influjo, sobre todo los signos de fuego y aire. 

 

Soy Lakshmi, la diosa que llega vestida de fucsia y oro. Adoro las joyas y tengo guirnaldas de flores. Soy dueña de múltiples dones y reparto creatividad a quienes me ayudan con una corta invocación, los jueves de cada semana. Sin el agradecimiento no tengo vida y con él; en cambio, acceden todos a los reinos donde nada escasea y la vida es la inmortalidad. El sol que me acompaña es símbolo de sabiduría y resistencia. Me ayuda a remover cualquier obstáculo y me permite ver la belleza de todos los mundos. El norte es mi corazón. Soy la diosa del futuro brillante. Soy generosa en las ocho direcciones y con todos los que participan de las fiestas. Los colores más propicios para mí son el amarillo, el naranja y el rojo fuerte. Vishnú, dios de dioses, guía mis pasos y así ilumino la Tierra con perlas y elíxires. Tengo cuatro brazos y un mantra de prosperidad. Leche de almendras y aceites de naranja y jazmín honran mi presencia, que no tiene mayor interés que alcanzar la alegría de la realización espiritual desde la materia.   

 

 

Diosa Virgo

 

Virgo y la diosa Ixchel, la curandera

 

Para el 2017, Virgo recibe el don de la sanación para sí mismo y los demás. La Diosa Ixchel, nacida en la cultura maya y conocida como la diosa arcoíris, regala vitalidad, representa sanación y tiene la capacidad de transmutar cualquier malestar en bienestar. Es una diosa que, al ser invocada, aleja los malos espíritus y las energías que rondan las casas. Hace girar la rueda de la sanación con todas las fuerzas del cosmos: truenos, lluvia, sol y viento. 

 

Soy maya de nacimiento. Vengo de las piedras con sonidos de agua. Fluyo con la serpiente de la selva, llena de plumas y emparejada con el jaguar. Me gusta recorrer las casas y la vida de las personas para sanar sus dolores y dolencias. Las lluvias, las mareas y los lagos me acompañan y me sugieren tesoros ocultos para que sean despertados en cada alma. Tengo el don de la sanación y es por esto que puedo llegar al lugar más profundo de las células, recuperar su forma y mantener un ritmo dinámico de protección inmunológica. Los manglares me regalan sus fortalezas y me adapto. Tejo desde la conciencia, el amor y la dulzura. No permito que la rabia, el rencor o el odio me tomen por sorpresa. Mis furias son imperceptibles porque mi reino es alegre y surge del lugar de donde nace el arcoíris. Sé que mi poder de sanación se extiende más allá del horizonte que vemos. Sano desde el reino de lo invisible. Remiendo las heridas del alma.

 

 

Diosa Libra

 

Libra y Brigit, la diosa celta del fuego

 

Para el 2017, Libra recibe el don de la adivinación. Brigid nació en Kildare, Irlanda, donde tiene el templo para la veneración a través del fuego. Su cabeza, como una premonición a su valentía y fiereza, porta una corona de llamas intensas. Inspira a los poetas, a los sabios y a los visionarios. Libra será el más mago y hará hechizos de alegría. Escorpión será su compañero de ruta y Virgo, su buen amigo.

 

Soy la triple diosa celta del fuego. Velo por las mujeres en su infancia, juventud y madurez. Represento la sabiduría de las llamas inspiradoras. Sé cuándo y cómo actuar. Puedo ver el destino de todos los seres y anunciar sus éxitos y fracasos. Pocos escuchan, pero cuando lo hacen, pueden aguzar los oídos y saber lo que ha de venir. Planifico y prevengo los desastres. Soy hija de la excelencia, la perfección, la inteligencia y la elocuencia poética. Me encargo de que los oficios sean bien distribuidos para que tengan los más sublimes resultados. Soy patrona de los herreros, los magos y los alquimistas. Mis recetas son variadas: la albahaca sana heridas, el cuarzo rosa anuda amores y el ojo de tigre deshace maleficios. Me gusta que me vistan con tiras de colores y proteger todo los cuerpos de agua con un halo invisible de pureza. Defiendo y trabajo con los amigos de los cuatro elementos: los silfos del aire, los gnomos de la Tierra, las salamandras del fuego y las ondinas del agua. 

 

 

Diosa Escorpio´n

 

Escorpión y Tara verde, la diosa estrella

 

Para el 2017, Escorpión recibe el don del corazón y la sabiduría. Conectada con las estrellas, esta diosa anuda los lazos de las alianzas. Protege este año a Escorpión con el conocimiento necesario para alcanzar la reconciliación. Tara se presenta en 21 formas distintas para ayudar a quienes necesitan su compasión y afecto. 

 

Soy Tara, el aspecto femenino de Buda y la intrépida energía femenina que se libera de todos los miedos. Tengo la misión de esparcir la energía femenina por todos los rincones del universo. Me manifiesto en diferentes formas y una de ellas es la fuerza de Tara Verde, la madre de todas las madres. Abro los canales de percepción interior y todos los caminos espirituales; reconecto con el lado más profundo de los corazones de los hombres. Soy energía que ama y acepta, acoge y alimenta. Me llaman para superar cualquier tipo de dificultad u obstáculo, sea en la vida material o en la búsqueda espiritual. Soy el reflejo de las mejores virtudes internas y la vía a través de la cual se logra la realización. Mi nombre, Tri, significa alcanzar la otra orilla, por esto soy la diosa de los tránsitos, cualquier cambio me pertenece para que se realice fácil y bienaventurado. Soy la princesa “Luna de sabiduría”, que decidió hacerse monja. Mi belleza y claridad confluyen en pureza y gozo. 

 

 

Diosa Sagitario

 

Sagitario y Kuan Yin, la diosa de la compasión

 

Para el 2017, Sagitario recibe los dones de la diosa Kuan Yin. Le otorga a Sagitario la maravilla del perdón y la reconciliación. En el 2017, protege a quienes están muy lejos de sus familias y a quienes han perdido el rumbo en la vida afectiva. Kuan Yin navega en una flor de loto y derrama siempre luz blanca, dorada y plateada sobre quien la invoca. 

 

Soy Kuan Yin, la más femenina de las diosas. Soy la que perdona y represento las cualidades de quienes abren su corazón para ver el futuro. Llego a la Tierra para transmutar los dolores. Mi don es hacer que los humanos comprendan el aprendizaje que se encuentra detrás de las dificultades. Mi ley es reconocer aquello que se vive con la máxima alegría posible. Rescato a quienes tienen momentos muy difíciles, diluyo el temor. Soy de quienes quieren tener una familia; protejo las mujeres en edad de tener hijos, sus familias y parejas. Desato fácilmente todos los lazos kármicos y por eso acuden a mí en situaciones casi imposibles. Los milagros me corresponden. Soy el poder y la paz. Mi símbolo es el fuego violeta y vivo en el país de piedras como el lapizlazuli, la amatista y la piedra rosa del sur; todas brindan serenidad a los afligidos y esperanza a los perdidos. 

 

 

 

Diosa Capricornio

 

Capricornio  y Yemanyá, la diosa de los mares

 

Para el 2017, Capricornio recibe los dones de la diosa Yemanyá, hermana Orisha que abre la energía de la creatividad y promueve la vida amable y alegre. Celebra la vida y la pasión, concilia a los amantes y otorga el don de la abundancia infinita. Capricornio recibirá favores y agradecimientos con recursos y amores verdaderos. Cáncer y Leo bailan al son de esta diosa entre febrero y abril.

 

Soy Yemanyá, la diosa que viene de los mares. La abundancia es mi ley y mi mandato es cumplir los deseos ocultos de quienes me siguen. Soy bailadora, africana y amo las costas. He cruzado los océanos de aguas cálidas y gélidas. No tengo reservas ni remilgos. Me gustan las flores y mis ofrendas son los espejos de peces y de flores, los abanicos celestes y las coronas. Vivo entre estrellas marinas, conchillas y caracoles consagrados a los orishas. Me visto de mar todos los días para hacerme su esposa. En cada día de celebración abro los canales de la creatividad y me permito ir hacia otros ámbitos de la vida. Yemanyá es mi nombre de diosa Yoruba, nacida un dos de febrero; soy una mujer grande de largos cabellos negros y con perlas en mis manos. Soy el espíritu del mar que cuida a los viajeros y a los navegantes. Mis caderas son anchas y mis túnicas marinas me confunden con las sirenas. Llego a las costas y me llevo las tristezas de quien me regala un barco de papel. Cumplo los deseos de quien prende una vela el dos de febrero. Mis únicos cantos llegan con mis ancestros africanos en voces y tambores.

 

 

 

Diosa Acuario

 

Acuario y la diosa Mariposa

 

Para el 2017, Acuario recibe los dones de la diosa Mariposa, nacida en la tribu Hopi en la mitad del desierto de Arizona. Es la diosa que renueva las alas y los cuerpos. Otorga el don y las ganas de volar. Es la transformación y el cierre de ciclos. Ser gusano y ser mariposa son dos estados de conciencia tan necesarios como distintos. Ninguno puede imaginar al otro, por eso esta diosa viene con el mensaje de hacer posible lo imposible.

 

Soy la gran dama Mariposa y vengo a decir que los ciclos se cierran. Tengo la misión de hacer cambiar las cosas cuando ya no me pertenecen. Si el momento es propicio, el gusano llega a ser la mariposa azul o de colores tierra. Vivo desde el júbilo de la Mariposa y no desde el gusano que fui. Es la oportunidad de cambiar aquello que ya no quise ser más. Hoy la vida es libertad, alegría y risa. Soy la Diosa de los cambios y de las dichas. Vivo en expansión y mi casa es la naturaleza toda. Soy parte del aire y del sol. Mis alas son frágiles, pero no permito que me atrapen porque el cautiverio no me corresponde. Como gran dama Mariposa represento la posibilidad de imaginar otra vida, otro mundo y otros viajes. Ser mariposa es viajar hacia nuevas dimensiones de la vida para continuar el camino de crecimiento en plenitud y celebración radiante.

 

 

 

Diosa Piscis

 

Piscis y Kali, la diosa de la transformación

 

Para el 2017, Piscis recibe el don de la transformación. La diosa Kali es la fuerza más temida en la naturaleza porque representa la destrucción. Sin embargo, es la única diosa que puede impulsar un nuevo ciclo. Tiene el don de decir adiós y dejar partir a los seres queridos para diluir lazos innecesarios. En el 2017, esta será la gran magia de los piscianos y de aquellos que tienen que despedir a quienes ya no estarán más.

 

Soy Kali y tengo una faz temerosa. Vengo de los lados oscuros del mundo para desterrar todo lo que ya no sirve. Soy tan necesaria para la vida como el agua y el aire. Soy la diosa de la muerte, esa energía que baila y canta porque es el paso a una nueva fuerza cósmica. Con mi forma de cortar lo innecesario, mantengo el mundo en orden. Represento la justicia. Soy salvaje, irrefrenable y mis métodos varían desde el baile hasta la más directa seducción. Mis tres ojos, mis cuatros brazos y mis pendientes en forma de calavera honran mi inexistencia y mi profundo compromiso con mi tarea: no permitir que lo viejo pudra lo nuevo. Soy amorosa, de manera destructora, y me encargo de protegerte y matar todos los demonios que surjan en tu interior o que osen llegar a tu puerta. Mi misión es mantener limpia la casa, la energía, el cuerpo, las relaciones y los proyectos laborales. Una ofrenda, el primero de cada mes, me permite contribuir a los cambios de piel con mayor fluidez energética. La abundancia y el amor solo se manifiestan después de que yo he limpiado el desastre del caos. 

Por Diana Castro Benedetti. Economista, profesora de yoga y experta en astrología y tarot

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