El estrés puede volverse crónico cuando nuestra mente y cuerpo se quedan en ese estado de lucha o huida.
El estrés es un conjunto de reacciones que presenta el cuerpo humano al exponerse a situaciones de tensión, que pueden manifestarse como sensaciones de agobio, preocupación y agotamiento.
Por cuenta de la pandemia estamos atravesando esta situación y por eso, queremos que lo aprendas a manejar a través de estos saludables consejos que nos comparte la psicoterapeuta integrativa, Mónica Vargas:
Sigue a Cromos en WhatsApp1.Aprende a diferenciar entre estrés, preocupación y ansiedad:
Aunque puedan parecer lo mismo, y de hecho en ocasiones cotidianas nos refiramos a estos tres estados como uno solo, tienen diferencias que al identificarlos te permitirán encontrar y aplicar la solución adecuada. De manera breve, la preocupación (ocuparse antes de) sucede en la mente, el estrés se percibe en el cuerpo y la ansiedad en la mente y en el cuerpo.
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Para el caso de lo que estamos abordando, el estrés, es un estado funcional de alarma que desencadena reacciones fisiológicas (manifestadas en el incremento de la frecuencia cardiaca, respiraciones aceleradas, tensión muscular, etc.) que en su conjunto preparan al organismo para la acción de lucha o huida.
El ciclo del estrés comienza cuando hay un factor estresante externo o interno, que puede ser de tipo mental o físico, que se interpreta como amenazante o que supera los recursos de una persona.
Ahora bien, el estrés puede volverse crónico cuando nuestra mente y cuerpo se quedan en ese estado de lucha o huida repetidamente, como un disco rayado, porque no logramos resolver el problema y nos encontramos expuestos una y otra vez al factor estresante. Por lo tanto, si presentamos estrés crónico o ansiedad, requerimos necesariamente ayuda profesional.
2.Gestiona tus emociones de manera saludable
La psicoterapeuta Mónica Vargas suele decirles a sus pacientes que las emociones son la banda sonora de la vida, cada una tiene un mensaje que ofrecernos, por lo cual aprender qué mensaje nos dan nos permitirá entender y responder ante las demandas de nuestro entorno y estado interno. Es importante comprender que el reprimirnos emocionalmente trae consecuencias negativas, es mejor aprender dónde, cómo y cuándo las podemos expresar, y no caer en lo que yo llamo coloquialmente “un estreñimiento emocional”.
3.Descubre y pon en práctica tus “Puntos de luz”
Son los llamados “recarga para seguir”. Son todas las actividades que sabemos nos dan bienestar, nos llenan de vida y alegría. Particularmente para el estrés, el hacer ejercicio, estiramientos como los del Yoga o el Pilates, caminar al aire libre o de manera consciente y pausada por tu casa, ver una serie, una comedia, tomar un baño o un masaje, escuchar música, son especialmente beneficiosos, también puedes de la mano de un profesional o guía aprender técnicas de relajación, respiración o meditación, pero aquí la lista puede ser infinita, pregúntate ¿Qué me recarga de energía? y la respuesta es lo que debes poner en práctica.
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4.Identifica los espacios contigo y la desolación
En este caso cuando nos sentimos estresados debemos recordar diferenciar entre: los espacios de soledad, que son un tiempo para nosotros mismos, libres de distracciones, en los que podemos reflexionar sobre lo que está sucediendo y con qué recursos contamos para resolverlo; y los espacios de desolación, en los que nos alejamos de todo y de todos, sumiéndonos en emociones negativas profundas y reduciendo la posibilidad de recibir ayuda de seres queridos, compañeros de trabajo, o redes de apoyo de nuestra comunidad, espacio laboral o entidades de salud.
“Si nos vemos en esta última situación, tratemos lo más pronto posible de salir de allí y encontrarnos con alguien de confianza, y si creemos no tenemos a esa persona, buscar el apoyo en entidades de salud o profesionales que puedan brindarnos ese espacio seguro para resolver lo que nos aqueja, ya que al terminar o resolver el factor estresante, se da por entendido que acaba el estrés”, comenta la neuropsicología Mónica Vargas
5.Pon en práctica el 5 5
Esta técnica la ha utilizado la especialista en sus momentos de mayor tensión, pero es muy beneficiosa siempre. “La nominé así porque consiste en tener 5 minutos de calidad en la mañana al despertar, inmediatamente después de abrir los ojos, enumerando todo aquello por lo cual nos sentimos agradecidos, yo utilizo los dedos de mis manos para hacerlo, y luego enunciar la motivación del día pensando que lo que llevemos a cabo pueda ser de beneficio para todos”, dice Vargas.
Esa motivación de acuerdo con la filosofía budista es tan potente que mueve montañas. Y 5 minutos al final del día, cuando ya estemos a punto de conciliar el sueño podemos dedicar igualmente para el beneficio de todos los pequeños y grandes logros que alcanzamos, seguidamente recitar palabras tranquilizadoras, que nos llenen de esperanza y paz, ya que nos vamos a sumergir en nuestro inconsciente, en el sueño profundo.
Si estimulamos a nuestro cerebro con preocupaciones, ya sabemos lo que pasa, vamos a entrar en un ciclo de alerta (que puede llevarnos a situaciones de insomnio o despertar muy cansados).
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