El aceite de oliva es un gran aliado de belleza pero también de la salud. Sus propiedades pueden ser ampliamente destacadas, y además de dejar el pelo más suave, puede dejarlo con más brillo y un aspecto más saludable.
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Para muchos el aceite de oliva se puede usar solamente en la gastronomía, pues no aporta grasas malas al cuerpo una vez se cocinan ciertos alimentos. Sin embargo, los expertos aseguran que también tiene ciertas ventajas tomarlo con limón.
¿Es bueno tomar aceite de oliva en ayunas?
Del aceite de oliva, se dice que puede fortalecer los folículos pilosos en el cuero cabelludo, y en general, tiene más beneficios para el cuerpo.
De acuerdo a lo señalado por la web Mejor con Salud “el aceite de oliva es una pieza básica de la siempre beneficiosa dieta mediterránea. Este aceite dispone de ácidos grasos esenciales que nos permiten hacer frente, por ejemplo, al llamado colesterol malo; además, es un modo excelente para depurar el organismo de toxinas”.
Sobre la misma línea, la web española Coosur, destacó cinco beneficios que hay en tomar aceite de oliva en ayunas.
Es un aliado en la pérdida de peso
Incluir aceite de oliva en la dieta diaria ayuda a la hora de bajar de peso.
El ácido oleico presente en el aceite de oliva hace las veces de regulador del apetito, “provocando sensación de saciedad, por lo que tomar aceite de oliva en ayudas puede convertirse en un gran aliado cuando estamos siguiendo una dieta especial para dejar atrás esos kilos de más”.
Mejora la digestión y alivia el estreñimiento
Tomar cada día una cucharadita de aceite de oliva en ayunas “puede aumentar la capacidad de digestión y alivia el estreñimiento. Sus componentes tienen un efecto ligeramente laxante que ayuda a regular el tránsito intestinal”.
Cuida el corazón
La protección del sistema cardiovascular es, seguramente, “uno de los beneficios más conocidos de la ingesta de aceite de oliva, sobre todo si se consume con el estómago vacío para amplificar sus efectos. Tal y como recoge la Fundación Española del Corazón, el ácido oleico, componente principal del aceite de oliva, contribuye a disminuir el colesterol LDL (‘colesterol malo’), sin reducir los niveles de HDL (‘colesterol bueno’). Además, ayuda a las lipoproteínas a ser más resistentes a la oxidación, un aspecto determinante para evitar el desarrollo de las enfermedades coronarias y vasculares, previniendo la inflamación y la arteriosclerosis”.
Previene gastritis y úlceras
Los polifenoles presentes en el aceite de oliva también ayudan a prevenir la gastritis y la aparición de úlceras en el estómago. ¿De qué manera? “Pues, fundamentalmente, combatiendo la bacteria ‘Helicobacter pylori’, asociada a gran parte de las úlceras de estómago y gran cantidad de gastritis crónicas, tal y como ya demostró un equipo de investigadores del Centro Supe”.
Protege el hígado
Un estudio de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla) demostró que “el aceite de oliva virgen extra protege contra la enfermedad de hígado graso no alcohólica (EHGNA), mediante la activación de mecanismos anti-inflamatorios en el tejido adiposo y la modificación de la composición lipídica del propio hígado y las rutas celulares que se activan en el mismo. Así pues, una cucharada de aceite de oliva virgen en ayunas mejora las funciones del hígado y ayuda a depurar el organismo”, destacó.
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