En Vogue, cuando evaluamos una sesión o un look, decíamos ‘Eso es Vogue’ o ‘Eso no es Vogue’. Lo que eso realmente significaba era ‘delgado, rico y blanco’", dijo un extrabajador de la revista.
Hoy está contra las cuerdas. La crisis que está viviendo no tiene que ver con su separación del empresario Shelby Bryan. 20 años de relación concluyeron recientemente en medio de los rumores que vinculan sentimentalmente a la periodista con el actor Bill Nighy.
Wintour y Bryan llegaron a amasar una fortuna que supera los 35 millones de dólares, una lujosa casa en Manhattan y una mansión en la que solían practicar tenis, el deporte favorito de la directora de Vogue.
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El escándalo sacude los cimientos de Wintour por las revelaciones de un ex editor del magazine. En un libro, titulado The Chiffon Trenches, aseguró que la directora de Vogue privilegia una visión del mundo en el que solo caben las personas exitosas, blancas y delgadas. “Sin piedad, ha convertido a sus mejores amigos en personas privilegiadas, los elegidos dentro de su campo; Serena Williams, Roger Federer, el Sr. y la Sra. Clooney son, para ella, amigos”
Su acusación es un baldado de agua fría después de que Vogue dedicara su número especial de septiembre al movimiento Black lives matter. Varios extrabajadores de la revista protestaron por el falso activismo de la edición titulada Hope. Muchos manifestaron sentirse discriminados mientras laboraron en Vogue.
Un exintegrante dijo lo siguiente: "la moda es una perra. En Vogue, cuando evaluamos una sesión o un look, decíamos ‘Eso es Vogue’ o ‘Eso no es Vogue’. Lo que eso realmente significaba era ‘delgado, rico y blanco’. ¿Cómo trabajas? en ese ambiente? ".
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A las acusaciones de racismo, Wintour, que tiene 70 años, hizo un mea culpa al interior del equipo editorial. Sus palabras terminaron filtrándose a los medios de comunicación. “Quiero decir que sé que Vogue no ha encontrado suficientes formas de elevar y dar espacio a los editores, escritores, fotógrafos, diseñadores y otros creadores negros. También hemos cometido errores al publicar imágenes o historias que han sido hirientes o intolerantes. Asumo toda la responsabilidad por esos errores”, escribió la inglesa que lidera la publicación desde 1988.
Aunque no ha habido más acusaciones, la tensa calma que por ahora se respira en la sala de redacción en cualquier momento puede cambiar a vientos huracanados. ¿Wintour seguirá al mando si llegan a destaparse más escándalos?