Los felinos son animales muy aseados, en especial con su arenero, y por ello debes saber cuál es la mejor arena para ellos.
Puedes leer: Gatos: así funciona el sentido del gusto en estos animales
Sigue a Cromos en WhatsAppA los gatos no les gustan los olores fuertes y cuando sienten que su arenero ya está demasiado sucio suele negarse a usarlo.
Por eso es importante mantenerlo siempre limpio y con la arena adecuada para que puedan tapar su orina y enterrar sus heces.
Existen distintos tipos de arena que puedes comprar para tu gato, aquí te contamos 5 consejos para saber cuáles son las mejores.
¿Quieres saber?
¡Empecemos!
Arena para gatos: cómo saber si es la adecuada para tu mascota
Lo primero que debes saber es que los gatos son muy aseados y tapan sus heces para evitar que cualquier olor atraiga a sus depredadores.
Desde la antigüedad tienen este comportamiento y no necesitan mucho tiempo de domesticación para aprender a hacer sus necesidades en el lugar correcto.
Históricamente solo había una opción de arena para gatos y era la de arcilla pues absorbía la orina y el animal practicaba cómo enterrar sus desechos.
Pero con el tiempo las cosas han cambiado y se han creado muchos más tipos de arena, pero debes saber escoger la mejor para tu gato.
Te sugerimos: ¿Cuáles son las razas de perros más fieles?
Arena para gatos: 5 consejos para saber si es la adecuada para tu mascota
- La textura, la capacidad de absorción y la forma en que se aglomera son puntos fundamentales a la hora de escoger la arena de tu gato.
- Ten en cuenta también la disponibilidad a la hora de comprarla, pues existen algunas que son difíciles de conseguir.
- El perfume o la falta del mismo. Esto dependerá mucho del gusto del gato pues hay algunos que no toleran ciertos olores, un ejemplo, los cítricos.
- No uses arena común porque puedes hacerle daño a tu gato, ya que no tiene neutralizador de olores y bacterias.
- Por último, se recomienda que el gato tenga un arenero bastante amplio donde pueda estar tranquilo a la hora de hacer sus necesidades.
Leer también: ¿Humanizar a las mascotas es el último delirio consumista o es amor verdadero?