Foto: iStock.
1. Mantenerse activo. La población japonesa es una de las más longevas del mundo, ¿cuál es su secreto? Al llegar a la vejez no se encierran ni se aíslan. Salen a la calle, trabajan, recogen hojas en los parques. Aprovechan cada segundo que les quede de vitalidad y, claro, comen puro sushi. Las papas fritas y las pizzas de pepperoni no son frecuentes en su menú.
2. Un universo de pequeñas cosas. Según la filosofía danesa Hygge, hay que aprender a sacarles provecho a los detalles. De esta manera, no solo disfrutará una cena con amigos, sino un instante de soledad o la caída de la tarde. Mantenga en su hogar: velas, libros, flores, plantas... ¡Viva el momento!
Sigue a Cromos en WhatsApp3. Cero estrés. Este principio lo podemos heredar de los tailandeses, quienes viven en el presente y se esfuerzan por aceptar la realidad tal y como es. Para seguir el camino de ellos, sonría más a menudo, así no haya un motivo particular. Pruebe recetas en su casa, así no sea un gran chef.
4. Conservar los amigos. En Sardinia, una pequeña isla italiana, el número de personas por arriba de los 100 años es 10 veces mayor que el de Norteamérica. ¿Por qué? Atesoran, aprovechan y disfrutan las relaciones con sus amigos y familiares. Nunca afrontan la soledad que llega con los años. Las interacciones cara a cara aseguran una buena salud.
5. Equilibrio y moderación. De Suecia llega la filosofía Lagom, que encuentra la felicidad en el equilibrio y la moderación. Si se le mide a probarla, podría empezar por tomarse el trabajo de poner la cantidad precisa de leche a su café, no demasiada. Luego, use un labial rojo y vivo que contraste con un maquillaje sencillo y natural. Más adelante, pida una hamburguesa pero cancele las papas fritas. Busque equilibrar los dos lados de la balanza para lograr armonía, siempre teniendo como base la mesura y la austeridad. Los suecos, que comen 316 rollos de canela al año, no son obesos y viven felices.